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Jake

Me había enfrentado a múltiples criaturas a lo largo de mi vida, había peleado contra ejércitos sumamente preparados para la batalla... pero no miento cuando digo que lidiar con una Ronal furiosa era de lejos lo más peligroso que había hecho en mi vida.

Neytiri, Ronal, Tonowari y yo nos encontrábamos en el marui de los lideres discutiendo sobre diversos temas, para variar. El foco del tema de hoy se ponía sobre la nueva na'vi a la que Tonowari le había permitido la entrada. Cabe recalcar que el día de ayer no pareció causar ningún problema en el clan, cosa que bueno, estaba a su favor.

- ¡Tú, has dejado que una asesina vague por nuestras tierras! - gritaba Ronal enfurecida.

- Tampoco le habíamos dejado muchas más opciones. - puntualiza Neytiri.

- Si tenemos en cuenta lo ocurrido hace unos días cerca del Lago de Pri... - intenta intervenir el Olo'eyktan.

- ¿¡En serio sigues con eso!? - ahora Ronal parece indignada. - No sabemos de lo que es capaz de hacer esa... cosa.

- Rihia. - le corrige mi pareja. - Ese es su nombre.

- ¡Vaya! Neytiri, ahora pereces tratarla como una de nosotros. - una amarga carcajada. - ¿Acaso no la has visto? - se acerca más aun a Neytiri, veo como esta parece enfadarse también ante el gesto de Ronal. - Su pelo, sus ojos... su piel ni siquiera es del mismo tono que el vuestro.

Ahora retrocede hablando para todos los presentes.

- Ella es un peligro, una amenaza que tú has permitido. - señala el pecho de Tonowari.

- Ella los ha salvado, a nuestros hijos. - puntualizo.

- ¡Ella es una Tanhì Taw; ella es la que sobrevolaba y profanaba las tumbas de nuestros ancestros semanas atrás! Ella no es una guerrera de Eywa, ella es uno de sus demonios. - sentencia la Tsahik.

- ¡¿Ella mató a esos avatares para salvarlos y tú quieres matarla?! - Neytiri que hasta ahora parecía contenerse explota.

- Ni siquiera hay certeza de que ella los hubiera matado. - se defiende Ronal.

- Entonces preguntémosles a ellos. Solo ellos saben que es lo que ocurrió realmente. - comento refiriéndome a los niños, que ahora ya eran todos unos adolescentes.

La mirada de Ronal se vuelve mucho más furiosa ante mi comentario. Un sudor frio empieza a recorrerme.

- No metas a los niños en est... - pero es interrumpida por el Olo'eyktan.

- Traedlos. - ordena a dos de los guerreros que custodiaban la puerta.

Unos minutos después aparecen ante nosotros Kiri, Rotxo, Tuk, Tsireya y Lo'ak; todos ellos parecían ciertamente confundidos pero no dijeron una sola palabra al respecto, entonces Tonowari habla.

- Kaltxì - saluda a los recién llegados, a lo que ellos responden con otro, aunque menos autoritario "Kaltxì". Puedo apreciar como Tsireya parece preocupada, más preocupada que el resto.

- ¿Qué ocurre padre? - dice esta viendo la cara furiosa de Ronal a su lado.

- Tenemos que hablar. - sentencia.

Y entonces es cuando empieza todo; Tonowari con su interrogatorio, y ellos contestando a todo con lujo de detalle, explicando la increíble técnica que la na'vi había empleado contra los avatares, o su agilidad, también su capacidad con el arco. Mencionaron algo relacionado con su conexión con Eywa y pude ver como los ojos de Ronal parecían deshacerse debido al enfado.

La furia de Ronal no hacia más que incrementar con cada palabra de los jóvenes, y suponía que yo no era el único que se había dado cuenta que en sus explicaciones había un deje de fascinación por la intrusa, y eso a la Tsahik no hacia más que enfadarla, hasta que explotó.

- ¡Ya basta! - y se hizo el silencio en el marui. - ¡Traedla! - ordena a uno de los jóvenes guerreros.

Fue entonces cuando mire a Tonowari que parecía igual, o incluso más asustado que yo por lo que su pareja podría hacer. El joven guerrero, que tiempo después reconocí como uno de los antiguos amigos del primogénito de los lideres, fue rápido, ya que en un tiempo récord Ao'nung y Rihia llegaron al marui.

- ¡Aquí estas, demonio intruso! - sisea Ronal a lo que Tonowari gruñe como muestra de desaprobación hacia esas palabras. - No nos vamos a andar con rodeos ¿si? - dice acercándose a la joven amenazante. - ¿Fuiste tú quien mató a esos avatares?

Todos esperamos expectantes la respuesta de la na'vi, pero nunca llegó.

- Esta bien, reformularé la pregunta, ¿fuiste tú la que mató con nada más que la ayuda de unas flechas y cuchillo a esos cuatro avatares? ¿Unos avatares entrenados para matar, con armas y tecnología mucho más avanzadas que las que tú utilizaste?

Ella tampoco contestó esta vez, simplemente miraba los ojos de la Tsahik, y aunque en un principio no entendía el porqué, pronto me di cuenta de que lo único que trataba era hacerle saber a Ronal que le entendía a la perfección pero que no contestaria a ninguna de sus preguntas.

Pude ver como Ronal inspiró y espiró varias veces tratando de calmarse, yo recé un par de veces por que eso bastara. De pronto sonrió, fue entonces cuando supe que nada saldría bien a partir de ahora.

- Demuéstralo. - dijo con una mirada orgullosa. - Si lo que me han dicho es verdad, demuéstramelo.

- Ronal no creo que sea una buen... - pero Tonowari fue interrumpido.

- Tú - dijo señalando al joven guerrero que custodiaba la entrada. - Tú pelearas contra ella. - sentenció. - Si eres capaz de vencer a este muchacho entonces me creeré todo lo que dicen de ti. Hasta entonces...

Estaba claro que quería provocarla, porque le estaba matando por dentro el hecho de que no respondiera ninguna de sus preguntas.

Miré a la na'vi que aunque permaneciera callada algo había cambiado en ella, parecía indignada, insultada me atrevería a decir, ella no hablaba pero sus ojos lo hacían por ella. A veces tratar de demostrar que eres el mejor es un insulto.

- Vamos, ¿ahora tampoco piensas hablar? No me digas que no vas a poder contra un jov...

- Yo lo haré. - digo y todo el mundo me mira desconcertado. Ella me observa con atención. - Yo, Toruk Makto, yo pelearé en tú contra. - la mirada de mi pareja me taladraba la piel, sin duda sería algo que tendría que arreglar después. - Si lo que dicen es verdad, demuéstralo.

Ahora la miro desafiante y algo en su mirada vuelve a cambiar, una ligera sonrisa se dibuja en su cara, una que sería imperceptible para el ojo humano pero no para el de un na'vi.

- Acepto, Toruk Makto. - dice, su voz, satisfecha. Había encontrado a un adversario digno.

Tanhì Taw ( Neteyam Sully )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora