Capítulo 26

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Narra Christopher

Todo está empeorando. Yolanda, mi secretaria me ha llamado diciéndome que debo estar en el banco porque tenemos problemas en él. Alguien muy importante quiere verme.

¿Quién será?

Han pasado tres días desde el enfrentamiento con Dulce. Llevamos a Guillermo al hospital para que le curasen y le sacasen la bala de la pierna derecha.

Para su desgracia la bala dañó parte de su tendones y ligamentos. Después de la cirugía Guillermo quedará cojo caminando con bastón de por vida.

Nunca había visto a Dulce así de cruel y despiadada. Sus ojos reflejaban mucha frialdad. No le tembló el pulso para disparar y estoy seguro que lo hubiese vuelto hacer si Natalia no se hubiera disculpado y arrodillado.

A la señora Esther y a Natalia les dieron un calmante por los nervios. Natalia quería llamar a la policía, lo hizo y cuando se enteraron a quién quería denunciar le colgaron. Dulce tiene comprado a todos los cuerpos de policía. Ninguno irá contra ella.

Entro al banco, saludo a mis empleados, me subo al ascensor y este sube hasta la planta de mi oficina, salgo y me encuentro a Yolanda preocupada mirándome.

— Señor Uckerman. Lo están esperando en la oficina. — me informa Yolanda temblando. La miro atento.

— ¿Quién? — le pregunto con el ceño fruncido. A ella nunca la he visto temblar así.

— La Doña, su abogado y Cobra, su hombre de seguridad. Están en la oficina. — dice nerviosa. Abro los ojos sorprendido.

¿Ella aquí? No puede ser.

Miro a Yolanda, asiento y entro encontrándome a Dulce sentada en mi silla de la oficina y mirándome con una sonrisa triunfante mientras que Renato está de pie a su lado mirándome seriamente.  Braulio en cambio está delante del escritorio sentado en una de las sillas mirándome con superioridad.

¿Qué estás tramando ahora Dulce?

— Debo suponer que no vienes en son de paz ¿Qué quieres? — le pregunto serio.

No pienso doblegarme ante ella. Aunque la ame.

— Que mal educado eres Uckerman, está muy feo que no saludes. — dice ella irónica. Ruedo los ojos. — Hablando de cosas feas ¿Cómo está tu novia? — añade burlándose.

Braulio ríe.

— Basta de juegos Dulce ¿A qué viniste? — pregunto irritándome.

— Directo al grano. Como me gusta. — dice ella cruzando las piernas y haciéndole una seña a Braulio. Este me entrega unos documentos.

— ¿Qué es esto? — pregunto revisando los documentos. Abro los ojos al ver lo que pone. — Esto es una jodida broma ¿Verdad? — pregunto molesto.

Estos documentos deben ser falsos. Eso es, no puede ser posible lo que estoy viendo.

— ¡Esto es mentira! Esto no es verdad, lo que dice aquí es una mentira tuya. — digo fuera de si. Tiene que ser una broma. Eso es. Una broma.

— Puedes pensar lo que quieras o mejor, ve y pregúntale a Giovanny. Él fue quién firmó esos papeles dándome todo lo suyo. — me informa ella con una sonrisa vil.

La miro enojado. Giovanny no firmaría a no ser que ella lo haya obligado.

— ¿Qué le hiciste para que firmará? Él no lo haría a no ser que lo amenazasen. Eso hiciste. — pregunto sabiendo la respuesta. Ella sonríe levemente con maldad.

Irresistible TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora