18. La O y la F

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D I E C I O C H O

ELIANA BEAUMONT

6 de noviembre de 2019.

Me miraba con desaprobación negando con la cabeza. Yo comía un dulce muy rico de cacahuate.

—¿Quieres? —le pregunté.

—No juegues con sus sentimientos. Eso es cruel y no vayas a decir que te hace gracia porque no es así.

—Uy, pues no quieres.

—Le gustas y tiene novia... o prometida, no sé qué término tengan, no puedes hacer lo que te dé la gana ¡Y ni siquiera sabemos si su novia está viva! —Rodé los ojos—. No ruedes los ojos, jovencita, es irrespetuoso y grosero.

—¡Ya, Clinton! No va a pasar nada, Daniel está bien con este tira y afloja, aparte no es como si me lo hubiera besuqueado o follado.

—No, pero lo tientas y eso no está bien, también cuenta como infidelidad.

—De alguna forma lo tenía que mantener cerca, esta es una gran técnica. Lo estoy cuidando y protegiendo de lo que sea que pueda llegarle a pasar. —Miré lo último de mi golosina.

—Es una pésima técnica. ¿Sabes por qué? —preguntó y no esperó respuesta—. Porque a ti también te gusta.

Me tragué mi último pedazo de dulce. Esto ya no era gracioso, bueno nunca lo fue.

Tal vez, sí estaba negándome demasiado.

—Pues sí, ¿y qué? Es como mi dulce, ya me lo comí, solo tengo que deshacerme de la envoltura.

Brown se quedó de piedra, mirándome con expectativa como si no creyera lo que dije. Entrecerró sus ojos hacia mí con desconfianza.

—No pensé que lo admitieras tan fácil.

—Solo es un gusto no es como que me vaya a casar y tener siete hijos.

El siete es un buen número, aunque el seis es 'perfecto', porque se supone que es del diablo o alguna cosa así leí.

—¿Y qué vas a hacer?

—Nada, no es como si quisiera ser la amante, eh. Eso no va a pasar ni en mil años. Daniel tiene que aprender a amar antes de tener otra relación amorosa.

Uy... Creo que la he cagado.

Al instante, él levantó una ceja y supe que se había dado cuenta de mi error. Tiré la envoltura a la basura preferí concentrarme en mi laptop donde me había llegado un correo que decía "Nuestra boda T. L & O. F".

Me valía un carajo quien se casaba, no iba a ir.

Abrí el apartado donde tenía el mapa satelital, comenzaba a acercarme al punto donde una de ellas dos estaba, como eran muy antiguos los dispositivos de rastreo no era muy buena su calidad, trabajaba con Dawson sobre mejorarlo.

Eagle me mantenía informada sobre los avances que tenía Campell en la central y Brown era el que se contactaba con Boris, al igual que Fauvel. Daniel venía porque yo quería y todos valoran su vida como para no contradecirme.

Daniel... Daniel... Daniel Richmond.

Esa bestia entre descontrolada y tranquila.

—¿Dijiste una relación amorosa? Es decir, él y...

La puerta se abrió y miré a Dawson llegar apresuradamente hasta a mí.

—Hola a todos. Encontré su ubicación exacta, está en una hacienda que se utiliza como salón de eventos como bodas, bautizos fiestas, etc. Creo que está ahí desde hace un buen tiempo.

El misterio de un amor  |  Nueva versiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora