Un día como cualquier otro , gracias a un desastre repentino termine por encontrar mi fin en esa vida ... morí.... me dieron la oportunidad de reencarnar en un mundo que deseara, pero me negué. No porque no quisiera solo porque ya estaba conforme co...
Es Navidad, pero no mucha gente la celebra. Algunas zonas rurales se disponen a celebrar, mientras que otros descansan placenteramente.
Pero todo en la noche son abrazos y alegría.
- ¿Pudieron encontrar alguna pista? - un hombre con túnica blanca se presentó en medio del jardín. Todos a su alrededor estaban tensos, cansados y algo alarmados. Sus vestimentas variaban, desde armaduras tradicionales japonesas hasta túnicas ceremoniales japonesas; todos sus rostros eran ilegibles por la oscuridad y solo sus voces se hacían presentes en el entorno.
- No hemos encontrado nada - dijo uno.
- Todo limpio por nuestra parte -
- .....
- Tampoco hay suerte en nuestra búsqueda -
Todos claramente tensos se miraron unos a otros. La situación no pintaba nada bien y con pocas o casi ninguna pista tenían que buscarlos esta misma noche. Pues no sabían si los captores ya se trasladaron o si el objetivo de rescate ya estaba fuera de salvación.
- Será mejor actuar más rápido, nuestra señora se decepcionará si no lo hacemos - dijo una mujer vestida con una túnica blanca, la vestimenta de una sacerdotisa.
- Pero... ¿Cómo lo vamos a hacer? Es claro que uno de los clanes principales está actuando también... - dijo un hombre apoyado contra la muralla, este estaba fumando mientras miraba la situación general - sino ¿Cómo sería posible burlar las defensas de la villa e irse sin ser descubiertos en el acto...
La observación puso tensos a los presentes, aunque nadie decía nada, muchos temían lo peor, un traidor entre sus filas. O quizás que aquí también haya alguien que esté confabulando con ellos.
- No tenemos pruebas suficientes, pero es obvio que recibieron ayuda, sino ya los habríamos encontrado - dijo otra persona, esta tiene una vestimenta más común, siendo una vestimenta de estudiante japonés.
- Entonces demos prisa... no creo que sus compradores esperen mucho por la mercancía -
- No hables así de ellos... son protegidos de nuestra señora y fueron raptados por su valor... solo espero encontrarlos... sino a qué puto enfermo les serán vendidos - dijo la misma sacerdotisa.
- Tendremos suerte si encontramos los rastros... - dijo el hombre fumando.
Con los ánimos bajos, empezaron a buscar nuevamente en la ciudad.
Ya habían revisado todos los alrededores y empezaron a buscar más adentro en la ciudad. O quizás deberían empezar a buscar en las afueras de la ciudad.
Todos bajo la misma misión de buscar algún rastro que de con sus objetivos, pero había algo de verdad en esa conversación, no solo había un traidor en ese grupo, sino que había dos traidores que confabularon para que no se revisara cierta ubicación.
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