Pepper retira la que espera solo sea la segunda botella de licor. Le quita el delgado vaso de las manos y coloca un humeante taza de café sobre la mesa. —Revive, Anthony. Feliz año nuevo.
Tony Stark hunde su rostro contra el sofá, toma una larga bocanada de aire y gruñe. —Déjame.
—Lo siento, pero es tres de Enero y necesito que vuelvas a la vida.
—Eres la presidenta de la compañía, ¿para qué me quieres?
—Tony... —suspira cansada. —Llevas más de tres días bebiendo, tienes que detenerte.
—Tú no me dices que hacer.
—No seas un idiota.
Tony vuelve a gruñir y finalmente abandona aquel sofá. Se arrastra a su habitación ignorando el discurso que Pepper le regala y se encierra en el baño. Toma una larga ducha de agua casi congelada para poder despertar cada parte de su cuerpo y así pode sobrevivir.
Al salir, en la barra de la cocina está empacado lo que parece su desayuno y Pepper ya no está en ninguna parte. Suspira y abre la caja decepcionándose al encontrar un sobre preparado muffin que no luce exactamente apetecible.
Lo come a fuerzas mientras la IA le va mostrando como HYDRA sigue intentando alterar individuos para continuar con su fracasado plan de conquistar el mundo. Pero la conflictiva organización no es capaz de mantenerlos con vida después de exponerlos a una pobre imitación del virus Extremis.
Está totalmente seguro que no lo lograrán jamás. Solo hay dos personas capaces de tolerar la agresividad del virus, Tony que había pasado larguísimas horas en un laboratorio luchando por sobrevivir a la mejora que su cuerpo sufría y Archie que había nacido con el...
Entonces su línea de pensamiento se desvía.
Archie.
No es más que un niño malcriado, irrespetuoso y bastante caprichoso. ¿Qué es ese modo de hablarle? ¡¿De exigirle?! Tony hacía su máximo esfuerzo para adaptarse aquella situación que no planeo JAMÁS y no es más que un humano aceptando la consecuencia de una maldita noche que ni siquiera recuerda.
Y vaya que lo ha intentado.
Porque Tony tuvo duda, aún con la prueba viviente que es Archie y con la prueba genética que le decía que no existía la duda. Así que buscó en su memoria, de manera violeta y casi incendiaria, esa maldita noche en Berna. Pero no obtuvo más que sensaciones extrañas y bastantes náuseas.
Las ganas de una nueva botella le invaden y salta por la ventana antes de que le alcancen. A pleno vuelo, con el viento enfriando su cuero cabelludo y terminando de espantar el sueño, Tony se da cuenta que va a un único lugar casi por inercia.
Pero al llegar, no hay nadie. Escaneando a Friday, descubre que las clases se han reanudado y que Archie ya debe estar ahí. Espía, porque parece ser esa su naturaleza, y también se da cuenta que Peter Parker no se encuentra ahí, que según sus satélites, el extraño sujeto se encuentra en un supermercado, a varias cuadras de ahí.
En la azotea debate si ir o no, sí vale la pena llamar la atención de sus admiradores y arruinarle las compras al hombre. Además, ¿para qué quiere ir a verlo? No es con él con quien tiene que hablar, es con el revoltoso de Archie con quien tiene que llegar a un acuerdo de no ponerse locos con el primer comentario.
Además, al niño no le faltaría un poco de respuesta por un superior, por Dios.
Derivando y desfasado, la IA le anuncia que Peter Parker ha regresado al apartamento. Y Tony, de curiosa naturaleza, espía.
Peter Parker va de un lado a otro. Desarma las bolsas de compra con mucha paciencia mientras se acerca ocasionalmente a la portátil que descansa en una esquina. Escucha a ese extraño cantautor neoyorquino que pareciera que murmura en vez de cantar. Tony lo ve ir y venir, todo con demasiada calma.
Le confunde. No hay nada en aquel hombre que le atraiga, no encuentra la razón para habérselo llevado a la cama. Sus piernas largas y delgadas, no son interesantes. Su rostro, amable y cuadrado tampoco llama su atención. Y con esos suéteres gigantes que usa no puede ni siquiera suponer si hay una cintura ahí, o un culo para pellizcar.
¿Por qué?
Deja la ventana por donde espiaba y regresa a la azotea. No hay un modo que aquello fácil, ni sencillo de entender. Odia en sobremanera aquella situación y quisiera volver a su descarriada vida de autodestrucción que tenía antes de todo aquello.
Treinta largos minutos después de divagar y maldecir. La IA le anuncia que ha llegado quien buscaba.
Archie lleva un enorme abrigo azul marino y unas extrañas botas rojas. Parece que volvió a crecer y el rubio cabello se ha enredado en más rulos sin definirse. Le sorprende lo escalofriante familiar que son aquellos afilados gestos.
— ¿Cómo estuvo la escuela?
—Aburrida. —declara mientras toma lugar en la mesa. —Tuve que explicarle a la profesora que el proceso lineal de una ecuación diferencial es equivalente a-
—Habíamos acordado que no seguirías corrigiendo a tus profesores.
Archie se ríe despacio y se entretiene sacando libros y libros de su mochila. Peter le da un vistazo de reojo de vez en vez y parece que medita sobre hacer la pregunta.
— ¿Le has hablado?
Tony nota la tensión en los hombros del niño. —No. ¿Para qué?
—Archie...
—Déjalo. —pide.
Tony ahoga el gruñido. Niño malcriado.
Regresa a la azotea y aunque tiene todas las santas intenciones de partir, sus piernas le traicionan y bajan de dos en las escaleras de emergencias. A lo mejor sí será lo correcto ir y —enseñarle un par de modales a ese niño alargado que crece con prisa.
—Hola, Tony. —murmura nada sorprendido Peter Parker cuando le abre la puerta.
—Hola. —escupe. — ¿Está Archie?
Peter se hace a un lado, dejándole pasar. Da largos pasos para encontrarse al adolescente viendo algo en el dispositivo y apenas alza la vista para reparar en él. —Ah, eres tú.
—Moco- —pero se detiene, nota que Archie sí ha alzado la vista pero no para verlo a él, sino para fijarse en Peter, detrás de él con una mano sobre el estómago.
— ¿Papá? —llama Archie alcanzando a Peter en un segundo. — ¿Están bien? ¿Qué sucede?
Peter respira y se estira despacio. —Se ha movido muy rápido... —suspira aliviado. —Eso sí ha dolido.
Tony se queda de pie, en medio de la cocina, procesando a mil millas por hora. —Espera... ¿qué?
— ¿No es obvio? —pregunta Archie con una altiva ceja alzada.
—Archie. —pide Peter.
— ¿Qué se supone que es obvio?
—Voy a tener un hermanito.
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De noches estrelladas. [STARKER]
FanfictionTony Stark, héroe en sus tiempos libres y antihéroe en sus tiempos ocupados. Reinventó el termino de vanidoso y redirigió el concepto de narcisismo. La víspera de Año Nuevo, allá en Berna, no solo cometió un par de errores que traerían consecuencia...