¿Entonces?

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Lo despertó el ruido de la lluvia contra el ventanal y luego vio a una silenciosa Mark esperando paciente para entregarle una muda de ropa limpia. 

El aroma a café lo invade desde que desciende las escaleras. Su cuerpo entero se agita, como una suave ola que le termina de despertar. Hay cosquillas en la punta de sus dedos y cuando finalmente llega a la cocina, las cosquillas se expanden por cada espacio de su cuerpo. 

Sentando, con una pierna sobre la otra, está Peter Parker. Ubicado en la redonda mesa que habita en una de las esquinas de aquella amplia cocina. Morgan está tomando lo que seguramente es su desayuno, usando aún su pijama de cerezas, ajena al caos del exterior. Peter toma de una gigante taza de café y también luce lejano.

—Buenos días. —saluda buscando una taza limpia. 

Peter deja de ver la taza humeante y le ataca con sus gigantes ojos. —Buenos días.

Tony ya ha llenado su taza y espera, no sabe qué, pero espera. Moony se agita y Peter la separa de su pecho, momento en el que Tony mira hacia cualquier dirección, menos a ese trozo de tierna carne que crece con una única función. Peter se acomoda el suéter y vuelve a la silla una vez dejada Morgan en su sitio.

Y Tony sigue esperando, él ya hizo el primer movimiento, es el turno de Peter. 

— ¿Tienes hambre? —pregunta mientras se pone de pie en un salto y camina al refrigerador. Tony quiere maldecir, realmente es injusto y confuso-

Peter se ha girado rápido, ha tirado del cuello de su remera y deposita un rápido beso de desayuno. — ¿Británico? 

Ya no tiene hambre, pero asiente. 

Han tenido práctica preparando el completo desayuno, así que Peter se encarga de preparar una docena de huevos estrellados y saborizar los blancos frijoles de lata mientras Tony coloca salchichas, tocino, tomates y champiñones en la bandeja que va directo al horno. Lo hacen con las noticias de fondo y Tony anota diseñar una mesa que muestre las imágenes que la mujer describe por el altavoz.

— ¿Estás listo? —pregunta Tony mientras escucha los veloces pasos de Archie acercarse. 

Peter coloca el último plato en la mesa y asiente. — ¿Qué tan difícil puede ser?

— ¡¿Pero qué están viendo mis ojos?! —chilla un emocionado Archie tomando lugar en la mesa. —Oh Dios, papá, ¡no tienes idea lo mucho que extraño tu comida!

Peter vuelve a tomar lugar con una nueva taza de café y Tony copia la acción, expectante, alerta.

— ¡Tony! —repara en él un microsegundo después. — ¿Dormiste aquí?

—Buenos días para ti, Archie. —interfiere Peter. — ¿Dónde está Damián?

Las preguntas flotan un rato, Tony se queda quieto y alerta bajo el escrutinio que Archie le hace y cuando está por responder, ve el cambio de color en los ojos del niño. —No tiene hambre aún.

Los pasos de Damián se escuchan y la boca de Peter se abre para refutar, pero el pelirrojo entra con demasiada energía. — ¡Así debe oler el cielo! —trae una remera rosa y el cabello apuntando a todas direcciones. —Buenos días familia Parker.

—Buenos días. —saluda un educado Peter. —Por favor, toma un lugar y siéntete libre de comer cuanto quieras. —Tony presiona la mandíbula cuando nota algo en Peter.

Archie ha cambiado de objetivo y ahora está viendo a Peter con intensidad. El virus refulja en sus ojos como una tormenta solar. —Espero no les importe que nos quedemos hasta el lunes o tal vez martes por la mañana.

De noches estrelladas. [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora