De noches estrelladas. [STARKER]

Parte por parte.

Gruñe al despertar. El olor a sanitizante le provoca náuseas. Busca rápidamente su mano izquierda y se queja cuando ve la larguísima y horripilante aguja que le han insertado. Repara en que su otro brazo está inmovilizado y el dolor constante en su hombro indica que han recolocado su clavícula. 

Es una decente habitación de hospital, llena de luz naranja que combate las sintéticas luces blancas. 

Maldice. Era un domingo tranquilo, desayunaban waffles redondos con arándanos frescos y demasiada crema batida. Había transcurrido una semana desde la visita al hospital y el ataque de Peter, una semana desde que Peter le pidió amablemente que le guardara el secreto y donde Tony accedió porque Archie explotó de felicidad al saber que su hermano o hermana estaba en perfecto estado. 

Era un buen domingo, maldita sea. 

Archie aparece empujando la puerta, con dos mousse de chocolate debajo del brazo y comiendo uno de vainilla. —Hey, amigo. —sonríe cuando repara que ha despertado. — ¿Cómo te sientes?

Tony gruñe. —Como la mierda, ¿Qué pasó? 

Archie sonríe mientras toma lugar en el sofá cercano a la cama. —Tuviste una intoxicación, inhalaste algo que no debías inhalar. 

—Sé que es una intoxicación. 

—Pues quien te atacó, exhalaba vapores corrosivos, el cap y tú casi no la cuentan. 

— ¿Qué? ¿Steve está mal?

—En la otra habitación, durmiendo un rato más. 

Tony suspira profundo, estira la mano sana y recibe el mousse de chocolate que Archie le destapado. — ¿Dónde está tu papá? —pregunta cuando se le dificulta acomodar el mousse y meter la cucharita. 

—Viendo al cap, no creo que tarde en venir. —contesta Archie llenando la cuchara y llevándola a su boca con naturalidad. —Cuando llamaron del hospital, no creíamos lo que decían. 

Tony se traga la viscosa sustancia. — ¿En qué han venido?

—Con Jarvis. —y mete otra cucharada. —En el BMW, pero con Jarvis. 

— ¿Solos?

— ¿Con quién más? —rueda los ojos. —Pepper y el coronel están volando de LA para acá.

— ¿Qué? ¿Por qué? ¡¿Quién les aviso?!

—Relájate. —ordena cuando la máquina inicia a chillar. —No creo que te  den de altas sino estás bien. 

—Estoy bien. —gime rodando los ojos. —Esto es innecesario, estaré bien en un par de horas.

—Y  mientras, es mejor que estés aquí. —Archie se pone de pie y Tony sufre al notar que ha vuelto a crecer, al menos ya alcanza el metro ochenta. —Iré a ver a por una enfermera. 

— ¿Para qué?

—Te está sangrando la nariz. —Archie le señala con un delgado dedo y cuando toca su nariz, vuelve a gruñir cuando su mano se mancha del líquido.

Se hunde en la cama y un nombre aparece. Wanda Maximoff. 

Algo definitivamente salió mal con esa mujer, el tipo de reacción que tuvo al virus es fantásticamente horrible y posiblemente el aroma a llanta quemada provenía de ella. Eso fue lo que le envió al hospital, no recuerda haber olido nada más. 

¿Estará muriendo? ¿Para qué quiere Archie? ¿Cómo saben de él? ¿Cómo saben que es su hijo? 

La segunda vez que despierta está bajo la cálida mirada de Peter Parker. 

—Hola, Tony. —murmura y el mayor siente adormecida  cada parte de su cuerpo. —Estás vivo.

—Ya se está haciendo costumbre. —declara con la voz tenue. 

— ¿El qué?

—Esto de verte al despertar. 

Peter sonríe mientras las mejillas florecen. —Como que te gusta eso de estar inconsciente. 

Tony muge y mueve su mano sana para espantar el resto de sueño de sus rostro. Ya no tiene la aguja insertada y se siente menos mareado que la primera vez. — ¿Alguna novedad?

—Fuiste tú quien se enfrento a  ella, ¿algo nuevo?

Junta las cejas y cierra los ojos cuando se siente analizado. Obviamente es malísima idea comunicarle a un hombre en gestación, que atraviesa un duelo, que debe mantenerse sereno por las personas más importantes del mundo. 

—Es una bruja.

— ¿De forma despectiva o de formal literal? —Peter rodea la cama y trae un sudadero consigo. 

—Algo salió mal, el virus en ella es espeluznante. —nota la tensión en los hombros de Peter. —Y... —duda bajo la atenta mirada del menor. —Es a mí a quién quiere. 

— ¡¿Qué?!

—Necesita nivelar el virus. —inicia improvisando. —Y necesita saber qué o cómo hacerlo, sin duda sus planes fueron interrumpidos cuando Los Vengadores atacaron la cede en Sokovia y ahora necesita descubrir cómo hacerlo, cómo mantenerlo y cómo sobrevivir a el. —termina con la verdad. 

—Dios... —murmura un preocupado Peter. — ¿Qué harás?

—Por el momento, largarme de aquí e ir a mi taller.

— ¿A qué?

—A organizarme, hombre. —murmura mientras ve su brazo. —Con la aceleración del virus, ¿Cuánto crees que tarde en sanar?

Peter suspira, rodeando la cama nuevamente. —Una semana, ¿te ayudo?

— ¿Eh?

—Te han dado de alta desde hace una hora, solo esperaba que despertaras. —y le muestra que el sudadero dice Stark sobre el corazón. 

Le ayuda a colocarse el sudadero y salen por la parte trasera del hospital, donde otro auto les espera y se deslizan en la semioscuridad de la noche hacia la torre. Archie no para de hablar durante todo el camino y Tony se siente ansioso, terriblemente preocupado y adolorido.

Esa noche no trabaja, de verdad está aturdido por los golpes y agobiado. 

Los atentados fueron para llamar la atención, mostrar sus capacidades. No hay duda. 

Luego, les rodeo, le anunció a Tony Stark que sabía donde vivían, ¿por qué no solo lo hizo? ¿A qué espera?

Técnicamente es imposible entrar a la Torre Stark, ¿por qué los obligo a salir del sencillo apartamento y mandarlos ahí? ¿Fue Spiderman el impedimento para que Wanda no se llevará a Archie esa noche?

¿Qué hará para mantenerlo a salvo? ¿Y ahora que le dio la cara, qué sigue?

Como las preguntas espantan el sueño hasta muy entrada la madrugada, baja a su taller para despertar a tres durmientes Mark's para que se conviertan en la sombre de Archie, porque necesita protegerlo sin despertar sospechas ni preocupaciones en el gestante Peter Parker. 

Finalmente a las cuatro de la mañana, el sueño lo vence. Y se duerme solo porque el virus está ardiendo, reparándole desde adentro. Casi puede escucharlo, rugiendo como una cascada en su interior mientras restaura todo su interior.