51

871 96 25
                                    

Rihia

Entonces todo se detiene; uno, dos, tres, cuatro, cinco... no se durante cuantos segundos. Mis ojos se abren mucho, mi respiración se detiene, y mi cuerpo olvida todo el dolor cuando veo con mis propios ojos como uno de esos "hombres de hierro" atraviesa el cuerpo de Zaera por la mitad.

Parpadeo varias veces, muchas, demasiadas... pero cada vez que abro los ojos todo sigue igual. El cuerpo de Zaera permanece en el suelo, inmóvil, sin vida... un corte atraviesa su esófago, uno por el que el aire se atreve a cruzar.

Veo a Jake correr en su busca, perseguido por otro Metkayina. Yo por mi parte me encuentro en una especie de burbuja, el dolor parece haber abandonado mi cuerpo, pero un nudo crece en mi garganta.

Veo como mi atacante se vuelve a acercar a mi con una sonrisa de suficiencia en su rostro. No es hasta ese momento en el que me doy cuenta de quien se trataba. Quaritch.

- ¿Todo bien, Gatita? - me pregunta burlón, yo gruño haciendo ademan por enseñar mis colmillos.

Algo similar al asco crece en mi cuando noto su mirada en mi, viajando por cada milímetro de mi cuerpo, analizándome.

- Sabes, estas empezando a ser un verdadero dolor de cabeza. - se ríe enfermizo. - Has acabado con la vida de unos ¿ocho de mis hombres?

Yo vuelvo a gruñir amenazante. ¿Ocho? Los primeros.

- Pero estas de suerte. - dice, perecía incluso ansioso por que le preguntara el porqué. - Resulta que soy en cierto sentido... masoquista.

Sus palabras me hacen querer arañarme las orejas hasta llegar a perder el sentido auditivo.

- Te propongo algo. - una pausa. - Tú, gran guerrera, hábil, estratega... Yo, con todo el poder que tengo, ya sabes, ejércitos, naves, armamento... Haríamos un gran equipo ¿no crees, Gatita?

De pronto una voz algo extorsionada se escucha; de un extraño "aparato" que el coronel portaba en su chaleco era de donde salía la voz, se pudo escuchar lo siguiente.

- Coronel, por aquí todo recogido y cargado, cambio. - pero Quaritch no responde, se limita a extender una de sus manos ofreciéndomela.

- ¿Qué me dices, Gatita? - juro que si vuelvo a escuchar esa palabra salir de su boca, pronto terminaría con ella.

No me molesto en contestar, simplemente reúno fuerzas y salto sobre él mordiendo uno de sus fuertes brazos. Este grita de dolor y me empuja echándose hacia atrás. Yo caigo al suelo exhausta.

- ¡Vas a...! - pero parece tener problemas para terminar su frase. Entonces toca ese "aparato" de su chaleco y habla.

- Tarea completada chicos, felicidades. - se escuchan vítores al otro lado del "aparato". - Recogemos y nos retiramos. - una pausa. - Por cierto, avisad a la enfermería; puede que alguno de estos animalejos me halla contagiado la rabia. - escupe.

Entonces, aun en el suelo tratando de recuperar un ápice de aliento, lo veo retirarse, a él y a todos los demás, hasta que un par de minutos después no queda nada más que una docena de guerreros Metkayina y un campo repleto de cuerpos muertos frente a nosotros.

Veo como los guerreros que quedan en pie se aglomeran junto al cuerpo sin vida de Zaera; Jake la sostiene, a su vez Neytiri le reza algo a Eywa... le ruega que le permita a Zaera hallar la paz en su muerte.

Una guerrera Metkayina se acerca a mi.

- ¿Estas bien? - esta parece estar herida en su hombro izquierdo.

Tanhì Taw ( Neteyam Sully )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora