20. Inigualable (parte 2)

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V E I N T E

DANIEL RICHMOND.

8 de noviembre de 2019.

Ven y cuéntame la verdad
Ten piedad
Y dime por qué, no, no, no, oh
¿Cómo fue que me dejaste de amar?
Yo aún podía soportar
Tu tanta falta de querer

Era una fiesta, se suponía que tenía que ser un ambiente feliz, aunque fuera Odette la que haya casado. Es que como me amargaba la iba esa idea.

¿Y Eliana? Muy cómoda sentada en mí y comiendo.

Hace unos minutos había visto al adolescente, ese que se llamaba Eros, mirando a Eliana trataba de disimularlo, pero no era muy bueno. Rodeé su cintura con mis brazos y me acerqué a ella.

—¿Qué? —inquirió ella al analizar mi comportamiento.

—Nada.

—¿Entonces se van a casar? —preguntó Eros con curiosidad.

—Que te importa —le contestó Eliana.

—Sí —respondí al adolescente.

En nuestra imaginación...

Me dio curiosidad saber de él, es decir, se veía muy aburrido, independientemente de la comida. Tenía el cabello negro al igual que los ojos, era alto, se veía limpio, aunque tenía los ojos algo rojos y lo notaba muy relajado.

Esperen, ¿estaba drogado?

—¿Cuántos años tienes? —pregunté.

—¿Tú cuántos tienes? —rebatió, divertido.

Ok, me estaba cayendo mal.

—23.

—16, casi 17 —miró a Eliana— ¿Tú cuántos años tienes?

—Qué te importa.

—¿Solo eso sabes decir? Qué te importa —se divirtió aún más.

—¿Si te digo nos dejas en paz? —El pelinegro se lo pensó y asintió con la cabeza—. Tengo 23 años.

—23 años y ya eres una empresaria millonaria ¿Y tú en qué trabajas? ¿A qué te dedicas? Nunca he escuchado de ti —interrogó.

«Soy mesero en una cafetería llamada Toppy's coffee, estoy en mis prácticas de criminología y trabajé para un mafioso». Pensé.

—Dijiste que nos ibas a dejar en paz —se metió Eliana dándole una mirada recelosa.

El chico solo se encogió de hombros y se fijó en su teléfono. Nadie estuvo pendiente de nuestra plática todos tenían mejores cosas que criticar de la boda.

Eliana se acomodó mejor en su increíble silla personalizada por mí, apoyó su culo justo en ese lugar en específico que, si seguía restregándose, no me iba a hacer responsable de las reacciones de mi cuerpo. Comenzó a escribir en su teléfono, supuse que era para decirme algo. Esperé por ello.

"Debería de ser consciente de cuando tu polla se ponga dura, así que del 1 al 10, ¿qué tan excitado estás ahora?

P.D.: En mi opinión, ahora está en 1.

P.D. 2: ¿Puedes controlarlo? Es decir, no erectarte porque no quieras o es incontrolable.

P.d. de la P.D. 2: Yo no tengo polla así que no puedo saber sí se controla o no. Igual es normal que se endurezca, no tengo nada en contra de las pollas aguadas, pero supongo que a un 50% de las mujeres les gustan duras y supongo que yo entro en ese porcentaje, (dejando de lado a las mujeres lesbianas, asexuales y ajá, o sea, a las que no les gusta la polla).

El misterio de un amor  |  Nueva versiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora