Inquietud.

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Cualquier primer día es difícil, sobre todo sí eres un súper adolescente de dos metros de altura al que toda la prensa tiene sus ojos puestos. Archie sabe lidiar con el estrés y aunque pareciera que tiene dominado ser el centro de atención, aun siente cosquillas en el estómago cuando demasiados ojos lo ven. 

Peor sí los ojos son los de todo el país. 

Es el nuevo Stark, no hay más que agregar. A pesar del trabajo de Pepper y Tony, hubo fuga de información. Además, tampoco podían tapar el sol con un dedo, Archie no era un Tony Stark joven nada más por el rubio de su cabello. Ahora tenían la misma altura, la misma nariz respingada y el porte al caminar. 

Pero Archie Parker podía con eso, por supuesto que sí. 

Madrugaron para poder estar lo más temprano posible en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, mejor conocido en el MIT. No es el primer día de clases oficial, pero sí el día de ingreso, mudarse a su habitación asignada, conocer a su otro compañero aparte de Charlie, e iniciar a familiarizarse con el lugar que será su hogar por los próximos cuatro años.

Y sí de por sí ya está emocionado de estar ahí y bastante nervioso, no sabe sí sus padres, sí los dos, le suman o le restan a la situación. 

 —Realmente me traen recuerdos estos pasillos. —declara Tony Stark mientras ingresan a su habitación. —Fueron noches... entretenidas. —declara dejando las dos cajas de libros sobre la cama. 

Su papá ni se inmuta por el comentario de Tony. Lleva en brazos a la despierta Moony y recorre la habitación. —Me gusta esto de la sala, en mis tiempos no fue así. —declara Peter rondando por el lugar. —Oh, ¡que excelente vista tienes! 

Archie quisiera contestar, pero le distraen las constantes cabezas que se asoman por la puerta, asombrados de ver al maravilloso Tony Stark ahí, como un alocado padre más. —Charlie fue listo en elegir este edificio. 

—¿Quieres que te ayude a armar el escritorio? —pregunta Tony a punto de romper la caja que guarda su resiente adquisición. 

—Yo- 

— ¡También tienes un refrigerador! —grita su padre desde la otra estancia. —¡Pero qué lugar!

—Papá-

— ¡Oh, Dios mío! —chilla una voz desde la puerta. —No puede ser, no puede ser, ¡no puede ser!

Es un pelirrojo que fácilmente sería confundido un miembro de la familia Weasly. — ¡Eres-

—Tony Stark, ¿y tú? —alardea Tony.

— ¡Eres Archie Parker! —vuelve a chillar, ignorando al mayor. —No puedo creer que seas mi compañero, ¡es el mejor maldito día de mi vida!

Le arde  la cara. —Sí, hola. ¿Podrías, por favor, no gritar? Procuramos no llamar la atención.

— ¡¿Bromeas?! —es alto, sí. Delgado y tiene un centenar de pecas en las mejillas. — ¿No has visto el pasillo?

Tony es el primero en asomar la cabeza. —Mmm... creo que el ginger tiene razón.

— ¡Tony! —amonesta Peter. —Disculpa, ¿Cómo te llamas?

—Oh, claro. —suelta las maletas y se limpia las manos en el pantalón. —Mamá va a enloquecer. —murmura cruzando la habitación y le estira la mano a su papá. —Damián Murphy, mucho gusto señor.

—Irlandés... —murmura Tony. 

—Soy Peter, como ya sabes él es Archie y el maleducado señor del fondo es-

De noches estrelladas. [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora