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Rihia

El caos se había apoderado de la aldea, todas las Huyuticaya corrían de lado a lado, algunas gritaban; no, no eran gritos comunes, eran sollozos, estaban llorando. Intento abrirme paso entre la gente pero me es bastante complicado, nunca antes había vivido algo así y para entonces la angustia ya se estaba apoderando de mi.

Con ayuda de Ruhna consigo llegar al centro de todo y es entonces cuando veo a Nets'aluma; esta de rodillas con otras integrantes del clan junto al cuerpo sin vida de alguna Huyuticaya.

Rápidamente busco con la mirada a Metya, pero me encuentro con la mirada de otra persona, Kui'la, ella me mira, estaba llorando... en ese preciso instante lo entiendo todo. Quiero llorar, pero no, no pienso llorar hasta comprobarlo con mis propios ojos. Corro, me choco con varios na'vi pero no me importa, corro hasta que llego al centro, hasta Nets'aluma, hasta el cuerpo sin vida de Metya...

Siento como el aire sale de mis pulmones, mis piernas se debilitan y caigo de rodillas junto a Metya. Todo en mi se rompe, mi vista se nubla y grito, grito muy fuerte y lloro a la vez, no lo puedo evitar, es como si mi cuerpo estuviera haciendo todo lo posible por mantenerme consciente, por no perderme. Mi mundo se viene abajo, de pronto siento una mano sobre mi espalda, es curioso, apenas me a tocado pero siento toneladas sobre mi, todo mi cuerpo pesa, todo mi cuerpo duele, nunca antes había sentido algo así...

Hago un gran esfuerzo y consigo girar mi cabeza para ver que es la mano de Nets'aluma la que me consuela, ella no dice nada pero sus ojos me transmiten todo lo que sus palabras no pueden. Trato de contener mis lagrimas y observo el cuerpo de Metya. Toco su mano y esta completamente helada, entonces es cuando reparo en su cuerpo; tres, nada más ni nada menos que tres heridas de bala, una en el abdomen, la segunda en el pecho y la ultima le atravesaba el cuello.

Entonces vuelvo a llorar otra vez, Metya había muerto, la habían matado, y yo no había estado aquí para impedirlo, para ayudarla, puede que si no me hubiera ido...

Pero no pudo seguir pensando, duele demasiado. Cada respiración me resulta más complicada que la anterior, así que decido salir de toda esta pesadilla. Ruhna me mira y tras una mirada cómplice se acerca a mi.

Me vuelvo a subir sobre ella y nos adentramos en el bosque a toda velocidad, no tenemos un rumbo fijo, solo corremos, escapamos y huimos de todo lo que dejamos atrás. Metya siempre fue un pilar imprescindible en mi vida, ella era mi mentora, mi madre, mi mejor amiga, mi confidente... y la había perdido, ya no estaba, me la habían arrebatado.

De pronto me doy cuenta de como Ruhna cambia su rumbo, no me pareció nada alarmante hasta que me doy cuenta de lo que pretende, oh no, mala Thanator... pero no la contradigo, no tengo fuerzas suficientes para hacerlo.

Llegamos a los pies de mi árbol, el que también era el refugio del skxáwng. Ruhna me baja y me acaricia con el hocico incitándome a que suba, la miro, pongo mis ojos en blanco, pero finalmente tras una pequeña caricia me dispongo a subir.

No tengo ni idea de donde saqué las fuerzas suficientes para escalar, pero ahí estaba. En cuanto llego, el skxáwng se da la vuelta sonriente, y como si de un impulso se tratase, corro hacia él y lo abrazo con fuerza, es ahí cuando me vuelvo a derrumbar.

Neteyam

Me pareció escuchar algo, y al darme la vuelta ahí estaba ella, vaya no me lo esperaba. Tenía pensado hacer algún comentario sobre que no puede vivir sin mi o algo por el estilo con intención de molestarla, pero de repente corre hacia mi y tras abrazarme comienza a llorar.

Yo la abrazo a ella y dejo que llore sobre mi pecho. Percibo como respira con dificultad y como sus piernas, mejor dicho, todo su cuerpo tiembla incontrolablemente, como si las fuerzas la hubieran abandonado, como si algo la hubiese matado por dentro.

La agarro de la cintura con sumo cuidado para no deshacer el abrazo y consigo hacer que quedemos sentados, ella encima de mi aún abrazados. No tengo la menor idea de lo que podría estar pasando, pero había una cosa que si que tenía clara, estaría junto a ella, la consolaría y la cuidaría hasta que mejorase, de eso no tenía duda.

En un intento por calmar sus temblores acaricio su espalda suavemente, de arriba abajo, con un ritmo tranquilo pero constante. Para mi sorpresa esto la calma haciendo que incluso su respiración recobrara algo de normalidad. Pronto las caricias se extienden a sus brazos, manos, dedos... hasta que vuelvo a sentir un cambio en su respiración. Esta vez es más tranquila y en seguida me doy cuenta de que se a quedado dormida sobre mi. Sus manos rodean mi pecho y su cabeza descansa sobre el, aparto un poco el cabello de su cara permitiéndome ver su rostro. Estaba cansada, sus preciosos ojos estaban algo hinchados de tanto llorar y sus mejillas estaban cubiertas de lagrimas saladas.

No sabía que le había causado tanto dolor, pero verla así me dolía, era extraño pero yo también sentía dolor al verla así. Decidí no dormir esta noche, la pasaría en vela, vigilándola, cuidándola, no me iba a arriesgar a quedar dormido y que ella despertase y volviese a sufrir en soledad.

Pasan minutos, luego horas, y de pronto en medio de la noche ella despierta. Se levanta de mi pecho y se sienta frente a mi sin mencionar una sola palabra. Me fijo en sus ojos, los que normalmente portaban un característico color violeta ahora eran casi tan oscuros como lo noche, y los puntos que cubrían su cuerpo ya no brillaban como antes lo hacían.

- ¿Quieres hablar? - pregunto mirando sus ojos, ella por su parte no contesta pero una lagrima recorre su mejilla, con mi pulgar la limpio cuidadosamente. - Ven - le digo, y ella vuelve a tumbarse sobre mi pecho.

Ambos permanecemos en silencio, ella dibujaba figuras imaginarias con su índice en mi pecho, yo por mi parte acariciaba su espalda. Ahora mismo estaba viviendo uno de los momentos más íntimos de mi vida junto a ella, realmente no se como funcionan en la cultura Huyuticaya, pero para los Omaticaya y el resto de los na'vi dormir a solas junto a alguien que no es considerado de tu circulo familiar es algo muy intimo y especial, y el saber que ella me a elegido a mi para pasar por un mal momento como este me hace muy feliz, aunque por dentro duela mucho verla sufrir.

Tanhì Taw ( Neteyam Sully )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora