Nunca.

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—Creí que sería más rápido

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—Creí que sería más rápido. —declara Archie desde su lugar. 

Tony deja de escribirle a Pepper y lanza la mirada hacia su vástago. —Niño, ni siquiera ha pasado una hora. 

Archie está en una de las sillas del pasillo, afuera de la habitación donde preparan a Peter para la intervención. Tratan de pasar desapercibidos y para Tony es fácil, con un sencillo sudadero y una gorra que le da un poco de normalidad. 

Pero no es fácil para Archie, el negro gorro lo hace ver un poco más pálido y el color de sus ojos resalta todavía más. Además, la forma de sentarse, sus largas piernas cruzadas una sobre las otras y el tic nervioso de agitar un pie exageradamente rápido hace que se gane fácilmente un par de miradas curiosas. 

—Pero, ¿Cuánto más van a tardarse? —insiste. —Papá está saludable, no hay porque esperar tanto.

—Ya hemos hablado de esto. —guarda su sofisticado móvil cuando Pepper le asegura que ya va en camino. —No eres médico y no lo sabes todo.

Archie bufa, coloca una mano debajo de su mejilla y apoya ahí la redonda cabeza. — ¿Apuestas? ¿Niño o niña?

— ¿Por qué  no vas a comprar algo de comer? —Tony saca el último billete de veinte dólares que quedaba en su cartera.

— ¿No es peligroso? ¿No se supone que debía estar bajo tu constante, y aterradora, supervisión? —sigue alterando sus nervios mientras recibe el billete. 

Tony entrecierra los ojos. —Hay más seguridad en este edifico que en la Casa Blanca. 

— ¿Estás seguro? —se ha puesto de pie y Tony podría asegurar que ha vuelto crecer. 

— ¿Me estás dando a entender que no sabes cuidarte solo por un jodido minuto?

Archie se ríe, mostrando sus perfectos dientes. —Oye, relájate amigo, vas a arrugarte. 

Tony rueda los ojos, agotado. No pasa nada si Archie se aleja un par de pasos, no es broma sobre la seguridad del edificio, siendo vigilado desde satélites que mandan un reporte constante a Jarvis. Sin mencionar el detallito de la pulsera de Archie, de elegante Vibranium que recita su nombre en robótica letra y que esconde un micro localizador en el punto de la i. 

 Claro, le dijo que era un regalo por la acelerada culminación de su preparatoria. No iba a decirle al chico, que ya tenía dos Mark's como sombras, que ahora llevaba un GPS integrado. No necesitaba el tétrico detalle. 

— ¿Señor Parker? —sale un médico de la habitación. 

— ¿Eh? —Tony se pone de pie por instinto. 

—Oh, hola futuro papá. —saluda el animado médico. —Su esposo me comentaba que tenían programada la cirugía para la próxima semana.

—Él-

De noches estrelladas. [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora