Capítulo 44

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Directamente vestidos como estamos, cenamos todos de forma rápida para después ir a la discoteca. Es casi de madrugada porque han tenido que hablar con no sé cuántos periodistas. Fui tonta por meterme en el coche porque se me olvidó eso último y me quedé esperando por una hora o más. Lo bueno es que aproveché para dormir y no tener sueño ahora. Al menos me ha servido de algo.

Así que aquí me encuentro en la discoteca hablando con Dominick y Kim en lo que Roderick habla con la chica esa que dijo que iba a hablarle a uno de los chicos. Intento no mirar demasiado para que no se me note la cara de asco que me sale de forma inconsciente.

La chica me cayó bien, es amiga de Elena, la hermana de Olsen. Bueno, miento. Me cayó bien hasta que le dijo no sé qué a su amiga y se acercó a Roderick. Y no se ha separado de él en todo este tiempo. Y odio no poder hacer nada porque nadie sabe que estamos juntos. Y no es nada serio. No es serio,pero somos exclusivos. Lo que significa que en cierto grado es mío.

—Eve, ¿te vas en unos días, no?

Vuelvo a la realidad. Menos mal que estoy algo contenta por el alcohol y no se sospecha que esté divagando por culpa de los otros. Sino que parece que es por la bebida.

—Sí, tengo unas fotografías con una revista y después marcho por una semana más o menos para un desfile.

—Hace nada volviste nos dijo tu padre.

—Sí, intento no irme por demasiado tiempo ya que tengo la oportunidad de elegir, pero a veces es lo que toca.

Ahora hablan entre ellos y yo añado algún que otro comentario, pero no puedo dejar de ver cómo le gusta colocar su mano en el brazo. En otro momento me alegraría incluso. Antes pensaría que así le quitaría el palo que tenía del culo, y que a veces parece volver a colocarse (como hoy regañándome por entrar en el vestuario). Pero eso sería antes de que todo esto pasara entre los dos.

Ahora, ahora quiero ir para allá, apartarla y coger a Roderick y llevarlo en brazos a la otra esquina.

Y no es posible, y no solo porque no soy tan fuerte como para cogerlo, sino porque nadie sabe nada.

Esto es una mierda.

Mis padres se acercan para decirme que se van ya a la cama. Mi madre no está muy por la labor, pero la veo bastante afectada.

—Nos vamos, ¿estarás bien aquí? —Pregunta mi padre en lo que intenta sujetar a mi madre que está riéndose contra su pecho.

—Sí, no creo que vaya a tardar mucho en irme, estoy cansada.

Ambos me dan un beso en la mejilla y se marchan. A mi padre le espera una noche entretenida, o al menos hasta que mi madre acabe rendida.

Bailo un poco con los chicos, pero al rato me dan ganas de ir al baño. Les digo que ahora vuelvo con ellos, a no ser que después de mear quiera irme a dormir porque me dé el bajón.

Inevitablemente y con algo de disgusto paso por al lado de Roderick y de la chica que nuevamente tiene la mano en su brazo. De verdad, ¿no sabe respetar el espacio personal de la gente?

—A mí también, fui a su concierto el mes pasado y por lo que tengo entendido irá de nuevo la semana que viene, podríamos...

No llego a terminar de escucharla porque marcho de ahí hacia el baño algo enfurecida Seguro que se van juntos al dichoso concierto la semana que viene. Que es justo la semana en la que yo estoy fuera. Súper oportuno.

Abro la puerta del baño. Menos mal que está vacío porque ni siquiera he preguntado si había alguien. Mientras meo, sigo montándome mi propia película, porque sí, soy consciente de que estoy delirando, pero no puedo parar. Seguro que es por culpa del alcohol.

Entre los dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora