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Rihia

Esta vez si que la había fastidiado. Por la posición de ciertos astros parecía que fueran al rededor de... ¡más de media noche!, nunca antes había pasado tanto tiempo fuera. Al llegar a la aldea intento no hacer ruido y acostarme sin despertar a nadie, pero al llegar una sombra negra se encontraba justo detrás de mi.

- ¿Dónde se supone que estabas jovencita? - la voz de Metya me sobresaltó. - ¿Estas te parecen horas de llegar? - dijo apuntándome con su dedo índice.

- Yo... - no sabía que responder.

- Si tu... - me insistió.

- No ha sido nada Metya, no te preocupes. - empecé - Solo estaba algo estresada así que decidí salir a relajarme, claramente perdí la noción del tiempo. - me excusé.

- ¿Que has perdido la noción del tiempo? - alzó un poco la voz, eso hizo que mis orejas se encogieran hacia atrás, arrepentida. - Rezo por que Eywa me de paciencia suficiente para no matar a mi irresponsable hija. -su mirada hizo que apartara la mía que quedó en el suelo bajo nuestros pies. Tras un suspiro dijo - Puedes retirarte. - y así dio por terminada su regañina.

No estaba enfadada con ella, no podía estarlo, la entendía demasiado bien. Metya siempre a sido muy protectora conmigo, ya fuera por la muerte de mi madre o por alguna otra razón, siempre había sido así. Sólo trataba de protegerme, aunque a veces doliese un poco la manera en la que lo hacía.

A la mañana siguiente me desperté un poco antes de lo habitual, tenía una cosa que hacer antes de mi lección con Neteyam. Me dirigí al zongtseng de Kui'la, un zongtseng es una palabra Huyuticaya, es el nombre que se le da al lugar en el que dormimos.

- Oél ngáti kámeie Kui'la - dije entrando al zongtseng.

- Oél ngáti kámeie Rihia, hace tiempo que no nos vemos, me alegra verte por aquí. - dijo mostrándome una gran sonrisa. - ¿A que se debe tu visita?

- Veras, necesito que me hagas un pequeño favor...

Neteyam

Volvía a estar en medio de este fascinante y peligroso bosque, siguiendo los pasos de Rihia con cuidado, procurando que no me dejara atrás. Es verdad, cada día me siento un poco más de aquí pero siento que nunca conseguiré llegar a tener el nivel de conexión que tiene ella con este bosque, con todo lo que la rodea en si. Y es que es normal este era su hogar.

Para variar seguía sin tener ni idea de a donde íbamos. Hoy Rihia parecía más feliz de lo habitual, me ha dicho algo sobre que la lección de hoy sería distinta, y ya lo creo, porque para empezar llevábamos horas caminando y ahora cerca de lo que parecía ser un barranco.

- ¿Cuánto te vas a enfadar si te pregunto que cuando llegamos? - pregunté por encima de su hombro.

- Más de lo que te convendría skxáwng - respondió.

- ¿Cuánto más? - la molesté. Ella paró en seco haciendo que chocara contra su espalda. Se giró y me miró a los ojos, desafiante.

- Veo que tu instinto de supervivencia falla skxáwng, ¿enserio te parece buena idea vacilarme al borde de un barranco? - dijo divertida. - Da gracias a Eywa, hoy me he levantado con especial paciencia, no la agotes, no quiero matarte. - hizo una pequeña pausa. - Empezabas a caerme bien.

Todo mi cuerpo reaccionó ante esas palabras. Inconscientemente mi cola comenzó a moverse ansiosa de lado a lado, mis orejas se inclinaron ligeramente hacia ella y pude sentir mi corazón acelerarse. ¿Qué me estaba pasando?

- ¿Estas nervioso gatito? - se burló señalando mi cola.

- Entonces cuanto decías que faltaba para llegar... - dije provocando que ella rodara los ojos. Se dio la vuelta y no pude evitar reírme.

Tanhì Taw ( Neteyam Sully )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora