cap.2

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Capítulo dos.

―Uau. La casa sola para mí ―dijo Phoebe.

Yo la miré de reojo, divertido.

―No, no. Te irás conmigo al Escala.

Ella gimió de frustración.

― ¿Por qué? Por fin iba a tener un espacio para mí, sin que papá me dijera que es demasiado tarde para dormir ¡Y me dejará usar su auto!

Solté una carcajada.

― ¡Era una broma, pequeña! ―ella se relajó al instante―. Mm…Papá nunca me dejó usar su auto, así que no podrás usarlo hasta que hable con él y me diga que de verdad puedes usarlo.

― ¡Teddy! ―hizo un mohín, igual a mamá.

Suspiré.

―No me hagas así, ¿sí? Papá te dejó a mi cuidado. Eres mi responsabilidad.

Volvió a hacer un mohín. Suspiré.

―Puedo prestarte el mío mientras hablo con él. Seguro mamá no se enterará si tomo el suyo.

Dos horas más tarde estaba maldiciendo el momento en el que abrí la boca. Phoebe le había enviado un email a papá para quejarse de que no había accedido a darle el coche. Luego un email a mamá, diciéndole que había tomado su auto. Mala idea. Mamá amaba ese auto porque representaba que papá “tenía más dinero que sentido común”.

―Ted, deja que tu hermana use mi auto. Fue un trato que hice con ella ―dijo papá―. Y, por favor, no toques el puto coche de tu madre.

Escuché a mamá chillar al otro lado de la línea.

―De acuerdo ―le dije y para aligerar el ambiente agregué―: No te sulfures, Grey.

Lo escuché reír.

―Sabía que Anastasia iba a contagiarte con su lengua viperina.

― ¡Christian! ―chilló ella.

―Hablamos luego, Teddy.

Y colgó. Teddy. Hacía tiempo no me llamaba así. Desde que creí y comencé a sentir hambre del sexo opuesto, digamos. Una vez había discutido con él, porque me había llamado así en una reunión familiar. No se necesitaba ser su hijo para saber que mis palabras lo habían herido. Y me odié por eso. Luego de haber pasado mi primera borrachera a causa del alcohol, y después de haber mejorado de la resaca claro está, fui a pedirle disculpas. La cosa mejoró porque le permití que fuéramos de pesca, pero no volvió a llamarme Teddy. Repentinamente que me llamara así de nuevo me trajo una enorme cantidad de recuerdos.

Las reuniones familiares, donde la casa reventaba de gente.

››Teddy es un buen niño‹‹

Cuando accidentalmente borré los mensajes del BlackBerry de mamá.

›› No, Anastasia. Teddy solo estaba jugando con la BlackBerry ‹‹

Cuando cumplí los siete años y toqué una pieza de piano para él.

›› Oh, Ana. Gracias por darme algo tan maravilloso como Teddy ‹‹

En realidad nunca lo había visto llorar, sin mencionar ese día. Una parte de mí sabía que la historia de mis padres era una basta de detalles, pero jame preguntado. Y vaya que me visto tentado. Después de todo, basta verlos para saber sea ya como toda esta historia pasara, ellos eran felices.

―Teo ―me llamó Phoebe, alejándome de los recuerdos.

Si lo la quisiese tanto, creo que la estrangularía hasta que retirara esa sonrisa insulsa de su rostro.

― ¿Qué?

― ¿No irás a Grey Enterprises Holdings, Inc.?

―Sí, y no es tu problema.

― ¿Puedo ir?

La miré fijamente y se encogió de hombros.

―No ―siseé.

―Por favor ―suplicó―. Mamá me contó que necesitabas secretaria y…

― ¿No me digas que quieres el puesto? ―pregunté poniendo los ojos en blanco. La sola idea de que mi hermana caminara por allí con una falda gris, tan corta como las que usaba ella, paseándose por frente a los pocos hombres que trabajaban para mi padre no me seducía de ninguna manera.

Phoebe bufó.

―No, Theodore ―la fulminé con la mirada y volvió a encogerse de hombros. Sabía que odiaba que me llamaran por mi nombre―. Quiero ayudarte a escogerla. Tengo buen ojo para el profesionalismo.

Ella me miró haciendo un mohín. Quería decirle que no pero, bueno, estaba tratando con Phoebe Grey: mi pequeña debilidad.

―De acuerdo, pero al primer imbécil que te vea las piernas, regresas a casa.

Ella chilló y saltó sobre mí para abrazarme. Papá iba a matarme. No le gustaba que Phoebe fuera al trabajo, precisamente porque las miradas de los tipejos que trabajaban para él, miraban a Phoebe como un caramelo recién desenvuelto. Pero, después de todo, ¿quién podría negarse a uno de los mohines de Phoebe Grey?

Cincuenta sombras y luces de tedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora