Todavía más.

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"La cifra de heridos supera los cien y oficialmente son seis personas las que perdieron la vida. Ninguna fuente ha decretado sí son los mismos de hace unas semanas o es una entidad diferente.

Por el modus operandi no hay duda que se trata de los mismos. Las autoridades están envueltas en investigaciones y nuevamente se ha llamado al Los Vengadores, aunque no han sido de ayuda últimamente."

Tony apaga el televisor en el momento que la rubia reportera se descarrila de lo que realmente importa. 

Un grupo de terroristas ha llegado al país y se han hecho notar, aunque todavía se desconoce su origen, sus intenciones y cada día se asustan más con sus alcances. 

La primera vez estallaron una extraña bomba que casera que destruyó un vehículo, afortunadamente no hubieron heridos. La segunda vez, una semana después del primero, explotaron un carrito de salchichas y no tampoco se reportaron víctimas. 

Esta vez, en la segunda semana de Febrero, habían explotado dos bombas  caseras en un teatro chino al aire libre, costó la vida de seis personas. El pánico era general y no había modo de entender que sucedida. ¿Qué querían? ¿A quién buscaban?

Debido a la terrible situación que se vivía y una fuerte nevada obligó a todos a encerrarse en sus casas. Así que Tony  aprovecha el confinamiento, no es que nadie lo esté a fuerzas tampoco,  para tratar de localizar a ese gente que irrumpe con su tranquilidad. De paso detenerlos solito y burlarse un poco más de las autoridades y la banda musical de Los Revendedores.

Pero el solitario confinamiento le aturde y le genera acidez, así que Tony se debate si salir o no, de visitar a Pepper y su flamante esposo el coronel Rhodes, tal vez una tarde de póker y amigos. O si llamar a una o dos modelos de reconocida marca para que le acompañen un rato, en unos días de alcohol y sexo. 

También puede continuar en el estudio de la muestra de sangre que se mantiene en su laboratorio. Sí se esforzará un poco más, lograría separar cada parte de la misma y comprender la fusión. Sí pudiera desarmarla sabría como armarla, recrearla. Pero Tony ya se aburrió de fracasar, de separar y ver como el código genético se construye de inmediato para evitar pérdidas. 

Así que lo deja estar, no porque no pueda, sino porque se aburrió de hacer eso también y ya le duelen los ojos de estar viendo a través de un maldito microscopio anticuado porque sus modernos microscopios son inútiles en mantener la correcta composición de aquella valiosa muestra.

O tal vez, solo tal vez, visitar a Archie. Posiblemente el niño se queje del aburrimiento, o le muestre los avances en la computadora que arma desde cero o tal vez, solo tal vez, Peter Parker estará de bueno humor y le invite a cenar esa jodida y fantástica lasaña que hace que su estómago vibre solo con el recuerdo. 

Debatió más de cuatro horas y le costaron solo siete minutos llegar al apartamento de los Parker. Lo único que Tony Stark no esperaba es que el edificio estuviera rodeado de ambulancias, policía y todos los servicios de seguridad que se requerían cuando una emergencia ocurría. 

— ¡Puta madre! ¡¿Jarvis, qué mierda ocurrió?! —grita mientras escaneada el edificio que está manchado con la sombra de la explosión. — ¡Jarvis!

—Según las fuentes, no tiene ni diez minutos que acaba de ocurrir, señor. —inicia la IA con el reporte. —Se presume un posible coche bomba, no hay nada más. 

—Mierda, mierda, mierda. —Tony maldice mientras aterriza entre la multitud que se revoletea el lugar. —Mierda, mierda.

— ¡Tony! —grita un voz detrás de él y Tony Stark, un genio reconocido, no nota que estaba sosteniendo la respiración hasta que el aire reingresa a su cuerpo al escuchar esa voz. — ¡Tony!

De noches estrelladas. [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora