La mañana del Navidad amenaza con congelar Nueva York.
Peter Parker está de pie frente arbolito finalmente terminado y analiza la caja de decente tamaño que espera paciente al destinatario. Tiene una nota y el chillón color del papel de envolver le está provocando náuseas.
—Wow... —exclama Archie cuando repara en el presente. — ¿Es para mí?
—Definitivamente. —asegura Peter.
— "Dinero: obsequio. 15 años ahorrados." —bufa al terminar de leer la nota.
Al deshacerse del papel aparece una caja de Lego. —Mhm, la Estrella de la Muerte, nada mal.
—Creo que hay más. —indica Peter sin dejar de fijarse en las expresiones de su vástago.
— ¡Oh! —cuando abre la caja de lego, hay una más pequeña dentro. —Un celular. —declara examinando la cajita.
Peter da un nuevo vistazo. —Es de los que Industrias Stark fabrica, así que sería el mejor celular.
Es un aparato delgadísimo, de color morado uva y al encenderse despliega una pantalla holográfica. —No creo que estos sean los que salen a la venta. —el dispositivo parpadea y una línea de luz azul escanea su rostro.
—Feliz navidad, joven Archie. —exclama una robótica voz femenina. —Soy Friday, su nueva IA personalizada.
—Creí que era un celular. —exhala casi decepcionado.
—Cumplo todas las funciones de un dispositivo móvil.
Archie deja sin pena ni gloria el largo aparato sobre la mesa del café y continúa desarmando su obsequio. — ¡No puede ser! —chilla emocionado. — ¡No puede ser! ¡No puede ser! ¡No puede ser!
Peter exhala también sorprendido. En su caja original, la colección del Halcón Milenario aguarda. —Estaban agotados...
— ¡Ahg, papá, es increíble! —sigue chillando. — ¡Era imposible conseguirlos!
Archie pone la caja de legos con sumo cuidado en el sofá y muerde su labio inferior. Suspira extasiado y no puede dejar de ver la sencilla caja. Peter suspira. —Creo que nada puede superar a esos.
— ¿Qué? ¿Hay más?
Peter le extiende su obsequio. —Feliz navidad, Pumpkie. —los ojos de Archie vuelve abrirse sorprendidos.
Al retirar la envoltura se rebela el título. "Ego vrs Eros ." —Papá... ¡es maravilloso! —Archie abre aquel libro de pasta gruesa que cuenta la historia de dos personajes que se odian a muerte por su naturaleza, misma naturaleza que les obliga a estar juntos. — ¡Ah, no sabes cuánto amo está historia!
Peter recibe feliz el efusivo abrazo que su hijo le da. —Sé que dijiste que no querías obsequio, perooooo... —el niño desaparece y aparece en un parpadeo. —Esto te gustará porque no es para ti.
Una cuadriculada cajita de blanco papel y moña amarilla es colocada en sus manos. —Archie... —le amonesta suavemente. —Es... —un par de blancos calcetines con medusas dibujadas con acuarelas. —Son preciosos.
El momento se rompe porque el dispositivo se ilumina y se lee un solo mensaje. "Hola, niño. ¿Compensado?" Archie bufa y teclea una rápida respuesta que los ojos de Peter no alcanzan a leer.
—Hay más, papá. —mientras se fija en el sobre que sigue debajo del arbolito. —Y es para ti...
Solo dice "Feliz navidad" con letras hechas a prisa. Y dentro del delgado sobre, un cheque. Firmado y sellado, en blanco. Listo para que Peter Parker coloque la cantidad que necesita.
—Estoy seguro que contigo no acertó. —murmura Archie desde la alfombra.
Más tarde, ese mismo día, aparece el genio Tony Stark.
Hay ojeras debajo de su perfecto rostro, rojo en su mirar y terriblemente despeinado. Peter siente un profundo sentimiento de tristeza al ver a un hombre que lo tiene todo y no tiene nada. Sus pasos son tan firmes que cimienta todo el apartamento, pero luce desamparado.
Peter tiene la impresión de que es un perro, viejo y maltratado, abandonado a su suerte.
Cuando toma lugar en la mesa, esperando que Archie prepare todo para empezar a armar el Halcón Milenario, Peter desliza sobre la mesa el desagradable obsequio.
— ¿Qué? ¿No te parece suficiente? —exclama el genio.
—No tengo interés alguno en tu dinero. —declara sereno. —Nunca fueron mis intenciones y no quiero que lo vuelvas a mencionar.
Tony Stark junta las cejas y lo observa como si una tercera cabeza le hubiera crecido. —Es un presente.
—No lo quiero. —le corta de inmediato. —Un par de calcetines hubieran estado bien.
Y se concentra en los sándwiches de manzana verde y queso brie que Archie le pidió para la merienda. Su estómago da un brinco cuando el aroma cítrico de la manzana llega a su olfato y coloca una mano sobre su vientre.
— ¿Estás bien? —le pregunta desde su lugar.
Peter asiente y continúa en su labor. —Referente a la IA, no estoy tan seguro sí deba tener una.
—Podría ayudarle en cualquier situación.
Peter entrecierra los ojos, indaga sobre el perfilado rostro de aquel hombre que una vez removió todo su ser. —Archie no se enfrenta a situaciones.
El mayor hace un extraño movimiento con los hombros, como si tratara de quitarle importancia. —Solo creí...
Las dudas se formulan como pequeñísimos copos de nieve, como los que caen afuera, y flotan despacio para acomodarse en lugares donde no hagan estorbo pero sí puedan verse.
—Espero que tengas la paciencia suficiente para esto. —regresa Archie dando brincos emocionados. —No puedo creerlo, ¡el jodido Halcón Milenario!
Anthony estalla en una carcajada y Peter junta las cejas. —Archie, ¿Qué es ese vocabulario?
El niño se sonroja. —Lo siento, papá. —se disculpa a prisas. .
Peter se retira dejándoles una decente cantidad de sándwiches en el centro de la mesa. Atraviesa el pasillo y entra lentamente al cuarto que no tiene más que una silla. Deja sobre la misma el obsequio de Archie y parte a su propia habitación.
Su cama sigue sin armar. El armario sigue sin abrirse y aunque está tentado a tomar un decente ducha, sus caderas le reclaman y prefiere hundirse de nuevo en los cálidos edredones de flores dibujadas. Su estómago vuelve a dar un brinco y Peter coloca la mano ahí.
—No hagas eso, asusta a papá. —murmura sin dejar de dar suaves caricias y deslizarse lentamente a un mundo de sueños donde no existen problemas y donde la tristeza no es ni siquiera una palabra.
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De noches estrelladas. [STARKER]
FanfictionTony Stark, héroe en sus tiempos libres y antihéroe en sus tiempos ocupados. Reinventó el termino de vanidoso y redirigió el concepto de narcisismo. La víspera de Año Nuevo, allá en Berna, no solo cometió un par de errores que traerían consecuencia...