Nunca espero nada en su futuro. De hecho, ni siquiera esperaba vivir tanto. Pero ahí estaba, superviviendo al caótico plan que el destino le había fabricado. Resistente por naturaleza y caprichoso por placer, Tony Stark había sobrevivido.
Al secuestro, al reactor, al virus, a Peter Parker.
¿Era gracioso? Sí. Todo aquello estaba lleno de ironía, del destino divertido al regresar cada soberbia palabra que salió de su boca.
Y aunque incluso él mismo se burle de él, sabe que es la mejor maldita cosa que ha hecho, consciente, en su jodida vida.
Sí, nunca se fijaría un hombre que es papá. Pero es que Peter Parker no es un papá más, es él papá. Dedicado, entregado y resistente. Tiene una valentía y una fuerza imparable y son cualidades que Tony Stark valora, tanto en amigos como enemigos. La perseverancia, la fuerza para resistir.
Abrumadoramente inteligente. El hombre no solo crea vida con su vientre, sino con sus manos. Arma microorganismos desde cero, capaz de construir una nave espacial y desarmarla en el mismo instante. El cerebro creativo que tiene es espectacular y Tony Stark también admira eso.
Sobre todo, que a pesar de su atemorizante inteligencia, no es ni soberbio, ni orgulloso, ni pedante. Es más grande su nobleza, su vena paterna tan marcada y las ganas de que todos a su alrededor aprendan. A Tony le parecía hasta estúpido, luego creía que era orgullo disfrazado de amabilidad. Pero no, Peter hacía cada cosa desde el corazón, desde las ganas que nadie se sienta solo, que nadie se sienta tonto y Tony Stark aprendió a respetar eso.
Si Tony Stark pudiera desarmar cada parte de Peter Parker descubriría que se siente fascinado por cada una de ellas.
Le gusta hasta lo que al propio Peter no le gusta. Porque hasta parece ridículo el hecho que Peter no note lo que hace con las personas que lo rodean. Modesto hasta el punto de ser tonto.
Pero incluso así, demasiado tímido, inseguro y tonto, le gusta.
Y ni hablar de su cuerpo. Las largas piernas torneadas. El delgado músculo que sobresale de su cuello hasta sus hombros. El centenar de diminutas pecas que tiene. Sus enormes ojos, siempre amables, siempre alerta. O la curiosa forma de una de cejas que permanece eternamente despeinada. O el invisible hoyuelo que se forma cuando sonríe despacio.
O la perversa desfachatez de sonrojarse después que es besado. Dios mío, Tony Stark debería demandarlo por todo lo que le provoca cuando lo ve con el suave sonrojo en sus mejilla y con la perversidad en unos inocentes ojos castaños. ¡Que barbaridad!
Ahora parece fácil recalcar los datos, pero fueron meses enteros de negación.
Se creía incapaz que él, Tony Stark, el maravilloso Superior Iron Man, estuviera enloquecido por un humano cualquiera. Aunque claro, hasta en eso estaba equivocado.
Porque Peter, siendo todo eso, tenía el descaro de también ser el espléndido, maravilloso, espectacular Hombre Araña.
Tony recuerda la primera vez que vio al lánguido sujeto balancearse en la ciudad. Pequeño, escurridizo y posiblemente un potente delincuente con esa cantidad de habilidades. Pero no, ayudaba a la abuelas a cruzar la calle, recuperaba bicicletas robadas y defendía a niños de sus abusadores.
Y lo que Tony Stark nunca va a admitir es que no pudo encontrarlo. O sí lo hizo, pero sus prejuiciosos pensamientos no iban a dejarlo admitir que aquel fantástico hombre era el papá de un crío de unos diez o once años demasiado hiperactivo. Fue la única vez que pudo seguirlo hasta una escuela, donde apostaría que sería un estirado adolescente, pero no.
Vio al sujeto, delgado y correr a prisas para llegar a la entrada donde cientos de niños eran repartidos a sus tutores. Claro que no era él, demasiado flaco, demasiado tonto.
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De noches estrelladas. [STARKER]
FanfictionTony Stark, héroe en sus tiempos libres y antihéroe en sus tiempos ocupados. Reinventó el termino de vanidoso y redirigió el concepto de narcisismo. La víspera de Año Nuevo, allá en Berna, no solo cometió un par de errores que traerían consecuencia...