Tanhì Taw ( Neteyam Sully )

19

Tuk

Todos los presentes acudimos a la llamada, Kiri corría a mi lado, ambas llenas de curiosidad, ya que nunca antes habíamos presenciado una llamada como esta; es decir, si que hubo alguna visita que otra de los lideres de otros clanes del arrecife, pero todas planeadas, esta no lo era, de eso no tenía duda.

Para cuando llegamos un montón de na'vis parecían rodear al nuevo intruso que se encontraba justo en el medio, todo el mundo comentaba, muchos asombrados, algunos otros parecían ciertamente desconcertados. Pero ni Kiri ni yo éramos capaces de ver nada al otro lado del muro de na'vis que se alzaba ante nosotras.

Yo sin pensarlo dos veces suelto la mano de Kiri para escabullirme entre el mogollón tratando de llegar a un lugar en el que al menos pudiera enterarme de algo. Recuerdo como Kiri trataba detenerme, pero ya era muy tarde, ya me había escabullido entre dos grandes Metkayina.

Cuando consigo llegar al centro y veo al intruso que tanto escandalo había formado me quedo de piedra. Sin pensarlo dos veces corro a abrazarlo.

- ¡Neteyam! - grito al mismo tiempo que me aproximo a él.

No entendía nada de lo que estaba pasando, pero su reconfortante y cálido abrazo me hizo saber que estaba más vivo que nunca. Unas lagrimas que no controlo comienzan a derramarse.

- Tranquila pequeña - dice mirándome con una gran sonrisa para luego volver a abrazarme. - Ya estoy aquí.

- ¿Hijo? - la voz que tan autoritaria solía ser, ahora parecía romperse, no tuve que mirar hacia atrás para saber que era papá.

- 'itan - escucho la voz de mamá acercarse.

Y de un momento a otro ahí estábamos, toda la familia abrazábamos al que ahora no podía dejar de llorar, Neteyam. Lo'ak, Kiri, Spider, mamá... incluso papá lloraba, algo que supongo que no querrá admitir después.

Yo también lloraba, todo lo que estaba pasando, todas las sensaciones, alegría, miedo, el no entender nada... Volver a ver a toda la familia al completo era algo que no sabia como podría agradecerlo, oh, gracias gran Eywa.

La noche acababa de comenzar y en honor a su regreso, que era así como lo llamaba Ronal, toda la noche de fogata en unos pocos minutos se convirtió en una fiesta de bienvenida a la que todo el clan asistía.

Kiri, Lo'ak, Spider, Rotxo, Tsireya todos bailaban a la luz de la luna, incluso Ao'nung parecía divertirse, vaya, eso era nuevo.

Neteyam estaba sentado en la arena, junto a mamá, papá, Ronal y Tonowari; parecía disfrutar de la brocheta de pescado que tenía entre sus manos.

Nos había contado varias cosas, aunque tampoco habíamos tenido tanto tiempo para hablar; casi tres años... eso no se puede resumir en un par de horas. Nos contó que el primer día, que cree que fue el mismo día del entierro, apareció en un bosque completamente distinto a cualquiera que hubiéramos visto antes, por como lo que describió parecía bonito y peligroso a partes iguales.

Dice que algunas de las criaturas eran completamente desconocidas para él, pero que había algunas iguales o muy similares a las que ya conocíamos, como el Ikran en el que había llegado, sus colores negro resaltaban a la perfección con el violeta y turquesa de su estampado.

Nos contó alguna otra cosa más antes de que la música comenzara y todos bailasen felices al rededor de la hoguera. Todo lo que me dijo me fascinó, pero hay veces en las que me pregunto como se habrá sentido en todo momento, teniendo en cuenta que estaba completamente solo.

- ¡Vamos, baila conmigo 'teyam! - dije tratando de levantarlo de su sitio. - ¡Porfa, porfa, porfa! - le supliqué haciéndolo sonreír y levantarse al instante.