52

959 117 15
                                    

Neteyam

Trato de controlar mi agitada respiración; no se que porcentaje de bosque me había recorrido ya, pero mis piernas empezaban doler, mi respiración era cada vez más pesada...

Tengo que encontrarla. No me detendré hasta hacerlo.

Tras el incidente ocurrido hace menos de una hora, pude ver como la figura de Rihia desaparecía entre la frondosa vegetación. Yo quería correr tras ella, necesitaba que me explicase que demonios estaba pasando, que era de lo que Aleya hablaba...

Cuando me dispongo a salir tras ella una mano en mi hombro me hace detenerme en seco.

- ¡Espera! - me advierte Kiri.

- Kiri, este no es el mejor momento para hablar, así que si me disculp...

- Hay algo que tienes que saber antes de hablar con ella. - dice convenciéndome de detener mi paso para escucharla.

Mierda. Tenía que darme prisa.

Corría, saltaba troncos caídos, rodeaba rocas, cruzaba pequeños arroyos... pero daba igual hacia donde llevara mis ojos, porque nunca me cruzaba con los suyos.

Entonces, agotado, ralentizo mi paso hasta detenerme. Cierro los ojos y un antiguo recuerdo viene a mi.

"Cuando pienses que estas perdido, que no sabes a donde ir, simplemente para; cierra tus ojos, y 'despierta' el resto de tus sentidos. El olfato. El oído. El gusto. El tacto. Solo así podrás encontrar el camino de vuelta. Desconecta para poder volver a conectar. "

Y como si ella misma estuviera ahora a mi lado, susurrando esas palabras a mi oído, apoyando sus manos en mis hombros, decido obedecer y dar rienda suelta al "despertar" de mis sentidos.

Silencio; eso era lo que esperaba escuchar, pero el agradable canto de los insectos era lo que me esperaba en su lugar. Una suave brisa acaricia mi nuca, y con ella una fragancia salada traslada, una muy característica a las noches de paseos interminables por la orilla de las playas. Durante un instante dejo mi boca entreabierta, esperando poder saborear esa salitre proveniente de las olas.

Y entre toda esa armonía y paz, soy capaz de distinguir algo distinto, caótico e hipnotizante.

La sutil brisa ahora es sustituida por una un tanto más revuelta, el olor que esta me transmitía era capaz de opacar esa salitre marina; era una mezcla entre dulce y amarga, ligera y pesada, atractiva e imponente... Mi corazón se acelera al reconocerla.

La tentación por abrir los ojos amenaza con superarme, pero me resisto; no iba a abrir los ojos, no aun.

Entonces soy capaz de distinguir un movimiento, tan leve que podría tratarse del balanceo de una cola o del latido de un corazón, que me llega a parecer incluso irreal segundos después de escucharlo.

Al frente, a la izquierda, varios metros, no muchos...

El pétalo de una flor cae sobre mi, roza mi hombro para deslizarse sobre mi tatuaje; lo cojo. Mis ojos, abiertos. Me permito observarlo durante unos instantes, después lo dejo caer... antes de que llegase a tocar el suelo, yo ya la había encontrado.

- Ma'Rihia. - susurro tocando su mano, lo ultimo que pretendía era asustarla.

- ¡Aléjate! - dice empuñando su arco, manteniendo así cierta distancia entre ambos.

- Por favor, Rihia... - toco el otro extremo del arco, intentando apartarlo.

- ¡No te acerques! - me empuja ahora con él haciéndome perder el equilibrio.

Tanhì Taw ( Neteyam Sully )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora