Capítulo 2

65 4 1
                                    


Gabe me estaba maquillando los ojos para la sesión y Miranda me estaba peinando el pelo.

—Señorita Kilian, ¿necesita algo? —Preguntó una de las asistentes de producción.

—Por favor, llámame Eve. ¿Podrías traerme un bocadillo? Me muero de hambre.

La chica asintió y marchó corriendo.

—Vas a destrozar el maquillaje. —Me regañó mi mejor amigo.

Lo miré mal.

—No me has pintado los labios y me duele tu poca confianza en mí.

Miranda comenzó a reírse.

—Te conozco demasiado bien como para saber que no sabes comer.

— ¿Perdona?

—Eve no muevas la cabeza. —Me regaña Miranda.

—Perdón. —Me traen el bocadillo— Gracias.

Comienzo a comer mientras Gabe sigue aplicando las sombras en mis ojos.

—Ya he terminado. —Me avisa Miranda y sale.

— ¿Nos tomamos algo después? —Pregunto.

—De acuerdo, pero porque mañana me voy.

— ¿Pero si llegaste ayer?

Sonríe.

—Nicole Zavala me ha pedido que la maquille para su sesión.

—Sabes me alegro mucho por todas las oportunidades que te están surgiendo, pero odio no verte apenas.

Me guiña el ojo.

—Eve, ¿lista? —Me pregunta la asistente de mi representante.

—Sí.

Me levanto y me coloco como me dice el fotógrafo.

La asistente habla con mi representante seguramente contándole como me va todo. Mi representante es el hijo de Kevin ya que éste se jubiló, pero como nos lleva a los cinco de la familia, no puede ir de un país a otro sin más, así que cada uno tenemos un asistente que nos acompaña, pero con el que hablamos sobre los contratos y todo eso es con él. Después de que yo quisiera hacer las cosas solas y que me obligaran a tener una relación falsa, mis padres me forzaron a estar bajo las alas de Kevin Jr. y la verdad es que la experiencia fue tan mala que no tuvieron que insistir demasiado. Mi "relación" con Christian fue...

— ¡Perfecta, Eve! —El fotógrafo me devuelve a la realidad.

Sonrío.

— ¿Algo más?

—Voy a mirar las fotos y te digo.

—De acuerdo.

Cojo el móvil mientras tanto en lo que le escribo un mensaje a mi hermana para ver cómo le va todo. Elle es a la que menos veo ya que si no está de gira, está entrenando y si no está entrenando está ensayando y si no está ensayando está de casting y un largo etcétera.

—Eve, todo está bien. Gracias. —Me informan.

—Me alegro.

Me cambio de ropa y Gabe me está esperando.

— ¿Preparada para comer?

Sonrío.

—Me muero de hambre.

Llegamos a uno de nuestros restaurantes favoritos. Mientras que Gabe se pide una ensalada, yo me pido la lasaña vegetal. En mi familia todos somos vegetarianos y es que mamá no cocina otra cosa en casa y nunca sentimos la necesidad de algo más. Sobre todo, después de informarnos al respecto.

— ¿Vas a ir a la fiesta de Halloween? —Me pregunta Gabe una vez que nos sirven.

Bebo de mi vaso.

— ¿Cuál?

Pregunto eso como si supiera de alguna fiesta, pero la verdad es que no tengo ni idea de que se vaya a celebrar nada. Normalmente suelo quedar con algunas de mis amigas de la industria, pero este año todas están por ahí y mi plan era quedarme en casa molestando a mis padres. Porque: uno, sigo viviendo con ellos ya que como estoy de un lado para otro no me compensa ahora mismo tener mi propio espacio, y dos, me gusta pasar tiempo con ellos.

Mi amigo pone los ojos en blanco.

—Samantha Fossatti va a celebrar una súper fiesta, seguro que tus hermanos van también. Mira tu correo electrónico.

Suspiro y me meto. Efectivamente.

Samantha y yo nos llevamos bien, pero... es inevitable que haya alguna que otra tensión entre nosotras cuando su hermana es una zorra. Y no lo digo por su libertad sexual sino porque estuvo jugando a dos bandas con mi hermano y Roderick. Se pelearon y todo hasta que se dieron cuenta de que era una tontería estar mal por una persona que estaba follándose a otro. Otro que no era ninguno de los dos.

—No sé, Gabe...

—Eve, venga. Todo el mundo va a ir. A ver si así te das de una vez una alegría para el cuerpo. ¿Cuánto tiempo hace que no follas?

Abro la boca sorprendida por su atrevimiento y me pongo roja cual tomate.

— ¿Perdona?

—Eso es que hace mucho. ¿Un año?

— ¡Gabe!

— ¿Más aún? ¿Un año y medio?

— ¡Gabe! ¡No voy a hablar de mi vida sexual contigo!

— ¿Quién fue el último, Eve?

La cara me arde.

Gabe me estudia.

—Dímelo.

—No. Me da vergüenza.

—Fue Christian. —No pregunta, está afirmando.

—Tengo que irme. —Digo mientras me levanto.

Me agarra del brazo y me agacha.

—No tienes de qué avergonzarte, yo también hace mucho que no follo.

—Gabe ayer me contaste cómo le comiste la polla a Lucas.

Se ríe.

—Mucho tiempo, hoy todavía no he hecho nada.

Me paso la mano por la cara.

—Sí, desde él.

— ¿Por qué?

—Porque cuando pasó todo se fue a la mierda.

—No hay que cagar donde se come.

—Pues eso.

—Bueno, pues vienes, te lo pasas bien conmigo y te das una alegría para el cuerpo.

—No sé...

—Eve, vamos a ir disfrazados nadie tiene que saber quién eres así que no te preocupes.

Suspiro y asiento.

— ¡Vamos a comprar los disfraces! —Se levanta emocionado.

— ¡Pero si quedan dos semanas! —Replico mientras pago.

—Dos semanas se pasan volando.

Entre los dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora