Capítulo veintiocho.
Cerró la puerta con un firme e intenso portazo. Mamá puso los ojos en blanco mientras se sentaba frente a mí. Papá, sin embargo, permaneció de pie, cruzado de brazos, mientras su mirada gris me taladraba. Seguramente un disparo a manos de la linda chica que estaba con mis nuevos hermanos no dolería tanto.
— ¿Por qué la trajiste al Escala, Ted? —preguntó por segunda vez.
Suspiré.
—Es complicado, papá. Su hermano…
— ¿Su hermano?
—…le dijo que su padre…
— ¿Su padre?
—…había muerto.
— ¿Jack está muerto? —su expresión se relajó de inmediato—. ¿Por qué no me lo habías dicho?
Sonreí con un deje de remordimiento. Papá entrecerró los ojos.
—No está muerto, ¿verdad?
Negué con la cabeza.
—Papá, escucha: Wallace y yo estamos llenos de dudas ¿Viste la fotografía que te enviamos, no? ¿La de la niña y la madre? —papá asintió—. Todo eso me parece raro. Compara a la chica que acabas de ver en el vestíbulo con la niña de la foto.
—Tiene un parecido con la madre, no con la niña.
—Exacto. Lo que nos confirma que ella es su madre. Además —me rasqué la barbilla—, ayer en la mañana salí muy temprano a correr. En ese trascurso de tiempo me topé con una Amanda pelirroja y de ojos azules.
Mamá se puso pálida.
—Christian…Jack era así: pelirrojo de ojos azules.
—Eso —advertí—: eso es lo que sucede. Ni Wallace ni yo sabemos cómo es Jack, solo papá y tú. Sin embargo, a pesar de eso, al medio día cuando regresé a la oficina me encontré con la misma chica que vieron en el vestíbulo: cabello claro y ojos verdes.
—Un momento —papá se rascó la barbilla—, ¿sabes que hacia esa niña a las tantas de la madrugada por la calle?
Suspiré.
—Fue a ver a William.
El cuerpo entero de papá se tensó. Mamá se puso de pie y enroscó los brazos alrededor de él.
— ¿Cómo lo sabes? —preguntó él.
—Yo la seguí. Subió al cuarto de un edificio, donde parece que iba a reunirse con él. Recuerdo que tenía un arma y cuando hice un ruidillo accidentalmente se giró hacia mí pensando que era su hermano.
Mamá abrió los ojos como platos.
— ¡Mierda, Ted! —gruñó papá—. ¿En qué mierda estabas pensando cuando la trajiste aquí, luego de que vieras que tiene un arma? —miró a mamá—. Te había dicho lo de las armas.
—Christian —chilló ella—. Hace años no uso un arma para complacerte. Si hubiera sabido…
— ¡Eh! —grité— El asunto no es sobre las armas, sino…
—….Sino del echo que trajiste a la hija de Jack a este lugar, Ted —gruñó él—. Ese es el asunto.
Suspiré cansado.
—Escucha…No sé, tengo mis dudas. Cuando su hermano vino a darle la noticia de la muerte de su padre realmente se veía afectada. Incluso puedes preguntarle a Phoebe.
— ¿William estuvo en Grey Enterprises?
—No, su hermano John. Es su hermano adoptivo, creo.