Cap.82

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Capítulo ochentaidós.

Me desperté muerto de frío y noté que estaba desarropado. Había dormido como nunca y todo mi cuerpo estaba relajado. Me estiré sobre la fría cama mientras bostezaba, presionando el espacio contiguo con el brazo, pero éste no alcanzó a tocar nada más que las sábanas. Junto a mí no había nadie.

- ¿Amanda? -la llamé.

No obtuve respuesta. Di un salto fuera de la cama y rebusqué con cuidado. Nada. Amanda no estaba. Oh, no...

- ¿Por qué trajiste todo rosa? No soy muy apasionada con el rosa, Phoebe.

Suspiré aliviado. Las asesinaré.

-Phoebe. Amanda -grité-. Vengan acá.

Por un momento no escuché nada, luego unas risillas.

-Te lo dije -canturreó Amanda.

La puerta del baño se abrió y las dos salieron riendo. Amanda llevaba un vestido rosa y unos tacones bajos, del mismo color. El cabello rojo estaba atado en una coleta por un lazo rosado de puntos. Demasiado rosa...

- ¿Qué diablos? -hice una mueca-. Phoebe, eso es un crimen.

- ¿Qué? -refunfuñó-. Le traje de su ropa, pero le queda enorme. Tuve que traerle esto: es un vestido que no usaba porque me quedaba pequeño. En todos los sentidos.

Hice una mueca de dolor. Amanda estaba tan delgada...

- ¿Desayunaste? -le pregunté suavemente.

Sonrió tímida.

- ¿No has visto la hora, Ted? -se acercó suavecito, colgando los brazos en mi cuello-. Ya casi son las tres de la tarde.

- ¿Enserio? -enarqué la ceja-. ¿Tanto he dormido?

-Babeas cuando duermes, hermano -bromeó Phoebe.

-Cierra la boca -Amanda me golpeó en el pecho-. Quieta.

-Quieto tú.

-No, quieta tú.

Sonreímos al unísono y deslicé mis labios hacia los de ella. Mm...menta.

- ¿Qué desayunaste? -le pregunté-. No desayunaste sólidos, ¿verdad? Debes comenzar con...

-Sopas, caldos -me sacó la lengua-. Lo sé, Theodore.

- ¿Comida del hospital?

Hizo una mueca de asco. Phoebe soltó una carcajada.

-Es que...Amanda... -se tapó la boca para intentar parar de reír-. Fue chistoso.

Enarqué una ceja y Amanda suspiró.

-Phoebe me pidió una avena, pero en vez de canela le echaron clavo -hizo otra mueca de asco-. Sé que el color es parecido, pero nada que ver con el sabor.

Phoebe se presionó el estómago y se irguió.

-Tuvo que lavarse la boca tres veces -se carcajeó con fuerza-. Se puso...oh...toda roja. Salió corriendo a...

-Espera -fulminé a Amanda con la mirada-. ¿Correr?

Amanda se sonroja.

-Espero que eso de "Salió corriendo" no tenga que ver contigo. Tú no puedes estar corriendo. Sandford...

Chasqueó la lengua.

-Sólo corrí al baño. De verdad... -se mordió el labio-. No te enojes.

Hice una mueca.

Cincuenta sombras y luces de tedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora