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Neteyam

Un pitido insufrible. Agudo. Cada vez más, y más, y más, y más...

- ¡Hey! ¡Hola hermanito!

Parpadeo una vez, otra, y otra más. El mundo frente a mí no lo formaban más que manchas borrosas de colores que se movían de un lado a otro; y que, con cada uno de los pestañeos, parecían ir tomando forma.

De proto, ese pitido, que amenazaba con destrozarme los tímpanos, cesa; y a su vez, todas aquellas manchas borrosas consiguen tomar forma al completo.

- Hey - le devuelvo el saludo, patosamente, a la más pequeña de los Sully.

- ¡Chicos, chicos, Net' a despertado! - grita Tuk eufórica.

Yo intento incorporarme, pero es entonces cuando la mano de Kiri se apoya sobre mi hombro impidiéndome la acción.

- ¡No tan rápido skxáwng! - me advierte con una pequeña sonrisa adornando su rostro.

Ella estaba furiosa conmigo, eso lo recordaba a la perfección; y aunque seguramente siguiera estándolo, y luego volviera a sacar el tema para reprocharme... algo en esos ojos me decían que yo ya estaba perdonado.

Respiré profundamente, como si fuera la primera vez que lo hacía.

- ¿Qu-e, que ha pasado? - pregunto tropezando con mis propias palabras.

Tsireya toca mi frente a lo que yo la miro confuso, después ella empieza a hablar.

- Ya no tiene fiebre.

¿Fiebre? ¿Qué había ocurrido? Yo, a estas alturas, ya no entendía nada; y supongo que mi cara me delataba, ya que Kiri se dispuso a hablar esta vez.

- Tras la pelea con el percebe... - y todos escuchamos como Ao'nung gruñía ante el apodo. - Quedaste... inconsciente.

- ¿Pero, y la fiebre? ¿Qué tiene que ver con todo est...

- Tras quedar inconsciente las defensas de tu cuerpo bajaron en picado, y el frío que azota por las noches... Es un tipo de defensa que tu cuerpo a manifestado en forma de fiebre. - una pausa. - Nada preocupante. Ahora... - dice retirando un trozo de tela húmeda, probablemente parte del atuendo de alguien, de mi frente. - ahora ya no la tienes.

Entonces me quedo mudo, trataba de procesar todo muy rápidamente pero...

- ¿Noches? - pregunto, no es necesario que diga nada más, todos entienden mi pregunta.

- Dos. - habla ahora Lo'ak. - Has estado inconsciente durante dos días enteros.

- Tres, si contamos la mañana del día de hoy. - puntualiza Rotxo.

Entonces deslizo mis ojos a su derecha. El otro Metkayina me observaba en silencio hasta ahora.

- Ya ves, te he dado una buena paliza. - dice Ao'nung sin poder ocultar ese resquicio de sonrisa en su rostro.

Yo quería levantarme, levantarme y borrarle esa sonrisa de cuajo; pero incluso ahora, mi cuerpo dolía al igual que duele la noche tras un día de duro entrenamiento.

Entonces, vuelvo a intentar incorporarme, y aunque los hombros y la cara me duelan con cada mínimo movimiento, finalmente consigo quedar sentado, apoyando la espalda en la pared de tierra detrás de mí.

Kiri me lanza una mirada asesina, una que me hará pensármelo dos veces antes de volver a desobedecerla.

- ¡Oh! - exclama Tsireya, como si acabara de recordar algo sumamente importante. - Ten. - dice dejando entre mis manos una pieza de fruta.

Tanhì Taw ( Neteyam Sully )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora