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Neteyam

Era casi mediodía y me dirigía a nuestro lugar de encuentro habitual. No pude dejar de pensar en el día de ayer, fue tan increíble. Montar en Ikran era de mis actividades favoritas, me recordaba a las carreras con Lo'ak, las misiones con papa... Mama fue la que me enseño a montar, también me enseño a pelear, bueno, en eso también ayudó papa. El hecho es que el haber comenzado el mapa me ha dado una especie de nueva esperanza, una que ya casi había olvidado.

Mis pensamientos cambian de rumbo al llegar junto al rio, nuestro punto de encuentro habitual. Realmente no sabía como agradecerle a Rihia todo lo que estaba haciendo por mi, ya no era el simple hecho de que me ayudara a encontrar el camino a mi hogar; era el hecho de como me enseñaba su cultura y costumbres, sus lecciones, que de cada una de ellas aprendía algo nuevo, por muy pequeño que fuese... y por encima de todo su compañía. Se que puede parecer extraño, pero tener a alguien que te haga compañía se agradece, aunque a veces sea para decirte lo idiota que eres; y es que ya llevo más de un año aquí, a veces es increíble ver como pasa el tiempo.

Pasaron minutos, luego horas, pero ella no llegaba. Al principio lo entendía, puede que se le hubiera hecho tarde o simplemente hubiera tenido alguna de sus lecciones intensivas con Metya, pero pasó una hora, luego otra, luego otra más... y ella seguía sin aparecer. Ahí fue cuando mi mente empezó a traicionarme, ¿y si le había pasado algo?,¿y si se encontraba en peligro?, ¿y si necesitaba mi ayuda?... me costó, pero tuve que convencerme a mi mismo de que era fuerte, de que ella podía con todo y de que estaría bien estuviera donde estuviese.

Había una cosa que tenía clara, no me iría de aquí hasta que ella apareciese, a si que decidí aprovechar el tiempo que tenía mientras la esperaba. Me levanté del lugar en el que me encontraba y me dispuse a buscar un buen árbol. Una vez encontrado, partí una de las ramas y comencé a tallar una flecha, una muy especial. Iba a ser un regalo para Rihia, una forma de agradecerle todo lo que estaba haciendo por mi. Ella es una gran guerrera, la he visto pelear, también tirar con el arco, sin duda alguna es buena, si, muy muy buena. Por eso este regalo es ideal para ella.

Al terminar la flecha me di cuenta de que le faltaba algo, es decir, la flecha estaba terminada pero era como si algo le faltase, era idéntica a cualquier otra flecha y yo quería que esta fuera especial, a si que decidí tallar algo en ella.

Lo primero que tallé fue un Viperlobo, se lo importante que son para ella y todas las Huyuticaya estas criaturas y no podían faltar en esta flecha. Después dibuje una atokirina', le daría suerte en la caza, de eso estoy seguro. Finalmente decoré el resto de la flecha con las características Sueño de Luna, había muchas cosas en este bosque que me recordaban a ella, pero esta flor, sin duda era la que más lo hacía.

Estuve todo el día esperándola, pero nunca llegó. Anocheció y finalmente decidí volver al refugio para poder descansar un poco, pero viendo que no había aparecido hoy no estaba del todo seguro si eso iba a pasar.

Rihia

Ya era de noche y me encontraba boca arriba, mirando las estrellas, tratando de dormir. Ruhna estaba a mi lado, ella ya se había dormido hace rato, y de hecho es lo que yo debería hacer, ya que el día de hoy había sido completamente agotador.

Nets'aluma esta cada día más angustiada con el tema de la profecía, todas en el clan lo estamos a decir verdad. Por eso Nets'aluma a decidido que hoy era el día ideal para dar una clase intensiva a las más jóvenes del clan, entre ellas yo. Ya no es solo hecho de que he tenido que faltar a la lección con Neteyam, sino que el entrenamiento acababa de terminar hacia algo menos de una hora, habíamos estado prácticamente todo el día practicando tiro, combates cuerpo a cuerpo, vuelo... con apenas unos pequeños descansos para comer.

He de admitir que al terminar el entrenamiento, se me había pasado por la cabeza el ir en busca de Neteyam y explicarle lo ocurrido, pero me encontraba agotada, dudaba que tuviera fuerza suficiente siquiera para ponerme de pie.

Así que opté por tratar de descansar junto a Ruhna, porque al fin y al cabo las lecciones con Neteyam no son más que una manera de asegurarme de que no es el enemigo y en caso de que lo sea, tener localizados todos sus puntos débiles, no tengo porque darle explicaciones ¿verdad?

Tanhì Taw ( Neteyam Sully )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora