Todo comenzó el primer día de clases.
Llegaste a Villa Padua después que a tu padre le ofrecieran una generosa oportunidad de trabajo. Tuviste que dejar tu vida, tu casa y tus amigos, y mudarte al otro lado del país. No querías, claro que no, pero l...
Al final de este capítulo dejé una nota. Léanla, por favor.
Doble Actualización 2/2
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SILVER Lunes, 25 de octubre de 2021
«Vota a López para presidente del Consejo Estudiantil».
Despegué el volante que alguien había adherido a la puerta de mi taquilla. Era rojo y azul, los colores que Guillermo escogió para su campaña, y en centro había una imagen del susodicho haciendo un guiño y sonriendo. Estrujé el papel, lo hice una bola y lo arrojé al suelo.
Alguien se aclaró la garganta.
Giré sobre mis talones en dirección al sonido y me encontré con Logan.
—Votaré por ti —dijo con una leve sonrisa.
Lo primero en que me fijé fue en lo que llevaba puesto. Logan no se quitaba la gorra, al menos que estuviera en clases, y jamás se separaba de la mochila, pero ahora iba ataviado con un conjunto deportivo de sudadera y pantalón. El logo bordado del instituto Padua estaba en el lado izquierdo de su pecho y debajo pude leer «Equipo de Waterpolo de Padua».
Estaba seco, pero traía el pelo mojado.
—¿Entraste al equipo?
Logan enarcó una ceja.
—Hey, Logan, ¿qué tal has estado? ¿Por fin que nota obtuvimos en el proyecto de español?
Parpadeé, sin comprender nada.
Él sacudió la cabeza.
—Sí, Silver, entré al equipo —respondió, resignado ante mi indiferencia—. López lo dejó para ocuparse de sus labores como presidente provisional y Hugo hizo pruebas el viernes.
—Felicidades. —Abrí mi taquilla. No dejé mi bolso, como solía hacer antes. La escuela estaba plagada de policías y no me fiaba de nadie—. No sabía que te interesaban los deportes.
—No me interesan.
Tomé el libro de matemáticas avanzadas, tenía que encontrarme con los Mateatletas, y cerré la puerta. Logan hundió las manos en los bolsillos de su pantalón y encogió los hombros.
Lo observé, confusa.
—Necesito créditos extras —explicó—. La asesora Cedeño me recomendó entrar a algún club y, bueno, el equipo de waterpolo era el único puesto vacante.
