040: PEDIR PERMISO

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-Alnitak-

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-Alnitak-

Odio los funerales. 

No se si haya algo que odie más que estar en esta situación. La tristeza se siente en el ambiente, ver a todas las personas llorar solo hacen que mis ganas de llorar aumenten. Aunque también están esas personas que solo están por estar, aquellas que la hipocresía se nota a kilómetros, pero a esas prefiero ignorarlas. 

Remus esta a mi lado, abrazándome mientras el ataúd donde va el cuerpo de la abuela Potter desciende. Ni eso me gusta ver, así que escondo la cara en el pecho de mi novio y él solo me abraza más fuerte y acaricia mi cabello. Sirius esta con James, aunque, para sorpresa de todos nosotros, Lily también esta aquí, acompañándonos y en un momento que me separo de Remus, veo a Lily acercarse para abrazar a James, que no duda en aceptar su abrazo. 

Sirius mira en nuestra dirección y después de ver que Lily le dice algo, camina a nuestro lugar y Remus me suelta para que mi primo me abraza y hago lo mismo que con el castaño. El aroma de su colonia me tranquiliza un poco. Puedo escuchar como respira profundo y se que, así como a mí me esta doliendo la muerte de la abuela Potter, a él también le duele, porque, gracias a la amistad con James y conmigo, la conoció y, aunque no quisiera, Dorea Potter se hacía querer y Sirius fue uno de los que la quiso.

Cuando llegue a casa, me dolió ver a mi abuelo tan destrozado. Después de tantos años, había recuperado a su hermana, la única que parecía que realmente lo quería de su familia, de quién me solía platicar algunas de las pocas cosas que vivió con ella mientras aún era parte de la familia, y para que le durará el gusto tan poco tiempo.

Miro a donde esta mi abuelo y tiene los ojos ligeramente rojos, pero no hay marca de lagrimas en sus mejillas. Marius siempre ha sido un hombre muy duro en el tema de lo sentimental, papá es así de cierta manera, así como Sirius también lo es, yo no lo soy tanto, si quiero llorar, lo hago y creo que en eso soy igual a mi abuela Cristina.

Cuando todo termina, muchas de las personas comienzan a despedirse de mis tíos, mis padres y abuelos, diciendo las típicas palabras que se dice en estas ocasiones, yo no me acerco y James tampoco, solo nos quedamos abrazando a nuestros amores. Después de un rato más, me acerco a la tumba y dejo un ramo de rosas blancas entre todas las demás.

—Adiós abuela Potter —murmuro mientras las lagrimas siguen bajando por mis mejillas las cuales me seco. A mi lado aparece mi abuelo y deja un lindo tulipán blanco.

—Recuerdo que cuando era niña siempre le pedía a nuestro padre que le trajera tulipanes —dice él sin dejar de mirar todas las flores—, y cuando comenzó con sus clases de pintura, era lo único que pintaba.

—No puedo negar que son unas lindas flores —digo, acercándome a él y abrazándolo por la cintura, sintiendo como me rodea con su brazo.

—Yo me llegue a fastidiar de que siempre los veía en la casa —suelta una pequeña risa—, pero después los extrañe.

𝘼𝙡𝙣𝙞𝙩𝙖𝙠 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠// É𝙥𝙤𝙘𝙖 𝙈𝙚𝙧𝙤𝙙𝙚𝙖𝙙𝙤𝙧𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora