Capítulo 91

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~Disculpen la demora, aquí tienen capitulo nuevo. Prepárense...~

💎"No lo deseas tanto si no estás dispuesto a jugar sucio para lograrlo"💎

📖¡Disfruten la lectura!📖

Narra Christopher

Cuando el doctor nos dio la noticia sentí que el mundo se me caía a pedazos, porque, aunque no sea biológicamente mi hija, la amo como tal y se me parte el alma saber que su vida está acabando por culpa de un criminal como Rodrigo que no siente compasión ni por su propia sangre. 

Veo a Renato llorar por primera vez, mi hermana lo consuela con su pequeño hijo en brazos. Ese hombre es el verdadero padre de esas niñas, por ellas es que se ha enfrentado a Dulce en más de una ocasión, por nada más le discute a su patrona, solo por esas niñas sin importar las consecuencias. Para colmo Ana también está hospitalizada por riesgo a una crisis a causa de esto, su doctor prefiere tenerla en observación hasta nueva orden. 

Los gemelos están entretenidos a mi lado, haciéndole un dibujo a sus hermanas. A pesar de que solo tienen 6 años, son unos niños muy inteligentes y me duele el corazón cuando los escucho decir que es culpa de ellos que su hermana este al borde de la muerte, tanto Eustaquia y yo tratamos de hacerles entender que no es así, ellos son solo victimas en esta guerra que hay entre su madre y un malnacido.

Anny ha ido a buscar a Dulce y a Eustaquia para darles la noticia de lo que nos informó el doctor. Dulce es quien más debe saber sobre esto, aunque temo que la noticia sea perjudicial para ella en su estado, está a punto de dar a luz y puede adelantarse en cualquier momento por los disgustos. Lástimas que por su estado no pueda donarle sangre a Daniela, ella es la única que tiene su mismo tipo de sangre, pero una embarazada no puede donar.

La veo venir hacia mí con lágrimas en los ojos que ya no se empeña en disimular, está destruida.

— ¿Qué dijo el doctor sobre mi hija? Quiero saberlo ahora mismo. — me exige con los ojos cristalinos de tanto llorar. 

— Dulce, mi amor...No hay esperanzas. Entró en paro y....— intento explicarle con la voz entrecortada lo que nos informó el doctor mientras miles de lágrimas bajan por mi rostro. 

— Y no le queda mucho tiempo de vida. El doctor ha ordenado que entremos a despedirnos de ella. No encuentran donantes. Cree que de esta noche no pasará. — termina de decir Renato con el corazón destrozado y llorando silenciosamente. 

Jamás lo vi llorar. Excepto hoy. 

— ¡No!   

Dulce enloquece. Empieza a temblar, golpea con sus puños la pared del hospital, llora con desesperación negando con la cabeza, se arrodilla en el suelo mientras grita con dolor y su respiración es acelerada. Eustaquia y Renato corren a socorrerla, este intenta sujetarla para que no se lastime mientras que su nana busca sus pastillas, Anny le da un vaso de agua sollozando. Agarro a los gemelos que al ver a su madre quieren ir hacia ella, pero los detengo. Dulce no es dueña de sus emociones y puede lastimar a los niños sin querer.  

—¡Dulce cálmate!¡Estás asustando a los niños!  — le grita Renato sujetándola. Le hago una seña a Anny y a Miguel para que sujeten a los gemelos mientras ayudo a Renato. Me acerco. — Uckerman, háblale. Tú voz siempre la ha calmado. 

— ¡No encuentro sus pastillas! — grita Eustaquia desesperada, pero sigue buscando. 

Miro a mi mujer, agarro su rostro entre mis manos y hago que me mire a los ojos. Le seco las lágrimas con mis dedos pulgares y le doy un suave beso en los labios. 

Irresistible TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora