De noches estrelladas. [STARKER]

¿Qué tenemos que mover?

Spiderman da un brinco hacia atrás, estira las piernas y aterriza como si de una delicada bailarina de ballet se tratara. El traje es ridículamente intuitivo y activa los escudos antes que el ataque de Wanda se acerque. 

Tony desea quedarse quieto, observando el espectáculo visual que es el superhéroe en acción. Pero Archie sigue siendo un problema y hasta que no logre detenerlo y regresarlo a normalidad, no puede seguir deleitándose con el chico araña.

Archie vuelve atacar. Pero Tony ya no tiene que preocuparse por Wanda, así que concentra en detener los violentos y rápidos puñetazos que su hijo da y se enfoca en buscar lo que lo controla, necesita saber que utilizó Wanda para ponerlo en ese estado. 

Toda la furia que Peter sentía, toda la impotencia que sintió cuando Wanda atacó a su hijo, finalmente salen. Enfrentarse cara a cara con la mujer que no se detuvo un segundo en atacar a un niño, alto y peligrosamente poderoso, pero un niño noble. 

Peter Parker respira profundo, en ese endiablado traje entallado, y patea con fuerza. Wanda retrocede lo suficiente para equilibrarse y volver atacar. — ¿Qué pasa hombre, temes pegarle a una mujer?

Nunca había experimentado el sentimiento de odiar, hasta ese momento que escuchó su voz y el  marcado acento. Podría contestarle, pero todo lo que Peter necesita es detenerla, terminar con aquello, e irse a casa con sus hijos. 

Lanza las mejoradas telarañas que la hacen caer de rodillas. Wanda grita, pero antes de un nuevo movimiento, ata también sus muñecas al suelo y aprovecha el momento para brincar por sobre ella. Enreda el largo cabello en su muñeca y sonríe cuando la blanca nuca aparece a la vista. 

Tony Stark detiene el puño de Archie justo a tiempo para ver como el increíble Spiderman somete a Wanda y le inserta sin miramientos el dispositivo que drenara el virus del cuerpo de la mujer. El grito que da es ensordecedor y Tony siente a Archie tambalear. 

Wanda se desploma entre las piernas de Spiderman y Tony no deja de pensar qué nunca en su maldita vida se había sentido tan caliente en medio de un campo de batalla. Las largas piernas torneadas, la diminuta cintura dibujada por las líneas del traje, la recta pose heroica. 

La distracción sirve para que Archie golpee debajo de su mandíbula y lo haga salir nuevamente por los aires. Logra detenerse hasta que su espalda cruje contra una de las paredes. 

Peter se fija en su hijo, alterado, utilizado. Su corazón se rompe un poco más y se alista para enfrentarse a él. Sabe que es más rápido, más fuerte, más alto. Así que antes que un furioso Archie le alcance, estira la mano y su telaraña le saca del camino. 

Le cuesta dos segundos a Archie redireccionarse y antes que salga a por él, Peter corta la telaraña y se lanza hacia atrás, aprovechando para enredar las piernas de su hijo y hacerlo aterrizar de inmediato. 

Sus huesos crujen cuando tocan el suelo, sabe que es la falta de entrenamiento y tal vez debió calentar un poco más, pero aún así no se detiene y se  apresura en enredar a Archie en más telaraña y sujetarle. 

—Así cualquiera podría. —alega Tony cuando finalmente se ha recuperado de la sacada de aire que se dio. —Con trucos, pan comido. 

Peter también está tentado a contestarle, pero no es mucho el tiempo que podrá detener al chico. — ¿Qué le hizo?

— ¡No sé! —asegura Tony colocándose frente a Archie. —Es una bruja después de todo. 

Peter entrecierra los ojos. — ¿Cuál es el plan? ¿Cómo lo regresamos a la normalidad?

—Reprogramación cognitiva. —declara Tony con demasiado entusiasmo. — ¡¿Qué?! Él empezó. —se defiende cuando ve los ojos de Spiderman encogerse en la máscara.