Irresistible Tentación

Capitulo 14

Narra Dulce

Veo a Braulio caer al piso agarrándose el hombro y la pierna derecha por dos disparos. Detrás veo a Renato apuntando aún a Braulio. Él le ha disparado.

— ¡Maldito Renato!¡Me las vas a pagar! — lo maldice Braulio. Renato baja el arma y se acerca a él pegándole una patada, provocando un grito de dolor en Braulio.

— No vuelvas a intentar dispararle a la Doña o juro que acabaré contigo. — lo amenaza Renato. Braulio lo mira furioso y dolorido.

— Sacalo de aquí Renato. No quiero verlo. Después arreglaré cuentas con él. — le ordenó a Renato y él asiente.

— ¿Qué me harás Dulce?¿Matarme? Hazlo, no le temo a la muerte. — me dice Braulio muy valientemente. Sonrío con maldad.

— No, no voy a matarte. Eso sería hacerte un favor por la miserable vida que tienes. Hay cosas peores para vengarme. Yo siempre doy donde más duele. — le digo sonriendo con maldad. Él abre los ojos alterado.

— No te metas con mi hermano. Él   no tiene culpa de nada. Déjalo en paz. — me dice Braulio intentado protegerlo. Lo miro con maldad y me acerco a él.

— Es lo que pasa cuando se meten conmigo. — le digo sería, miro a Renato. — Llevátelo de aquí. — le ordenó de nuevo a Renato y así lo hace mientras oigo a Braulio gritar maldiciendome y que no le haga nada a su estupido e insignificante hermano.

— ¿Qué le harás a su hermano? — me pregunta Christopher preocupado.

— Eso no es asunto tuyo ¿Quieres ir a cenar o prefieres interrogarme sobre que demonios le haré al hermano de ese inútil? — le digo secamente. Él me mira y después suspira.

— Cenar.

— Bien. Pues vámonos. — digo y salgo de la casa para dirigirme a mi auto.  Christopher me detiene.

— Vamos en mi auto cariño. — me dice él tiernamente. Pongo los ojos en blanco y me subo en el asiento copiloto del auto de Christopher.

*****

Llegamos al restaurante "Quintonil"  un lugar bastante bonito. Un mesero se acerca a nosotros y nos enseña donde sentarnos. El lugar es cómodo y huele muy bien.  El mesero nos trae la carta para ver que comer y no está mal la comida que hacen aquí por lo que veo.

— ¿No confías en mí? — me pregunta de repente Christopher. Lo miro confusa.

— ¿Porque la pregunta? — le pregunto. Él mira hacia la entrada del restaurante y después me mira a mi. Pongo los ojos en blanco, ahora entiendo porque de la pregunta.

— ¿Tiene que venir Renato a todas partes contigo? No pienso ni quiero hacerte nada malo. Lo sabes. — me dice él indignado. Lo miro sin expresión.

— No confío en nadie Christopher. Bueno en Renato sí. Sólo en él y en mi nana. Además él sólo está aquí para protegerme. — le digo firme. Él me mira molesto.

— ¿Y porque confías tanto en él?¿Qué es él para ti? — me pregunta molesto. Imbécil, se cree mi dueño o algo.

— Calmate Uckerman, no acostumbro a dar explicaciones a nadie. Pero te la voy a dar para que dejes tanto drama de vieja  dramática. Él es para mí, un hermano, un protector, un seguro. Él siempre ha estado ahí. Sin pedir nada a cambio. Han sido 10 años juntos y se ha ganado mi confianza. Además él es parte de mi pasado y me ayudó mucho en su momento. Le debo mi vida. — le digo secamente. Él me mira y parece que ya se ha calmado un poco.

— Supongo que en su momento me contarás como lo conociste. — me dice él. Yo asiento y el mesero aparece.

—  Doña ¿Qué desean comer Ud y su acompañante?
— nos pregunta el mesero pero sin quitarme los ojos de encima embobado. Christopher se da cuenta y lo mira enojado.