Se abre el telón: una nueva aventura

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No espere mucho para que nos notificaran que mi varita personalizada estaba terminada.

Una carta había sido entregada a tía Emilia indicando que ya termino su fabricación. Dándole la hora para que pudiera ir a retirarla conmigo.

Cuando llego el momento de ir al negocio de Ollivander pude notar como un hombre lobo nos estaba esperando. Kairon, era el mismo que me había ayudado a desarrollar el brazal antes de mi ida, como siempre fue cordial y respetuoso, una lastima que con mi forma actual no pueda saludarle como antes.

Entonces llego el momento de la verdad, se me fue entregada mi varita mágica.

Conforme Garrik miro su trabajo indicando que fue difícil hacerla, pues la varita no dejaba que nadie la tomara mas de lo necesario, pues si pasaba un tiempo  determinado esta se calentaba demasiado.

Al ver el producto final es una varita larga, de 14 pulgadas de longitud para ser exactos, siendo también algo rígido y de un termino pulido. Su apariencia es una varita de dos piezas siendo la principal un palo de color negro azulejo con leves detalles dorados y rojos que le daban un contraste único, por ultimo el mango el cual fue tallado de la misma madera y el acabado es suave al tacto, además de que ajusta la mano para un agarre mas solido.

Al principio no paso nada, el calor que habían mencionado antes no lo sentía el lo absoluta, en su lugar sentía algo cálido en mi mano. No obstante unos segundos despues de tenerla en mi mano algo paso, pero que no muchos podían ver o sentir, pues el poder mágico en mi cuerpo estaba siendo estabilizado en gran medida mientras sostengo la varita, de hecho me pareció sentir como esta circulaba por cuenta propia.

Ya el hecho de que no explotara me tranquilizo, pero con esto me deconcerto

Para probarla, la moví un poco mientras esta consumía un poco de mi energía mágica generando  leves partículas de luz que recordaban a unas luciérnagas en la noche. El espectáculo hizo que Garrik sonriera conforme.

Una vez guarde mi nueva varita este paso a sacar un cofre de debajo del mostrador, siendo un cofre pequeño sencillo, pero que esta encantado con magia para que uno no husmeara dentro de este. Una vez abierto pude ver dos compartimentos en el cofre, la parte de la derecha tiene algunas motas de pluma de color dorado y rojos, en el segundo compartimento hay trozos de madera azul oscuro esparcidos en diferentes tamaños.

Eran los restos que quedaron despues de confeccionar mi varita. 

Agradeciendo por todo lote el cofre y nos despedimos de Garrik, además de despedirnos de Kairon.

Despues de ese dia todos los días se volvieron algo monótonos, siendo mis entrenamientos lo mas exigente que tenia y también perfeccionaba mi manejo de energía mágica.

Una de las cosas que me di cuenta es que la marca en forma de dragón en mi mano derecha había vuelto, esto atrajo mi total atención recordando el episodio que viví ese dia.

Un gran libro que había en el estudio de mi padre, formulas en el aire con un aura azul, mi madre tomando el libro y aventándolo contra mi mano. 

Lo explore tanto físicamente tocándola con mi otra mano, como mágicamente tratando de sentir algo de ella. Pero no pude captar nada en concreto.

No obstante esto a la vez me alarmo un poco, pues no sabia si ese proxeneta de Lucius había visto la marca en mi mano cuando me estaban llevando a ese lugar. Hasta ahora gracias al reloj pude hacer que mi apariencia volviera a ser la de Kira escondiendo las motas de color blanco y mis ojos heterocromáticos. 

También he corrido mucha suerte hasta ahora, pues una vez me encontré a Lucius mientras estaba con mi tía, ambos nos pusimos tensos ante la presencia de el, pero pareciera que no pudo reconocerme. Quizás el estrés y los varios golpeas que han recibido le han borrado mi existencia de sus recuerdos, añadiendo el hecho de que a sus ojos no era mas que un gusano y que quizás morí en los experimentos de ese desquiciado doctor. 

Reencarne sin querer y además.... ¿Por qué las túnicas negras?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora