021: TENGO QUE HABLAR CON DAMARIS

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-Remus-

Le había hecho caso a mis amigos en darle una oportunidad a Damaris, conocerla y ver que podía pasar entre ambos. Yo me negaba, porque mi gusto por Alni sigue intacto, y eso se demostró cuando Slughorn nos mostro la amortentia y el aroma de su perfume apareció en uno de los armas que pude identificar.

Pero por lo que me había dicho Dorcas, que ella le había dicho, Alni ahorita no estaba interesada en alguna relación, así que aquí estoy, sentado en una banca afuera, en los jardines, con Damaris a mi lado, le estoy explicando el tema que vimos ayer en clase de Encantamientos y ella me escucha atenta.

Llevamos casi media hora aquí, pero debo decir que no lo he sentido así, es agradable su presencia. Noto como sus mejillas no han dejado de estar sonrojadas desde que nos sentamos y eso le da un aspecto tierno.

—Bueno, creo que esta vez si lo entendí —me dice ella cerrando el libro y alzando la vista para verme—, debo decir que serias un excelente profesor.

—Sí, Alnitak también lo piensa.

Y como si la hubiera llamado, aparece a pocos metros de distancia de donde estamos nosotros, pero no esta sola, esta con Sirius, que la sigue y parecen que hablan de algo importante, porque Sirius mueve las manos, señalándose a sí mismo y después a ella. Yo los sigo con la mirada, en especial a la pelirroja, hasta que se pierden de mi vista.

—¿Remus?

Parpadeo un par de veces para regresar a la realidad y mirar a Damaris, que me mira fijamente.

—Perdón ¿Qué me decías?

—Que si querías ir a la fiesta que le vamos hacer a Nina —se pasa un mechón de cabello detrás de la oreja—, va a ser este fin de semana, cercas del lago negro.

Este fin de semana es luna llena y aunque sea temprano su evento, desde un día antes estoy mal y cualquier ruido me irrita y no quiero ser grosero con ellos.

—Lo siento, Damaris, no voy a poder —le digo rascándome la nuca.

—¿Por qué? —frunce el ceño.

—Porque... —¿y ahora que le digo? Bien, toca mentir—, ya había quedado con Alnitak en ayudarle con algo.

—Alnitak —dice casi tan bajo, que nadie la hubiera escuchar. Obviamente, yo sí la escuche, y eso me hizo fruncir el ceño, pero no dije nada—. Bueno, pues ni modo, ya será para la otra, supongo.

Después de eso, nos despedimos y cada quien se fue a su sala común. Durante el camino me puse a pensar porque habrá dicho el nombre de Alni como lo dijo, casi con desagrado ¿Le caerá mal? Pero Alni no le ha dado motivos para que le desagrade ¿o si?

Llego a la sala común, la cual esta casi vacía, así que me voy directamente a la habitación, en la cual solo esta James con uno de mis libros en la mano, pero al escucharme llegar, lo deja de lado.

𝘼𝙡𝙣𝙞𝙩𝙖𝙠 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠// É𝙥𝙤𝙘𝙖 𝙈𝙚𝙧𝙤𝙙𝙚𝙖𝙙𝙤𝙧𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora