A pesar de llevar el mismo apellido, no era para nada parecida a su familia.
Alnitak Black conocerá a esa parte de la familia, que despreciaron a su abuelo por nacer diferente, cuando ella entre a Hogwarts, pero no todos ellos son despreciables, en...
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-Remus-
No llegue al claro para la cena, al contrario, aproveche que todos estarían hay, incluyendo a Greyback y sus hombres de confianza para alejarme lo más que pude y mandar el patronus como Dumbledore me enseñó.
Me siento en una piedra a qué lleguen para poder darles toda la información que acabo de escuchar y lo poco que he ido recolectando de la manada.
La conversación que tuve hace un momento con Cecil sigue en mi mente. Cada palabra que dijo, cada expresión que cruzó por su rostro era prueba definitiva de su odio a los magos y brujas que los habían aorillado a vivir de esta manera... Y no la culpo del todo.
Me paso una mano por la cara y un pensamiento se cruza por mi mente, uno arriesgado, pero podría funcionar. Me pongo de pie esperando que aun tarden en llegar y me doy la vuelta para regresar al claro, pero escucho el tronar de las ramas y los diferentes aromas en el aire que llegan hasta mi. Miro en la dirección donde se escuchan y veo a un pequeño grupo de cinco.
Mi ceño se frunce ¿Cinco? Por lo regular siempre vienen cuatro. Esa quinta persona se mueve rápido, casi corriendo hacía mi y por un momento doy un paso atrás, buscando donde tengo guardada mi varita, pero la poca luz que se filtra entre las ramas y hojas me deja ver un destello rojo y lo único que hago es abrir los brazos para recibirla cuando se lanza hacía mi. La abrazo con fuerzas y ella también, con brazos y piernas. Entierro mi cara en el espacio de su cuello y respiro su aroma, sintiéndome en paz por un momento al tenerla.
—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunto sin apartarme, y Alni tampoco se mueve, solo me abraza con las fuerzas.
—Necesitaba verte —dice y su voz se escucha... triste. Esta vez si la separo solo lo necesario para verla a la cara. Su expresión también es triste y quiero preguntarle que paso, pero ella atrapa mis labios en un beso que correspondo de inmediato.
Y me siento mal al recordar que hace unos minutos me había besado con otra, aunque fuera para evitar problemas con el líder de la manada, pero había sido un beso al final de cuentas. Pero intento apartar el recuerdo y concentrarme en esos labios suaves y con sabor a fresa que tanto me tienen mal.
—Si ya terminaron de derramar mil, podemos continuar con lo que vinimos hacer.
La voz de Alastor nos interrumpe y bajo a Alni y nos acercamos a donde se quedaron los otro cuatro y no pierdo tiempo a la hora de comenzar a contar todo lo que escuche. Las direcciones las anotan uno de los aurores y cuando digo que son todas las que mencionaron, desaparece para comenzar a trabajar en eso. Lo demás es poco pero aun así es relevante, palabras de Shacklebolt, que se mantiene callado a un lado de Moody, escuchando y observando a nuestro alrededor.
Ellos hacen preguntas y yo las contesto, pero mi mente sigue en esa idea que apareció en mi mente y quiero decirla, pero mejor me planteo bien las posibilidades en estos días antes de que me regrese con ellos por unos días.
