Capitulo 52

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Hace siete años...

Hoy tenemos una fiesta en la piscina. Papá y mamá han dejado que invitemos a algunos de nuestros amigos del colegio y la verdad es que me apetece mucho. Es verano, hace calor y tengo ganas de meterme bajo el agua y dejar que me refresque.

He subido a mi cuarto para ir al baño. Podría haber ido a alguno de los que están en la planta baja, pero me da un poco de miedo que alguien entre sin avisar, o que llame a la puerta para entrar. Sí, hay pestillos, pero no me gusta hacer esperar a nadie.

Me miro en el espejo de mi cuarto. Para tener trece años, soy bastante larga, mamá dice que aparento la edad de mis hermanos, lo que hace que papá frunza el ceño. El pelo lo llevo recogido en una coleta alta, aunque con algunos mechones sueltos en la parte de delante, se lo vi a Elle y como nos parecemos, quise probar si me quedaría bien. Y según mi hermana me quedan mucho mejor que a ella, así que es todo un cumplido.

Me ajusto la parte superior del bikini, este año me han crecido las tetas, no tanto como a mi amiga Stelle, pero lo suficiente como para tener que comprarme una talla más. Cosa de la que me enorgullezco, aunque viendo a mi madre y tías, no creo que vaya a tener gran cosa. Pero bueno, mamá me ha dicho que así no me dolerá la espalda, y no sé cuántos beneficios más.

Cuando veo que todo está correcto bajo las escaleras para ir al jardín, mis padres junto con Sabrina y Dereck, están en la sombra hablando de no sé qué. A mucha gente de mi edad les gustaría tener la casa a solas sin sus padres. Y en parte lo entiendo, pero los míos se comportan como si realmente no estuvieran, se hacen sus bebidas y se sientan alejados sin interrumpirnos en ningún momento. Solo cuando alguien hace algo peligroso. Cosa que no suele pasar.

Los amigos de Max están o jugando a la pelota o en la piscina. Las amigas de Elle, hablan con los de la piscina, aunque hay como diferentes conversaciones en el mismo lugar. En cambio, mis amigos sí que están algo más alejados.

Supongo que por la diferencia de edad.

Muchos dirán que dos años no son nada y realmente no lo son ni en la infancia ni supongo que cuando te haces adulto, al fin y al cabo, Dereck y Sabrina son muy amigos de mis padres y son tres años más mayores, pero en la adolescencia, sí que lo son.

En casa, no hay diferencia, pero fuera, con los amigos sí. El grupo de los mayores, por un lado, en una esquina de la piscina, y el de los más jóvenes en el otro, en el otro lado de la piscina.

Me siento al lado de Gabe que parece estar contando algo acerca de unos chicos mayores de nuestro instituto. Porque sí, ya vamos al instituto, por más que papá siga repitiendo que vamos al colegio.

—Llegué tarde a clase, y me llevé una amonestación, pero mereció la pena completamente, Arthur estaba gritando en el pasillo que estaba harto de esta situación y empezó a dar golpes a los casilleros.

— ¿Qué situación? —Pregunté.

—No tengo ni idea.

—Dicen que puede ser porque siempre le castigan. —Dice Stelle.

—A mí me han dicho que es que su novia no le hace caso. —Comenta Karina.

— ¿Tiene novia? —Pregunta Mandy.

Y empezamos a especular el por qué Arthur dijo lo que dijo y por qué hizo lo que hizo. Pensando en que la novia le habría hecho algo, que quizás lo había dejado o cualquier tontería.

Me puse las gafas de sol que había dejado en mi cabeza y me giré al grupo de la esquina de la piscina. Elle estaba en la piscina jugando con Roberto, hijo de uno de los compañeros de papá, Max jugaba a la pelota más alejado y Roderick hablaba con una chica rubia, de unos ojos muy azules. Me caía mal y ni siquiera había hablado con ella.

Roderick tenía toda su atención en ella y eso es algo típico en él, cuando alguien le habla se centra únicamente en esa persona y ya podrían estarle gritando otra persona que no prestaría atención hasta que la otra acabara.

—Roderick, ¿qué pasó con Giselle?

Mira a la morena que le ha hablado y yo decido fingir que estoy escuchando a mis amigos cuando lo que estoy haciendo es intentar enterarme de quién es esa.

—Nada, somos amigos.

—Pero, ¿no pasó nada?

— ¡Qué iba a pasar si se fue a París como modelo! ¡Se acabó antes de que empezara! —Eso creo que lo dice Angelica.

—Sí, Roderick ha estado con una modelo. —Mi hermana lo pincha.

— ¿Qué dices? Todas las modelos son cabezas huecas, como un jarrón sin flores... están vacías.

Intenté recomponerme sobre su comentario, porque dolía que pensara así.

Sobre todo, cuando ayer hablamos de lo que nos gustaría dedicarnos de mayores. Cuando él me dijo que le gustaría seguir los pasos de su padre, igual que mi hermano, y yo le dije que me gustaba la idea de salir en revistas de moda, de quizás modelar.

Me recorrió con la mirada y dijo que me veía haciéndolo.

Ahora, después de escuchar eso, supongo que lo diría porque no piensa que tengo cerebro.

A partir de ese momento mi relación con Roderick cambió. Nuestros caracteres comenzaron a chocar más y más, a mí todo me sentaba mal y él decidió que era mejor ignorarme.

Adolescencia decían los adultos.

Rencor, digo yo.


No pensaba subir otro capítulo esta semana, estoy liadilla y no pensaba que podría sacar el tiempo. Pero Taylor Swift ha sacado nuevo album y es como mi forma de celebrarlo.

Una de las cosas de las que más ganas tenía de escribir es el capítulo que viene. La idea la tenía desde el principio, parte del diálogo y todo eso. Pero después, los personajes tienen como vida propia y cambian las cosas. Pero bueno, me gustó mucho escribirlo y leerlo.

Nos vemos, Lucía


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