Capitulo 13

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Narra Christopher

La saco de sus casillas y puede dispararme lo sé como también se que siente algo de amor por mi y le costará hacerlo. Debo arriesgarme. Las cosas iban tan bien con ella hasta que pasó esto se Natalia. Ella debe entender las cosas. No podía dejar que Natalia se desangrara y muriera. No soy así y debe entenderlo.

— ¿Vas a dejarme hablar? Tienes que entender las cosas Dulce. Por favor. — le digo calmadamente.

— ¿Entender?¿Que cosa? Esa estúpida a secuestrado y maltratado a mi hija y cuando le di su castigo, te fuiste con ella al hospital. — me dice ella enojada. Es inútil. Nunca entenderá.

— ¿Y vas a estar así conmigo por eso? No podía dejarla así. Sea lo que sea que haya hecho es un ser humano. Por favor cariño, yo te amo. — le digo cariñosamente.

— No me importa Christopher. Lárgate. No quiero verte.— me dice ella aún molesta. No he visto mujer más terca Dios mío.

— No me iré. Si quieres que me vaya tendrás que obligarme. — le digo retandola sé que no lo soporta.

— Bien. Eso quieres, eso haré. — dice ella y al momento saca su revólver para apuntarme con él de nuevo.

— Salte de aquí o te doy un plomazo. Ahora no está Ana para impedirlo. — me dice ella muy molesta y segura de disparar.

— Bien. Hazlo ¡Dispara! Quiero ver hasta donde llegas Víbora. — le digo al final el apodo como he oído que la llaman y creo que no le ha gustado.

— ¿Vibora?¿Por qué me llamas así? — me dice ella medio molesta y confusa.

— Así te llaman en el pueblo ¿No? —  le digo provocandola.

De pronto veo como se acerca a mi con su revólver en mano y su mirada se vuelve fría y dura. Su frío corazón a vuelto. Y sin darme cuenta oigo un disparo y dolor en mi brazo. Al mirarme veo como empieza a sangrar. Me ha disparado. Ella me ha disparado.

— Si por un momento creiste que no sería capaz estas muy equivocado. Por eso me pusieron el apodo de la vibora porque soy letal.— me dice ella con su fría mirada. Yo me quedo sorprendido.

De repente entran Eustaquia y Anahi corriendo. Seguramente que al oir el disparo se asustaron y vinieron. Ellas miran a Dulce preocupadas y a mi con lástima. Sigo sin entender esas miradas.

— ¿Estás bien muchacho?¿Te duele? — me pregunta la nana de Dulce con preocupación.

— Sí, estoy bien, sólo es un rasguño.— le digo para calmarla pero sé que no lo he hecho.

— ¿Por qué le disparate Dulce? — le pregunta Anahi. Ella la mira sin expresión.

— No tengo por qué darte explicaciones. Llevenselo de aquí antes de que le dispare de nuevo o mejor llevenselo a la Ratalia esa pero fuera. — les dice ella enojada. Me lo parece a mí o ¿Está celosa?

Anahi y Eustaquia asienten e intentan ayudarme a salir de la habitación. Primero me opongo pero después me rindo y dejo que se le pase el coraje con lo de Natalia.

Llegamos a la sala, Anahi me obliga a sentarme en el sofá mientras que Eustaquia trae el botiquín para curarme.

— Sacate la camisa voy a curarte eso antes de que se te infecte o te desangres. — me dice Eustaquia preocupada. Obedezco y me incomodó ante la mirada de Eustaquia. Ella sonríe.

— Tranquilo muchacho, yo ya estoy muy vieja para pensar en eso. Sólo observo lo bien que te cuidas. — me dice ella sonriendo. Río. Soy imbécil pensando esas barbaridades.

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