CAPÍTULO 50

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¡Hola! Un capítulo largo para compensar mi ausencia de la semana pasada. Al final del cap les cuento que me pasó ;) Este estará narrado por HUGO (la conversación que tuvo con YONG en el salón del piano antes de ser raptados) y "la SILVER" XD

♤♡◇♧

HUGO
Domingo, 31 de octubre de 2021

Yong se internó en el pasillo y entró al salón del piano, el lugar al que nadie iba durante las fiestas pues estaba alejado y la música no llegaba.

Llevaba días postergando la conversación y quizás ese no fuera el mejor momento, pero no podía continuar con la incertidumbre, con el dolor y la ira. Miré atrás, quería asegurarme de que estuviéramos solos, de que Silver no nos escuchara. A pesar de que lo sucedido en el juego fue bastante obvio, no quería que ella se enterara de esa manera.

—Yong…

Lo encontré sentado en el banquillo del piano, con la espalda pegada al teclado, los codos en los muslos y la cabeza apoyada en las manos.

—Yong… —reiteré—. ¿Yong, por qué…?

—Nada, Hugo. —Había resignación y cansancio en su voz—. Uno no decide a quién amar.

—Lo sé. Lo sé muy bien. —¿Quién mejor que yo para entender la tozudez de un corazón que se niega a rendirse cuando no es correspondido? Toda mi vida podía resumirse en eso—. Olvidemos esto, Yong, por favor.

Hubo un breve silencio.

—Hubo una época en la que pensé que estaríamos siempre juntos —comenzó a decir—. Sin barreras ni favoritos. Los tres, solo los tres. —Negó con la cabeza y una sonrisa triste curvó sus labios—. ¡Qué equivocado estaba! Silver es lo único que te importa y yo…

—No digas eso. Tú también me importas. Eres mi hermano y mi mejor amigo.

—No, no somos ni hermanos ni amigos.

Algo oprimió mi pecho. Suspiré y bajé la cabeza, sin fuerzas para rebatirle. Yong no tenía idea de lo importante que había sido para mí. No sabía cuánto le debía.

—¿Entonces qué somos?

—Dos desconocidos que viven en la misma casa y llevan el mismo apellido.

—Las cosas no tienen por qué ser así, Yong.

—Pero así son, Hugo. Estás enamorado de Silver desde que la viste por primera vez.

Y no sé por qué escucharlo decir eso me enfureció.

—Y tú te aprovechaste de eso —espeté—. Te aprovechaste de lo que sentíamos y lo usaste para conseguir lo que querías. Nos utilizaste.

—Y estuvo mal. Lo sé. Pero éramos unos críos. Además, no sabía que ustedes me seguirían el juego. Nunca pensé que lo nuestro duraría cinco putos años o que llegaríamos tan lejos.

—Lo que no sabías era que podías llegar a ser tan egoísta.

Yong arrugó el entrecejo.

—Sí, Hugo —emitió, airado—. Fui egoísta. Pero ¿qué me dices de ti? Aceptaste esto porque el sexo entre tres era la única forma de tener a Silver. Así que no me vengas con esas mierdas. Nunca te escuché protestar cuando te la follabas y yo miraba.

—No hables así de ella —advertí, conteniendo el volumen de mi voz.

—Ella es peor. Ella es aún más egoísta. No te ama, ¡nunca te ha amado! —El tono de su voz era una mezcla entre enfado y resignación—. Pero no te deja ir, te cela y aleja a todas las chicas que se acercan a ti. Te tiene a su lado, pero no siente nada por ti.

P de PERDEDORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora