De noches estrelladas. [STARKER]

Joven niño.

 —Lo sabe. 

—No, no lo sabe.

—Pero lo sospecha.

Tony deja de teclear en el holograma que tenía en frente, terminaba de programar el televisor de la sala con la IA de la mesa y con las luces de toda la casa. —Puede ser, sí. Es un chico listo.

—Es un chico listo. —murmura Peter viendo hacia las escaleras.  — ¿Notas que luce un poco triste?

—Es probable que no hayan mejorado las cosas con Charlie. —declara Tony sin dejar de teclear en el holograma hasta caer en cuenta lo que ha dicho.

— ¿Qué? —Peter se acerca al centro de la sala, cerca donde Tony permanece quieto. — ¿Pelearon? 

Tony rasca su ceja y continúa su labor de configurar y programar. —Algo así, ya sabes, cosas de chicos. —se aclara la garganta. — ¿Te tomaste la píldora?

—No. No sé. —Peter se cruza de brazos. — ¡Claro que me la tome y no me cambies de tema!

—Oye amigo, no lo sé. —se defiende pobremente. —Algo así le escuche decir.

—Mientes. —sentencia Peter.

—Peter-

—Tony, Archie puede lucir como mayor, pero recuerda que tiene dieciséis años y vive en un mundo de adultos. —declara Peter mientras se encamina a las escaleras. —Ya hablaremos tú y yo sobre qué has escuchado y no me has contado. 

Peter sube las escaleras de dos en dos y llega hasta la habitación de su primogénito. Pero no está ahí, así que se traslada a la de Moony. Y ahí está, un gigante adolescente metido en la cuna donde su pequeña hermana toma su siesta. Ha comenzado a nevar nuevamente pero Archie está concentrado en lo que sea que lee en su móvil.

—Hey... —Peter casi ha olvidado como era entablar una normal conversación con el grandulón sujeto que está ahí. 

—Hola papá. —Archie no levanta la vista, sigue con las piernas enrolladas y deslizando el dedo sobre la pantalla.

— ¿Todo bien? —finalmente se acerca. Sigue siendo Archie después de todo. 

Los curiosos ojos de su hijo finalmente caen en él. Lo estudian fríamente y Peter casi siente arrepentimiento de enfrentarse a su propio hijo. — ¿Por qué? ¿Algo tendría que estar mal?

—Archie... —murmura Peter. — ¿Vas a decirme qué te sucede? Tienes meses de estar enfadado, como sí hubieras decidido odiar al mundo. Sabes que puedes contarme lo que sea, Pumpkie, seguimos siendo tú y yo.

— ¿En serio?  —Archie sale de la cuna demasiado rápido pero sin provocar un solo ruido. —Tu siempre dices eso, que puedo contarte lo que sea, pero tu no eres capaz de decirme nada.