45. El misterio de un amor (Parte II)

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C U A R E N T A    Y    C I N C O

ELIANA BEAUMONT.

27 de diciembre de 2019.

Conduje mi Jeep con tranquilidad, detrás de mí se encontraba Bennet en su propio auto. La música se mantenía en una sola banda muy popular, un estilo algo sensual y country, incitaba a tener sexo con sus canciones. Hacían que una corriente de energía recorriera mi cuerpo al ritmo de la tonada, mi mente solo podía pensar en una persona que fielmente cantaría aquello cerca de mí.

You call the shots, babe...

I just wanna be yours

Secrets i have held in my heart

Are harde to hade tan i thought

Maybe i just wanna be yours

Y las siguientes canciones solo me atormentaban más por el hecho de que estuve a punto de tenerlo, pero no era la forma. Lo supe desde que él no recordó, desde que su mirada era inocente, desde que su mirada también estaba atormentaba y no solo por mí, sino por todo lo que le sucedió a su vida 'estable'.

Si es que serle infiel a su prometida, trabajar para un mafioso, mentirle a su madre y ser extremadamente protector con su hermana, se podría llamar vida estable.

Su vida ahora estaba más destrozada que la casa de mi familia al explotar en Rusia.

Llegamos al lugar indicado, bajé del auto al mismo tiempo que Bennet y me puse a su lado caminando hacia aquellas dos personas trajeadas con una pequeña carpeta en sus manos.

—Buenas tardes, Clark Bennet, jefe de zona y agente encargado de la central de policía en Greehard —saludó cordial, estrechando su mano con ambas personas. Me señaló—. Eliana Beaumont, una de mis mejores agentes en combate, defensa e investigación criminal.

No soy una de las mejores, soy la mejor.

Preferí ignorar ese pequeño detalle porque estábamos frente a desconocidos.

—Un placer conocerla, agente Beaumont —añadió cordial uno de ellos—. Davis Hoffman —se presentó y después hizo lo mismo con su acompañante— Orev Farhi —el mencionado me dio un apretón de manos y no pase desapercibida su sonrisa coqueta—. Supimos que usted tuvo contacto directo. Es bueno que vea a alguien conocido antes de despegar a su destino.

El agente Farhi me tendió aquellos documentos y con intención dejó que nuestros dedos se rozaran.

¿Todos los hombres tenían la misma técnica de ligue? Impresionante su originalidad.

—Nos gustaría que pudiera calmar sus nervios, debo decir que parece que puede arrepentirse en cualquier momento y no queremos que eso suceda a medio vuelo —habló con primera vez, Farhi.

Su acento era parecido al árabe, probablemente lo trasladaron aquí por problemas internacionales.

—Lo tendré en cuenta, agente Farhi —solté dejando salir mi acento ruso. Miré a Bennet.

Aunque fuera una estupidez tenía que mostrar algo de respeto por mi jefe, pero si me preguntaban yo jamás le haría caso en alguna de sus órdenes, a menos que fuera Brown quien me la dijera. Él merecía ser el jefe de la central y no Bennet, no sé qué le sucedía a Robert Coppola para asignarlo a él hace casi dos años.

—Ve, mantén su decisión y si te dice alguna información extra, sería de mucha ayuda.

Di un paso adelante alzando el mentón y cuadrando mis hombros hacia atrás, digna postura de un militar.

El misterio de un amor  |  Nueva versiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora