Y ya para terminar.

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Tony Stark baja las escaleras cerca de las siete de la mañana. Baja a prisas, lleva una remera blanca, una pijama con pequeños dibujos de Batman y solo calcetines para hacer sus veloces pasos silenciosos. Y va sosteniendo firmemente la cabeza de Morgan Parker. 

Da un brinco para ahorrarse los últimos dos escalones y se interna a la cocina. 

—De acuerdo, sirena... —murmura abriendo el refrigerador. —Tú papá es un genio, ¡mira lo que te ha dejado!

Moony parece entenderle, balbucea y se aferra con fuerza al cuello de la remera. Tony saca el envase que contiene leche de fórmula y lo mete al en el aparato que lo calienta con agua ya caliente. Pero Moony se agita, llamando la atención y señalando de vuelta el refrigerador. 

— ¿Qué viste? —están, en un transparente tazón, las frutas favoritas de la bebé. —Que rápida eres. —exclama Tony mientras le da una y se queda sacando el resto de alimentos que va a necesitar. 

Tony palmea la redonda mesa de cristal de la cocina, la mesa que ha convertido en una especie de computadora súper moderna y minimalista que le da los buenos días y pone las noticias del día mientras llama a Norland. 

La frambuesa ha desaparecido en las manos de Morgan y es pronta en tomar el biberón que Tony le entrega. —De acuerdo, quédate aquí mientras yo preparo el desayuno de tu papá. 

—Papa. —balbucea la bebé. 

—Sí, tú papá. —concuerda Tony mientras trata de dejarla dentro de Norland pero Morgan sigue aferrada a su remera con una pequeña mano. —Moony, colabora conmigo, ¿sí? Quédate ahí, toma tu biberón y te daré otra frambuesa.

Pero Moony se niega. Le sujeta con fuerza y Tony gruñe. —Te aseguro que Norland es más cómoda que yo, ¡yo la hice para ti!

—Papa. —vuelve a balbucear y sigue pegada a él. 

—De acuerdo. —exclama casi agobiado. —Pero te sostienes sola tu biberón porque estoy muriendo de hambre y seguramente tú papá también. 

Entonces convencida que Tony no le dejara en Norland, sujeta el biberón con sus pequeñas manos, aunque no lo toma, se dedica a mordisquear la tetina que se supone debía ayudar con lo difícil situación del primer diente que apenas quiere hacer su aparición.

—Voy a hablar con tu papá. —le habla Tony mientras se las ingenia para quebrar un par de huevos en un bowl. —Eres un sirena muy consentida. 

—Papa. —le contesta Moony como toda defensa. 

—Sí, lo eres. —Tony continúa con su titánica labor de preparar el desayuno mientras sostiene a Morgan entre sus brazos. —Y sé que en parte es mí culpa, pero eso no necesita saberlo nadie. 

Moony le saca la lengua como toda respuesta y se concentra en entender lo que la mano libre de Tony hace. Este continúa la conversación, aunque no deja de escuchar las noticias esperando que Pepper haya logrado contener cualquier filtración del fiasco que hizo la detestable tía Olivia. 

El espectáculo es increíble de creer aunque lo este viendo, pero por primera vez en mucho tiempo, Archie Parker no quiere gritar ni exigir respuestas, solo deja que sus ojos miren ese irreal momento que su hermana está viviendo con su padre. Se queda ahí, desde el sofá de la sala, viendo y escuchando, entendiendo finalmente que lo que temía había pasado.

No ha sido fácil, aunque tampoco difícil. Ha sido, por decirlo así, extraño. Desde que Tony Stark llegó a su vida, todo dio un violento giro tan rápido que ni siquiera él, acostumbrado a su crecimiento desmedido, podía asimilarlo. Y aunque se esforzaba por adaptarse, no dejaba de ser raro.

De noches estrelladas. [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora