Cap.75

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Capítulo setentaicinco.
»Punto de vista de Amanda

Al abrir los ojos, todo lo que pude ver fueron sombras oscuras. Parpadeé varias veces. El cuerpo me pesaba, los músculos estaban tensos y los párpados se me cerraban solos. Hacía calor, olía a comida y a algo que no logré identificar. Arrugué la nariz e impulsé mi cuerpo hacia adelante para sentarme. Mis manos y tobillos estaban atadas por unas cuerdas rasposas. Cuando mis ojos se acostumbraron a la oscuridad, me sorprendí de saber dónde estábamos.

En el vestíbulo de El Escala.

Gimoteé desesperadamente por soltar las cuerdas, pero éstas parecían enroscarse más a medida que las movía. En algún lugar remoto de mi cabeza aparecieron recuerdos de la última vez que mantuve los ojos abiertos.

Los gritos.

Los disparos.

El forcejeo.

Ted.

Al recordar su nombre, sentí un espantoso tirón en las entrañas. Recordaba verlo caer al suelo, sangrar por la herida de la cabeza, luchar contra sí mismo para levantarse, gritar mi nombre en susurros.

Estallé en llanto, presa de la desesperación y el dolor ¿En qué momento había llegado a este lugar? ¿Por qué estaba aquí?

Unos pasos rápidos se acercaron al lugar donde estaba. Me encontré con unos ojos azules fríos y desquiciados. Jack parecía haber envejecido un par de años más, con aquel cabello atado en una coleta y las arrugas en la frente de un hombre que ha estado enloqueciendo poco a poco. Junto a él venía mi hermano. Mi corazón latió con fuerza. Los dientes me rechinaron con violencia, conteniendo las palabras "te odio".

-Ya era hora que despertaras -Jack hizo una mueca de desagrado-. Das sueños largos.

«Voy a patear tu maldito trasero, cerdo», pensé.

Alcé la barbilla y me tragué mis palabras.

-Lo bueno es que se levantó sin ganas de hablar -se burló.

William sonrió ampliamente, burlándose.

- ¿Por qué estamos aquí? -pregunté.

Jack enarcó una ceja y sonrió. Me estremecí al notar que su gesto era exactamente igual al mío.

-Quise que volviéramos a un lugar que representa tanto para mí -pasó el pulgar por su barbilla-. Tengo entendido que igual para ti.

William soltó una carcajada mientras tomaba un líquido blanco. Leche, quizá. Uh, que asesino peligroso. Sonreí burlona.

-Tú no sabes nada de ocasiones especiales, Jack -solté.

-Oh, claro que lo sé -acarició el arma que llevaba en sus pantalones-. Verás: este pent-house representa el día que todo comenzó a salirme mal.

-Qué pena.

-Yo debí llevarme a Ana, tu ex-casi-suegra.

-Qué bonita historia -sonreí feliz-. Me encanta que todo te saliera tan...mal.

Jack enfureció y todo lo que vi a continuación fue su mano golpearme en el rostro. Gemí de dolor.

-Oh, Jack -me carcajeé-. Siempre con los golpes.

-Te dije que era imposible -comentó William.

Jack resopló y le arrebató la leche a William para darle un trago.

- ¿Cómo es que entraron al Escala? -pregunté.

Jack y William sonrieron al unísono.

-La compré -dijo Jack.

Cincuenta sombras y luces de tedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora