Capítulo 36

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La alarma me despierta y la apago lo más rápido que puedo ya que no quiero despertar a Roderick. Me apena no poder pasar la mañana con él, pero no sé cuánto tiempo voy estar en la sesión, ya que estaremos más modelos, y no quiero que se quede la mañana mirándome cuando podría estar haciendo algo más productivo como dormir. Mejor dormir que quedarse de pie esperándome por no sé cuántas horas.

Me ducho, me visto y me recojo el pelo en una coleta alta ya que no me molesto en lavarlo cuando sé que en nada me lo van a recoger para ponerme la peluca encima.

Salgo y me apoyo en la cama mientras me pongo unas botas.

— ¿No pensabas despertarme? —Escucho la voz soñolienta de Roderick.

Me giro sonriente y veo como ha doblado las piernas y se pasa la mano por la cara para desperezarse.

—La verdad es que no. No sé cuántas horas voy a estar allí y no es plan de que te quedes esperándome cuando podrías hacer otra cosa.

— ¿Crees que yéndome en horas voy a quedarme la mañana aquí? No me he cogido un avión para esto.

—Pero vas a aburrirte. Mucho.

—No me importa. —Dice en lo que me da un beso rápido.

Abre la mochila que trajo y se va al baño. Aprovecho para pedir el desayuno a la habitación. También le escribo a Lorena para decirle que no hace falta que venga a por mi y que nos veremos mañana para coger el avión. Mi asistente me pregunta por qué y le digo que ya conoce el equipo y que así puede aprovechar y encontrarse con algunas de sus amistades.

Después de una llamada en la que la convenzo de que todo está bien y que no debe preocuparse, finalmente decide no venir.

Las únicas personas que terminarán por saber que estoy con Roderick son mis guardaespaldas...pero bueno, son discretos y no dirán nada.

Quizás cotillear entre ellos, pero nada más.

Cuando sale ya está listo, y nos ponemos a comer.

—Ahora que lo pienso... ¿me reconocerán? —Pregunta cuando ya hemos acabado de comer y saca de su mochila una gorra y unas gafas.

Me río.

—Si no te quitas nada de eso en todo el tiempo que estemos allí, no lo creo... les hablé de mi padre y no sabían quién era... pero me dije, bueno será por la edad, así que les hablé de mi hermano y tampoco así que no creo que sepan quién eres.

—Pues listo, ¿vamos?

Asiento aguantándome la risa por la situación.

En el coche, mis guardaespaldas me miran curiosos, pero no dicen nada, solo sonríen.

Cuando llegamos al lugar, ellos se quedan en el coche en lo que nosotros entramos. Algunos de los trabajadores nos miran con curiosidad, pero fingimos que no hay nada raro en lo que nos movemos cogidos de la mano.

— ¿Qué nos traes visita hoy? —Pregunta Hugo, uno de los maquilladores.

—Ha venido de forma inesperada. —Respondo en lo que sonrío mirando a mi acompañante.

—Podemos ponerle una silla aquí al lado nuestra en lo que os hacéis las fotos.

Roderick asiente porque sabe que,, aunque se quede de pie durante un rato, al final acabará por sentarse.

—Voy a responder esto. —Dice en lo que se aleja para hablar por teléfono.

Me guían para maquillarme y colocarme las cosas, entre ellas la ropa y el pelo. Mis compañeras me miran con curiosidad, pero como no podemos hablar para no arruinar el maquillaje, no me dicen nada. Cosa que agradezco porque no me gusta mentir, pero tampoco podría decirles la verdad, tampoco es que quiera ir aireando mi vida privada. No es como si las conociera demasiado.

Entre los dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora