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Kiri

- ¿¡A donde va!? - grito a la vez que me levanto del suelo con intención de seguir a mi amiga, que ya se había sumergido en aquel laberinto de pasadizos y galerías que nos rodeaban.

- Ni se te ocurra. - escucho la voz de esa Huyuticaya a mis espaldas cuando siento como esta tira de mi cola impidiéndome seguir mi camino.

Gruño como protesta, pero no pierdo mi tiempo y en el mismo instante en el que suelta mi extremidad me dispongo a continuar mi persecución; para entonces ya la había perdido de vista, pero puede que si me adentrara por el pasadizo por el que la había visto salir y...

- ¡Agggh! - vuelvo a sentir esas manos sobre mi, esta vez aferrándose a mi trenza.

- ¡Hey, Kui'la! - escucho la voz de Lo'ak acercase. - Como no le quites las manos de encima a mi hermana ahora mismo, pronto no tendrás manos.

Veo como la na'vi suspira aburrida y pone los ojos en blanco.

- A ver como lo explico para que os quede claro... - finge pensar. - ¡Nadie, absolutamente nadie, va a salir de aquí! - sentencia.

- ¡Vaya! Veo que repetir cosas se te da de lujo... - se burla Ao'nung.

- No son simples cosas, son ordenes que la Tsahik a... - frunce el ceño cabreada. - ¡Pxasìk! - dice antes de lanzar su cuchillo hacia atrás, clavándolo así junto a una de las salidas de la galería, unos centímetros por encima de la cabeza de Tsireya, que junto al resto, aprovechaban la distracción que Ao'nung y yo suponíamos para así poder salir de aquí.

- No pienso repetirlo una vez má...

Pero no le da tiempo a terminar lo que fuera que tenía pensado decir, ya que Neteyam salta sobre ella haciéndolos rodar a ambos hacia el otro extremo de la estancia.

Los dos guerreros pelean; ella era ágil, pero Net' no se quedaba atrás Probablemente esta fuera una de las peleas más tácticas e igualadas que hubiera presenciado hasta el momento... Observé todos sus movimientos, todos tan calculados y efectivos; entonces reparé en que varias de las técnicas parecían ser del propio clan Huyuticaya, y sonreí al entender que mi amiga había enseñado a mi hermano a pelear tan minuciosamente, que incluso a la misma Huyuticaya parecía impresionarle el conocimiento de Net' ante tales técnicas.

Los latidos de mi corazón parecen duplicarse al escuchar el gruñido saliendo de los labios de mi hermano al ser lanzado contra una de las húmedas paredes.

- Veo que ella te ha enseñado bien... - dice jugueteando con su cuchillo cerca de la cara de Neteyam. - Pero te hará falta algo más que eso si...

Y sin dejarla terminar, mi hermano salta sobre ella inmovilizándola en el suelo; esta en vez de parecer intimidada sonríe hacia el resto, que ya nos encontrábamos cerca de aquel pasadizo.

- Suerte con encontrarla.

- ¿Dónde esta? - una pausa. - ¿A donde a ido? - los ojos de mi hermano eran furia en su estado más puro. - ¡¿Donde!?

- ¡Niños estúpidos! - escupe. - ¡Todos vosotros! - la sonrisa ya había desaparecido de aquel rostro. - Con todo lo que ha hecho ella por ti, por vosotros... - dice entre dientes.

Es entonces cuando tanto mi cara mi cara como la del resto se vuelven confusas; Neteyam no es lo suficientemente rápido a la hora de ocultarla, a consecuencia la na'vi que ahora se retorcía bajo su cuerpo lo capta.

- Tú tendrías que estar muerto... - empieza. - y lo sabes.

- ¿A que te refieres? - intervengo confundida.

- No... yo... - balbucea Neteyam.

- Sí, tú sí... - se burla la na'vi. - ¿Sabes que ocurrirá si salis ahí afuera? ¿Sí el resto os ve y sabe que no os hemos ejecutado? - una pausa, como si esperarse una respuesta por parte de mi hermano, una que claramente no llega. - ¿Y sí por algún casual se enteraran de que tú estas unido a ella? ¿De que esa noche decidió perdónate la vida? ¿Sabes las consecuencias que traería?

- ¿De que esta hablando? - habla ahora Lo'ak.

- Sí... - mira amenazante a Neteyam. - A ti te matarían sin pensarlo, tus amiguitos irían después. - habla desviando su mirada a nosotros; yo trago saliva muy lentamente. - ¿Pero y a ella? ¿Nunca te lo has preguntado?

Neteyam no habla, pero sus ojos no flaquean, la miran fijamente en todo momento.

- Su titulo como líder... sería eliminado; y eso no acaba ahí, no... - otra pausa. - A ella la exiliarían de por vida, para siempr

- ¿Qué es lo que esta pasando aquí? - se escucha una voz a nuestras espaldas.

Todos absolutamente todos nos giramos en su dirección, Kui'la es la primera en hablar.

- Ma'Tsahik.

Ao'nung

- ¿Esto es realmente imprescindible? - digo mirando hacia lo que suponía que era Rihia, ya que la venda en mis ojos me dificultaba realmente la tarea de ver algo siquiera.

- Shhh - me manda callar. - Calladito estas más guapo.

- Siempre lo he sabido. - digo burlonamente.

Ella me da un zape en la nuca, y no, tampoco puedo llevar mis manos a esta, ya que también están a atadas a mi espalda.

- ¡Auch! - me quejo en un susurro, a sabiendas de que si hablaba ligeramente alto y nos descubrían... terminaríamos metiéndonos en problemas ambos.

Rihia me conducía por los incontables pasadizos con tal rapidez que, me parecía un milagro que no hubiera tropezado aún.

Finalmente conseguimos salir de aquellas galerías sin fin para dar con la calidez del bosque; ahora podía sentir el sol sobre mi piel, el viento recorrer mis poros, el crujido de las hojas caídas bajo mis pies... Sí, estábamos definitivamente fuera.

- ¿Y puedes recordarme a donde nos dirigimos? - digo en bajito, ya que el miedo de ser descubiertos no parecía querer abandonarme.

- Ahora. Lo. Verás. - su tono fue suficiente para mantenerme callado durante el resto del camino.

Apenas un par de minutos después noto como sus pasos se detienen, y los míos junto a los suyos también. Sus manos, que hasta el momento guiaban con firmeza mi cuerpo, se deslizan a mi rostro, y en un abrir y cerrar de ojos la venda que apresaba mis ojos cae dejándome su hermoso rostro a la vista.

- ¡Wow! ¡Bonitas vistas! - digo admirando sus rostro.

- Sí, ¿verdad? - dice dando un paso a su derecha para dejar frente a mi un camino minado por grandes arboles; al mirar hacía el suelo lo entendí, no eran simples arboles, eran celdas...

Este era el lugar donde encerraban a sus rehenes.

Ni siquiera me había dado cuenta de que mi boca ahora estaba completamente abierta, hasta que ella puso su manos bajo mi mentón cerrándola.

- Vamos. - dice dirigiéndose a una de ellas. - No hay tiempo que perder.

Tanhì Taw ( Neteyam Sully )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora