Capítulo sesentaidós.
Terminé de firmar los papeles que papá me había pedido que firmara. Miré la hora en mi reloj de muñeca: las diez de la mañana. Tomé los papeles y me apresuré a salir de la oficina. Caminé hacia la oficina de papá, pero prefería darle los papeles directamente sobre sus manos. Su secretaria, la querida Lilian, estaba detrás de su escritorio.
- ¿Papá no ha salido de su reunión, Lilian? -le pregunté.
Ella me dedicó una cálida sonrisa.
-Estaba buscándole unos papeles que me pidió -tomó una carpeta delgada de cuero negro y le extendió-. ¿Puedes llevársela? Igual me ha mandado a buscarte.
Fruncí el ceño ¿Para qué me mandaría a llamar a sus privadas y urgentes reuniones?
-Gracias, Lilian.
Coloqué la carpeta sobre los papeles y caminé rumbo a la sala de juntas. Las paredes de cristal estaban cubiertas por cortinas, lo cual me hacía sentirme incómodo. Papá sólo dejaba correr las cortinas cuando era algo verdaderamente urgente. Taylor estaba en la puerta, custodiándola. Tenía las manos agarradas y en descanso sobre sus piernas.
-Eh, Taylor.
Taylor inclinó la cabeza, saludándome. Otra vez.
-Señor Grey.
- ¿Todo bien ahí adentro? Todo luce muy callado.
Los labios se le curvaron levemente.
-Todo en orden. No ha habido ningún problema.
Sonreí.
-Bien -le di una palmadita en el hombro-. Me alegra que regresaras. La familia nunca estaría más segura que ahora.
Esta vez sonrió abiertamente.
-La verdad extrañaba la manera tan singular de su padre a la hora de dar órdenes.
Solté una carcajada.
-Nunca habrá un jefe como Christian Trevelyan Grey -le di otra palmadita en el hombro-. Mejor entro ahora. A papá no se le da muy bien lo de ser paciente.
Taylor volvió a su expresión seria. Volvía a estar en servicio. Abrí la puerta con cautela.
-....pero no fueron permisos autorizados previamente, señor Grey, sino...
Los seis hombres, y papá, se callaron al verme en la puerta. Papá estaba de un humor de los mil demonios.
-Pasa, Ted.
Mierda. Papá me indicó con la barbilla el asiento vacío a su izquierda. Caminé hacia allí y me senté sin chistar.
- ¿Pasó algo? -le pregunté en voz baja.
Asintió discreto. Me pasó unos papeles para que los revisara. Era el contrato para las remodelaciones de Grey Construcciones. No había nada que significara o justificara su mal humor.
-Los contratos no han sido registrados -explicó-. Sólo aparece la firma de Grey Enterprises. La firma de tu hermana es la única que se ve en los contratos, la venta de materiales, el alquiler del local donde se mudarán temporalmente, el contrato de confidencialidad... -se enderezó en el asiento. Un Christian serio y malhumorado le había quitado el humor bromista de esta mañana-. El asunto es que los contratos no están completos. Faltan firmas.
- ¿Cómo que faltan firmas? -me quejé-. Yo mismo revisé que los papeles estuvieran en orden. Jamás permití que Phoebe firmara algo que me resultara sospechoso. Que le den, Phoebe sólo firmó la orden para que iniciaran el papeleo y dos documentos de compra de materiales. Lo demás lo he firmado yo.