11. Copiar y pegar.

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O N C E

DANIEL RICHMOND

11 de octubre de 2019.

Estaba sentado en el suelo mirando las imágenes que Brice me había dado, quiero decir las copias de las imágenes, porque decidió no darme nada original y todo estaba blanco y negro.

En ellas se apreciaban varias cosas como la tina, las paredes, el colchón donde se supone había alguien y otras cosas más. Había una foto en particular donde estaba su rostro.

—¿Y las fotos del niño? —pregunté aun mirando con atención esa foto.

—Esas no, bastante hice dándote todo esto.

Una idea cruzó mi mente y fue imposible no desecharla.

—¿Y si no es Odette?

Recordé que en mi clase de psicología el profesor decía que las personas que pasan por el duelo tienden a rechazar la realidad de los sucesos, supongo que estaba en esa etapa.

La negación.

—¿Qué? —inquirió Brice confundido—. Estás delirando.

Por su expresión supe que algo sucedía y no iba a decírmelo... ¿o sí?

—Piénsalo, no tenían motivos para hacerle daño, aun si ella era mi prometida tenían claro muchas cosas...

—Como que no la amabas.

Le di una mala mirada de la cual no se inmutó.

—Igual pienso eso —confesó—, pero no tengo cosas concretas para defender mi posición —comentó después de unos segundos—, pensé que, si le decía a Beaumont, ella podría ayudarme mucho para investigar un poco sobre otras chicas que no sean Odette, pero que tengan similitudes.

Hice una mueca de desagrado. No sé por qué la idea de Brice y Eliana trabajando juntos no me gustó, es que..., había más opciones, ¿por qué elegirla precisamente a ella para que trabaje con él?

Probablemente sí estaba delirando.

—Mejor podrías decirle a Brown.

—¿Y si es Abigail? —murmuró ignorándome.

Abigail...

Me quedé sopesando su idea y tragué saliva recordando que hace mucho no hablábamos de ese tema. Ella era un momento perdido en mi memoria que no me gustaba recordar.

No porque no quisiera, sino porque..., no lo sé. Era difícil recordarla.

—No, ella se fue hace mucho de aquí, ¿por qué regresaría? —rebatí.

Abrió los ojos como si su mente hubiera hecho clic. Buscó una laptop que estaba en una de las mesas y se apresuró a hacer video-llamada con alguien. Y yo solo estaba tratando de entender qué había sucedido.

Al otro lado contestaron.

—Hola —contestó ella comiendo una manzana que sumergió en un tazón de yogurt.

—La otra vez me dijiste que a veces las personas llegan a compartir material genético con otras sin tener interacción biológica, ¿es posible que alguien comparta el mismo material genético? Que sea idéntico, sin ninguna diferencia, idéntico, idéntico, idéntico, idéntico —puntualizó cada 'idéntico'.

Lo pensó un momento, mientras degustaba su manzana.

—No, no es posible. —La desilusión llegó a los ojos de Brice—. Pero sí es posible que sea manipulado para un examen de ADN y que en ese examen sean idénticos, ¿entiendes? —dejó a un lado su tazón y optó una postura pensativa—. También si su línea recta ascendente sanguinosa viene del mismo patrón, ya sea, XX o XY. Sí podrían compartir el ADN si el caso es de monocigoto.

El misterio de un amor  |  Nueva versiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora