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Rihia

Me encontraba sobrevolando la zona más frondosa del centro de una gran isla; su vegetación, muy distinta a la del los bosques que frecuentaba, parecía servir de refugio para las criaturas terrestres.

Me disponía a ascender para dirigirme hacia el sur cuando unos gritos llaman mi atención. Trato de dar con su procedencia y desciendo lentamente. Unos instantes son suficientes para entender la situación. Personas del cielo. No era la primera vez que los veía, eran parecidos a los na'vi, pero su vestimenta, sus armas, su maldad... eso no podía ser creación de Eywa.

Tras observar me di cuenta de que no estaban solos, junto a ellos, o debería decir, en su contra, jóvenes na'vi peleaban. Parecían ser de distintos clanes, unos de un color turquesa, seguramente de los arrecifes, y otros de un color más azulado. Estos últimos me recordaron a alguien que conocí; de eso ya hace tiempo.

Entonces entre todas esas voces, hay una que mis oídos se niegan a ignorar. Mis pupilas se dilatan y una furia descomunal me invade.

Tenso mi arco y apunto a mi objetivo. Disparo... en el blanco. Uno de los avatares cae al suelo muriendo en el acto; a su vez desmonto de mi Ikran en pleno vuelo. Caigo al suelo, de pie; no tengo mucho tiempo para analizar la situación pues otro de los avatares se abalanza sobre mi. Desenfundo el cuchillo que llevo en la cadera para contraatacar, este parecía ser ágil ya que tras esquivarme vuelve a atacar. Y así repetidas veces.

Esta vez parece haber cambiado de estrategia ya que deja el arma a un lado para poder tener sus manos libres. Mala idea. Este arremete contra mi. Ahora lo entendía todo, trataba de inmovilizarme contra el suelo para finalmente asestar un golpe mortal. Me parece que no, demonio.

Una sonrisa cruza mi rostro, puedo ver como frunce el ceño pero eso no lo detiene para continuar con su idea, a si que corre derribándome al suelo. Una sonrisa victoriosa se forma en su cara al verme atrapada entre el suelo y su cuerpo, yo le devuelvo la sonrisa y en un rápido movimiento consigo cambiar nuestros lugares, ahora era él el que se encontraba atrapado. Sus pupilas se dilatan al verme empuñar el cuchillo. Muy tarde... ya se encontraba incrustado en su corazón.

Me levanto una vez siento que su cuerpo deja de hacer esfuerzos por liberarse. Segundo soldado caído.

Entonces levanto la vista y lo veo.

A mi derecha, a unos pocos metros, se encontraba el cuerpo de un na'vi que reconocería ahora y dentro de otros cien años. Ma' skxáwng. No se movía.

Maldigo y corro en su busca, cuando llego hasta él observo su cuerpo inmóvil. Acerco mi mano a su cuello, aun tenía pulso, y no solo eso, podía percibir como su pecho subía y bajaba lentamente, respiraba. Oh, gracias gran madre.

No tuve tiempo suficiente para reparar en la herida de su pierna cuando siento como alguien tira de mi, agarrando mi Tswin. Un gemido de dolor sale de mi al ser arrastrada de ella. Cuando por fin soy capaz de recomponerme me giro en dirección a mi agresor y hago lo primero que viene a mi mente: morder.

Muerdo el brazo con el que me sostenía haciéndolo gritar y maldecir; no suelto hasta que siento mi boca llenarse de sangre. Escupo la sangre y salto sobre la espalda del avatar que aun gemía de dolor. Este cae fácilmente al suelo y tras posicionarme sobre él poniendo peso sobre su columna vertebral impidiendo que se levantase, posiciono cada una de mis manos a un lado de su cabeza para, usando toda mi fuerza, girarla hasta escuchar un sonoro crujido, confirmándome la rotura de su cuello llevándolo a la muerte. Tercer soldado caído.

Vuelvo a retroceder posicionándome sobre el cuerpo inconsciente de Neteyam. Esta vez si que soy capaz de ver completamente la herida y entonces un dilema interno me invade. Si no sacaba el cuchillo de su cuerpo la herida nunca comenzaría a cerrar y además correría el riesgo de infectarse; por otro lado, si se la extraía la sangre brotaría en grandes cantidades, y teniendo en cuenta su estado actual, temía que su pulso se desestabilizase perdiéndolo por completo.

Entonces me levanto posicionándome sobre él, sin apoyar mi peso en su cuerpo adopté una postura defensiva. Pude escuchar como el que suponía que era el líder de todos ellos, o al menos de los que quedaban con vida, que serian unos cuatro, comunicaba algo por una especie de colgante que llevaba en su cuello. Desafortunadamente no llegué a escucharlo.

- Vaya, vaya... - dice ahora mirándonos - Parece que Eywa os a dado la espalda.

Vuelvo a analizar mi entorno, y veo como los na'vis que peleaban junto a Neteyam eran acorralados y amenazados con armas, ellos parecían igual de cansados que yo. Me fije en que la mayoría rondarían mi edad, excepto dos de ellos, si, había dos na'vis que eran mucho más jóvenes, una un bebé incluso.

No pasé por alto a uno que estaba segura de que na'vi no era. Era pequeño y rosado, bueno, su color no era rosa del todo, era complicado de explicar; este miraba la situación apenado, parecía estar lidiando con un dilema interno.

- Suéltanos rata inmun - dijo una de las na'vi arrodillada en el suelo, esta se parecía bastante a Neteyam, entonces me planteé la idea de que puede que algunos de ellos fuesen los hermanos que tanto me había mencionado el skxáwng en el pasado. Uno de los avatares la golpea fuertemente haciendo que el resto rogase piedad.

Entonces vi la ocasión y la aproveché. Me puse de pie y preparé mi arco, en él puse una flecha y tensé la cuerda en dirección al que según había escuchado nombraban como coronel. Este pareció percatarse y giró en mi dirección.

- ¿No serás tan estúpida como para intentar matarme con eso frente a mis soldados, verdad? - ellos rieron ante su comentario - Acabas de matar brutalmente a tres de mis mejores gentes, ya me empezabas a parecer una rival digna. ­- yo no respondí, opté por la indiferencia. - Esta bien, mira, las cosas van a pasar de la siguiente manera ¿si? - una pausa - Todos ellos te van a poner como blanco en sus objetivos, - estos obedecían mientras él hablaba - si me disparas, no habrá piedad para ti. Recibirás tantas balas en tu cráneo que ni siquiera tu diosa será capaz de reconocerte.

- Esta bien - dije para tensar un poco más el arco y rezar una corta oración.

- Te daré tres segundos para que te replantees las cosas y quizá incluso salgas viva de esta. - rio para si mismo. - Tres... Dos...

- Uno - digo y disparo la flecha al avatar que sostenía a la na'vi golpeada. Este la suelta cuando la flecha perfora su tráquea.

Y Eywa parece escucharme ya que los na'vi aprovechan la distracción consiguiendo liberarse todos y cada uno de ellos.

Uno de ellos, muy parecido a Neteyam, coge el arma de del recién asesinado disparando a uno de los avatares dejándolo fuera de combate.

Entonces un ruido ensordecedor hace que mis oídos duelan y un viento repentino nos inunda. Miramos hacia arriba y una especie de nave voladora hecha de algún tipo de metal se acerca a nosotros, se posiciona a solo unos cuantos metros de los avatares y estos huyen y se resguardan en ella. El niño rosado los acompaña.

Neytiri

Atravesamos el bosque tratando de llegar lo antes posible al lago, junto mi esta a ma'Jake y los lideres Metkayina, además unos diez miembros del clan nos acompañan. Por el camino le pido a Eywa que los ayude, al menos hasta que nosotros lleguemos. Solo esperaba que escuchase mis ruegos.

Cuando llegamos a la zona lo primero que vemos es como Quaritch y otros de sus soldados abandonan la zona en helicóptero. Demonio.

Tanhì Taw ( Neteyam Sully )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora