OLIVIA:
Lo gracioso de estar en la ciudad y fantasear con mi futuro era que mi hermano debía haber llegado con las mismas esperanzas.
Había estado trabajando por lo que le gustaba, con su música y sus amigos. Había tenido su propio departamento, la universidad; toda una vida de la que yo nunca había llegado a saber mucho. Tampoco me había interesado, uno de mis mayores arrepentimientos, en especial viendo todo ahora. En vez de preguntarme cómo era la vida de adulto de mi hermano, cómo era todo el cambio para él, cada noche me había ido a dormir odiándolo por irse y dejarme a cargo de todo como si yo fuera la mayor.
Desde salir del hotel, miraba a mi alrededor y pensaba "él hizo todo esto". La ciudad era completamente distinta a Edvey. Habíamos salido bien pasada la medianoche, pero seguía habiendo gente en cantidad en la calle, locales abiertos, luces—vida. Era algo tan tonto, pero solo había podido pensar en que Hunter debía haber amado eso. No tomaba mucho tener ese tipo de pensamiento—podía estar bebiendo agua y de pronto pensar en que Hunter lo había hecho en su vida, y allí iba mi día normal a la basura.
Claro, de tanto pensar en cómo debió ser su vida en la ciudad, en ningún momento había esperado que una de las personas de entonces apareciera frente a mí en la fiesta.
Los únicos amigos de Hunter que conocía eran aquellos que habían estado con él en la escuela, que luego habían quedado en su banda. Dita me había dicho que se habían apartado de Hunter cuando él le había dado un tipo de sentencia a Julian luego de enterarse del asunto entre él y yo. Luego Hunter había fallecido, y el único que había aparecido había sido Julian. Los demás, ni una palabra, mucho menos un vistazo. Hunter había muerto tiempo antes para ellos, y habían demostrado realmente no tener corazón luego.
Ver a Helena en la fiesta, antigua amiga de Hunter, había sido un golpe tanto para Dita como para mí.
Tenía sentido que estuviéramos en el mismo lugar que ella. También era la ex de Quinn—o algo así; Quinn no tenía relaciones normales—, y la había visto en sus fiestas de comienzo de año. Debía ser por ella que Quinn había sabido a dónde ir.
Habíamos huido apenas verla, accidentalmente arrastrando a Matt con nosotras—la última vez que lo habíamos visto, había parecido a medio segundo de buscar un cuarto con Heather, pero algo debía haber pasado en el medio para que saltara a la oportunidad de salir al cruzarlo.
—Si ustedes me cuentan —decía en vez de explicar—, yo les cuento.
Y como Dita y yo llevábamos más de un mes evitando hablar de Hunter, sacrificamos la explicación sobre Matt y Heather que llevábamos días intentando obtener.
De un día para el otro, bajo nuestras narices, Matt y Heather se habían convertido en algo. Nunca los habíamos visto hablar siquiera, por lo que suponíamos que solo estaban follando. Le habíamos preguntado a Ivy—qué sabía, no algo explícito; era la hermana menor—, pero casi había empezado a tartamudear, para acabar yéndose sin responder.
—Heather está con Ivy —dijo Dita, leyendo de su celular, al mismo tiempo que Matt tomaba el suyo del bolsillo de su pantalón.
—¿Y Quinn?
Dita chasqueó la lengua en negación.
—Deberíamos volver —sugerí. Alcé mi cabello con una mano, el calor pegándolo a mi cuello—. Mira si Ivy y Heather se matan o algo. Sabes que se odian, ¿no? —agregué para Matt.
Matt se puso en pie, negando con la cabeza.
—Espero que con esto de estar juntas se les pase.
—¿Por cuñadas, dices?
ESTÁS LEYENDO
Cenizas de Promesas (#1.5)
Teen FictionCOMPLETO. Libro narrado por todos los personajes de El Manuscrito luego del final.