año nuevo, misma miseria
———
HEATHER:
—No es verdad —dije. ¿Qué otra opción tenía?
Mi madre solo me miró. Era todo lo que venía haciendo: hablaba, hablaba y me miraba esperando respuestas que todavía no podía darle. No había tenido el tiempo suficiente para idear una mentira, no con lo cuidadosa que debía ser. Cualquier detalle que pudiera demostrar como falso actuaría como la primera de las piezas de dominó en caer.
Era la mentira más importante que contaría en mi vida. Lo sentía en la adrenalina que se había descargado por mi cuerpo, manteniéndome recta en mi lugar, la sangre en mis mejillas. En cómo no aparté la vista de mi madre ni por un segundo para no mostrar debilidad o incerteza. Como en un examen, el silencio ensordecedor de la sorpresa me había abandonado para dar paso al sentimiento de luchar o morir. Dependía de mí.
Mi madre, en cambio, se había recostado contra el sofá, con un brazo lanzado sobre el respaldo. Sus piernas estaban extendidas, su camiseta de algodón subiéndose por su barriga que, aunque no tan grande como me había imaginado, era prominente. Con la cabeza apoyada sobre un puño, su expresión me invitaba a una falsa seguridad, como si por su postura relajada fuera a bajar mi propia guardia.
—Explícame entonces —replicó con calma—, por qué a esta mujer se le ocurrió inventar que mi hija es lesbiana.
Tragué saliva lo más disimuladamente posible ante esa última palabra.
—Si te lo digo, no me creerás.
—Inténtalo, por favor. No sé qué creer.
Se me ocurrían dos opciones: decir la verdad, que era que la madre de Ivy nos había visto durmiendo en la misma cama y solo con eso había sacado conclusiones, lo que desataría un largo interrogatorio, puesto que solo dormir juntas no llevaría a ninguna persona con un mínimo de dos neuronas a asumir algo así y llevarlo a oídos de la madre de la otra chica para que la controlara. Por otro lado, podía traicionar la confianza de Ivy para salvar mi propio pellejo.
Mi pecho tembló cuando solté una respiración con cuidado. En ambas opciones había una gran posibilidad de que no me creyera.
—Ivy es lesbiana —empecé, clavando mis dedos debajo de mis piernas—. Y se lo dijo a su madre en el viaje. Ella no es muy abierta que digamos, así que le mintió y le dijo que yo también soy. Pensó que iba a ser más fácil que lo aceptara si veía que era normal, que no es solo Ivy. No imaginó que iba a asumir que estábamos juntas, claro. —Solo obtuve una mirada incrédula como respuesta—. Le dije a Ivy que podía inventar eso sobre mí para ayudarla; si hubiera pensado que te enterarías, te lo habría contado yo misma. Pero no pensé que era tan importante, porque es una mentira. —Pausé para recolectarme. Recalcar el hecho de que fuera una mentira solo me daría el efecto contrario—. Por eso no quería hablar de chicos en la cena, para que la madre no sospechara nada. Solo intentaba proteger a Ivy.
No era la mentira mejor construida, pero tenía sentido. Por primera vez, empezaba a ver una salida de esto.
—No me dijo que escuchó que eres lesbiana, Heather. Me dijo que vio algo.
—Que compartimos cama, lo que tuvimos que hacer desde el principio porque solo había dos, y Dita y Olivia hicieron exactamente lo mismo en la otra. ¿Y que estaba con mi ropa subida? Tú sabes que me suele pasar en verano. Hace años, años, me dijiste que tuviera cuidado cuando estaba uno de tus novios por aquí —no pude evitar lanzar—. Es ridículo. ¿Me muevo en la cama, entonces soy lesbiana? ¿No ves lo vergonzoso que es de por sí que ella me haya visto, y que me haya pasado con alguien más en la cama, para tener que pasar por esto ahora?
ESTÁS LEYENDO
Cenizas de Promesas (#1.5)
Teen FictionCOMPLETO. Libro narrado por todos los personajes de El Manuscrito luego del final.