Peter Parker está recostado en el sofá, la diminuta humana está sobre su pecho, ambos reciben la escasa luz solar que queda por la tarde y duermen plácidamente.
Tony Stark está en la isla de la cocina, tiene un vaso lleno de jugo de arándanos. Los ve desde ahí, en silencio mientras tanta de entender cómo alguien puede dormir tan tranquilo mientras tiene una vida tan frágil sobre el pecho. Un solo movimiento, un solo error, podría pasar una desgracia.
—No pasará, Peter está biológicamente capacitado para seguir consciente que su bebé duerme sobre él. —asegura Pepper apareciendo a su costado.
—Eres un bruja. —declara Tony sin dejar de verlos. —Luce tan tranquilo, como si...
— ¿Cómo si no tuviera entre sus manos a la persona más frágil de mundo? —Pepper ha tomado lugar en una de las sillas que rodea la isla. —Lo sé, es aterrador pero supongo que es el instinto de ser padre.
Han pasado ocho días. Ocho irreales días donde Peter Parker cuida a su pequeña bebé. Donde Tony cada vez se siente más intrigado , y un poco obsesionado si es honesto, en ver la naturaleza del menor, la práctica con lo que hace todo y pareciera que ha nacido para ser papá.
Se pregunta sí fue así con Archie. Sí se cruzaba de piernas para alimentarlo a las horas que la bebé demanda, sí le daba cálidas duchas antes de dormir y lo arrullaba hasta que quedaba prácticamente inconsciente. Seguramente fue así, Archie es un funcional niño que, sin duda alguna, recibió el mismo amor que Peter derrama en la bebé.
— ¿Tony? —le llama la mujer y tiene que parpadear para regresar a la Tierra. — ¿Tienes alguna noticia?
Pepper Potts se ha ofrecido voluntariamente a cuidarte de Peter, pero resultó no ser tan necesario. La herida de Peter cicatrizo completamente al tercer día, y aunque aun lucia agotado, se veía sano, en una pieza. Por supuesto, se quedaba dormido en la primer oportunidad, pero comprendían que era por la cantidad de leche que estaba produciendo.
—Ninguna. —confiesa después de un largo trago de jugo. —Creo que por el momento, se ha ido del país.
Su mejor amiga ha dejado los entallados trajes por cómodos jeans que se ajustan a su cadera y por remeras blancas que combina con bonitos suéteres de tonos pasteles. Se ha trenzado el cabello y luce extremadamente joven, sin el estrés de una exigente compañía multinacional encima.
—No luces preocupado. —declara Pepper. —Pareces más... distraído.
Y por supuesto que lo está. Es difícil concentrarse en una cosa cuando varias ocurren al mismo tiempo. Y en lo que sí se concentra, le genera dolor de estómago y una desesperación asfixiante que le provocan destruir lo que sea que este en su mano.
Porque Tony Stark, que ya se había resignado a renunciar que su vida nunca sería lo que él esperaba, ahora llegaba a una nueva etapa que lo asustaba en sobremanera y que al mismo tiempo lo hacía sentir... ¿Aliviado? ¿En calma?
Ya había atravesado la fase donde se sentía curiosamente atraído a Peter y su magnetismo. No podía dejar de notar los delicados movimientos con los que hacía cualquier cosa. Se fijaba en la paciencia y concentración que tenía cuando cortaba las uñas de la pequeña bebé, o la suave manera que tenía en acariciar los rebeldes cabellos de Archie y ayudarle a desenredarlo.
Le gustan sus ojos. Grandes, redondos y amables. Capaces de expresar demasiado con una sola mirada. También le gusta su nariz, puntiaguda y se mueve mucho cuando Peter ríe a carcajadas. Sus labios también, delgados y rosas. Y su cabello, castaño y rebelde, se dobla en las puntas largas que ya casi cubren sus orejas.
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De noches estrelladas. [STARKER]
FanfictionTony Stark, héroe en sus tiempos libres y antihéroe en sus tiempos ocupados. Reinventó el termino de vanidoso y redirigió el concepto de narcisismo. La víspera de Año Nuevo, allá en Berna, no solo cometió un par de errores que traerían consecuencia...