Tanhì Taw ( Neteyam Sully )

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Neteyam

Serian al rededor de media noche, un poco más supongo. Este lugar era increíble, las plantas y peces que antes tenían un toque neón ahora lo iluminaban todo y hacían de este lugar un lugar mágico. Pero pese a toda la belleza que me rodeaba yo no podía quitar mi vista de ella; estaba dormida, tranquila, probablemente soñando con algo agradable ya que su respiración era tranquila y regular. Creo que ya lo he dicho en otra ocasión pero verla dormir es increíble, parece tan frágil y delicada... no parece para nada ser la causante de tu posible muerte, pero la he visto cazar, pelear, y es completamente letal.

Aprovechando que está dormida me permito observarla más de cerca, su blanco pelo cae por su cara tapado las pequeñas motas blancas que iluminan su rostro en la oscuridad. De echo las tiene por todo su cuerpo, y por alguna razón me recuerdan mucho a estrellas en la noche.

Entonces un recuerdo viene a mi mente, uno muy antiguo; somos papá, mamá, Kiri, Lo'ak y yo, también esta Tuk pero es muy pequeña, un bebé... todos estamos juntos, abrazados, observando las estrellas...

Yo siempre he admirado a papá y mamá, todo por lo que han pasado y todo lo que han conseguido... hay días en los que incluso me siento culpable por mi muerte, por haberles hecho pasar por eso. De pequeño siempre había soñado con ser como ellos, encontrar a alguien como ellos lo hicieron, con quien crear una familia... incluso liderar un clan, bueno, eso no lo tenía tan claro.

Me acuesto al lado de Rihia, y de repente una idea un tanto loca me invade. ¿Cómo sería Rihia de mayor? ¿Sería madre alguna vez? Yo no lo tengo muy claro, si algo he aprendido este año junto a ella es que es una persona más bien independiente, y es que ella ama la libertad, el poder hacer lo que le da la gana cuando le da la gana y dudo que haya alguien, no solo en Pandora sino en cualquier lugar del universo, que sea capaz de controlar ese espíritu suyo. Y espero que siga siendo así, porque a mi me encanta.

Aunque he de decir que no tengo duda alguna de que sería una madre estupenda. Es fuerte y valiente, a si que no dudo que sería muy protectora con ellos; es verdad que a veces es un poco impulsiva, a veces se guía por sus sentimientos, pero eso no es obligatoriamente malo.

Una imagen viene a mi mente, es Rihia, pero esta vez es adulta y esta rodeada de tres pequeños na'vi, un niño y dos niñas, una tan pequeña que la lleva en brazos. Todos se ven muy felices, están hablando de algo, creo que ella les cuenta una historia, me concentro un poco más e intento escuchar lo que dicen. Y si, ella les contaba una historia sobre su infancia y ellos la escuchaban con atención, de pronto algo ocurre que me deja paralizado...

- ¡Papa! - dice el mayor de todos, que no tendría más de ocho años.

- ¡Seth!

No me preguntéis porque, pero al igual que sabía que ella era Rihia, no tenía ninguna duda de que el na'vi que ahora cogía a su hijo en brazos era yo. Rihia se acerca a mi y tras darme un cálido beso en los labios me pregunta.

- ¿Qué tal la caza?

- Nada mal, los más jóvenes del clan aprenden rápido. - dije bajando a Seth al suelo. A continuación Rihia me pone sobre mis brazos a la más pequeña de las hijas, de mis hijas; y mi yo del futuro la mira embobado.

- ¿A donde se supone que vas preciosa? - pregunto.

- Oh no skxáwgn, no te creas que te vas a salir con la tuya. Ya lo hablamos anoche, esta tarde tu cuidas de los niños, a mi me toca desconectar. - dijo para alejarse.

En ese mismo instante mis ojos se abren de golpe, mi respiración es ligeramente más rápida de lo que debería y un sudor frío recorre mi columna vertebral, ¿en que estaba pensando? ¿Rihia, que es lo que me has hecho?

Unos rayos de sol me despiertan la mañana siguiente, abro los ojos lentamente y me doy cuenta de que Rihia no esta junto a mi. Me incorporo rápidamente, pero en seguida la encuentro con la mirada, esta en la entrada de la cueva y tiene unas cuantas bayas limpias entre sus manos.

- ¡Buenos días skxáwng, el mundo te dice hola! - dijo burlona. Sonreí y me levanté, después me puse a su lado. - ¿Quieres? - me pregunta ofreciendo la mitad del puñado. Yo asiento gustoso y nos sentamos en una roca cercana al lago.

- ¿Hoy te atreverás a nadar? - le pregunto. Ella me da un codazo y pregunta.

- ¿En serio sigues con el tema de nadar?

- No, solo es curiosidad. - digo tratando de contener la risa.

- Pues para tu información, saber nadar no es un requisito para la tribu Huyuticaya, ni siquiera para las lideres. - dice poniéndose de pie.

- ¿Ah no? - pregunto, pero a ella no le da tiempo a darse la vuelta porque ya estoy cogiendo carrerilla para empujarla al lago junto a mi.

Al caer al agua busca subir rápidamente a la superficie, y al conseguirlo se agarra a mi para no volver a hundirse.

- ¡Te juro que si no muero ahogada te mato yo misma skxáwng! - yo no puedo evitar reír ante su comentario, cosa que solo la enfada más.

Finalmente y por increíble que parezca consigo enseñarle a nadar, bueno, al menos hasta la orilla, pero llegó ella sola cosa que ya es todo un avance.

Ya nos encontrábamos camino al bosque, charlábamos de cosas triviales hasta que...

- ¿ Y como te ves en un futuro? - le pregunto de repente, ni siquiera yo se a que venía esa pregunta, puede se debiera al sueño, no lo se.

- Bueno, teniendo en cuenta de que soy la tercera sucesora a Tsalik del clan, Metya siempre me a dejado las cosas muy claras; me prepararía toda mi vida para cuando el momento llegase y supongo que una vez me convierta en líder del clan tendría que asegurarme de protegerlos a todos hasta el último de mis días. Porque a fin de cuentas eso es lo que hace un líder, hacer lo que sea necesario para proteger a los suyos. - terminó mirándome a los ojos.

- ¿Y eso es lo que tu quieres? - le pregunto, porque se lo que es sentir que al nacer tu futuro ya esta determinado y que a penas puedes hacer algo por modificarlo.

- No lo se. - dijo casi en un susurro. En ese instante sentí como algo de ella cambiaba, es como si de alguna manera se estuviese haciendo pequeña ante la idea de su propio futuro.

Iba a abrazarla, a confesarle que no esta sola y que yo mismo paso por lo mismo, pero no tuve tiempo, no, porque en seguida su estado de ánimo cambio, esa sensación cambio, la reprimió, como si nunca antes hubiera existido.

Continuamos nuestro camino hasta que tras una rápida despedida yo me dirijo a mi refugio y ella continua hacia la aldea.

Rihia

No faltaba mucho para llegar a la aldea, no era tarde, pero ya habrían pasado varias horas desde el mediodía. De pronto una Thanator que reconocería entre un millón corre hacia mi. Al principio sonrío al verla, pero cuando llega a mi y la veo tan alterada y nerviosa me doy cuenta de que algo va mal, muy mal de hecho. Sin pensarlo dos veces me subo a su lomo y cruzamos el bosque a una increíble velocidad dirigiéndonos a la aldea.