Capítulo 4

58 3 0
                                    

Llegamos al hotel donde se celebraba la fiesta. Porque sí, la familia Fossatti lo hace todo a lo grande.

Dejamos nuestros abrigos y bolsos en el guardarropa y entramos. Me ajusté el antifaz porque, aunque no tenía nada que ver con ser un murciélago, quería tener un poco más de libertad.

Había muchísima gente, luces de colores iluminaban el salón y la música no dejaba de sonar y estaba tan fuerte que apenas podíamos escucharnos los unos a los otros.

— ¿Vamos a la barra? —Me preguntó Gabe.

—Vamos. ¿Lucas viene?

—Iba a intentarlo, pero no era seguro.

Lucas era el "amigo" de Gabe desde hacía unos dos años. Habían tenido bastantes idas y venidas, pero siempre volvían. Para mí eran pareja, pero para mi amigo no. Supongo que tiene alguna especie de miedo al compromiso ya que cada vez que alguien le menciona la palabra novio se pone blanco.

Fuimos a la barra y mi amigo nos pidió dos chupitos de tequila. Nunca me había hecho gracia el alcohol, bebía cuando salía, pero rara vez lo hacía por mi cuenta. No era que me desagradara, pero prefería un refresco. Aunque hoy me apetecía achisparme un poquillo.

—Dios, Gabe ¿por qué me obligas a tomarme esto? —Pregunté una vez que terminé el tercer chupito.

—Porque tenemos que calentar.

Le pidió al camarero un cubata. Ya estaba algo intoxicada.

—Sabes que no me hace falta. Solo bebo cuando salgo, y a veces ni eso. Se me sube súper rápido.

—Por eso —me inclina el vaso.

—No dejarás que me pase nada, ¿no?

—Obvio.

Nos bebemos dos cubatas y empiezo a notar los efectos del alcohol. Si me agacho me mareo por lo que decido no mirar más hacia abajo. Tengo algo de calor, pero no puedo quitarme nada, al final sí que hice bien en ponerme este vestido, aunque se me vea todo.

— ¿Bailamos? —Me pregunta Gabe.

Asiento con la cabeza.

Me da la mano y vamos hacia la pista donde todo el mundo se encuentra bailando. Hay mucha gente, pero podemos ver a los agentes de seguridad y quiera que no, me hace sentir más segura ya que nunca se sabe lo que puede pasar.

Por el camino hacia la pista noto que un brazo me para posándose en el estómago y automáticamente me pongo en tensión. Miro hacia la derecha que es donde se encuentra la persona y cuando lo veo no puedo parar el ataque de risa.

— ¿Así es cómo me vas a saludar? —Me pregunta Max.

Gabe se para a mi lado y ambos no podemos parar de reírnos.

Mi hermano va de pirata. Tiene una peluca de pelo largo oscura con rastas, parece que se ha pintado la barba rubia porque ahora está ¿marrón?, lleva un gorro enorme y la ropa... ¡la ropa! No hay descripción posible. Lleva un garfio en una mano, unos pantalones como de cuero rajados, una camisa blanca abierta...

— ¿Te has teñido la barba? —Pregunta Gabe.

Mi hermano se ríe y la chica que está a su lado nos sonríe. Ni idea de quién es. En otro momento me interesaría, pero tengo demasiadas ganas de bailar como para prestarle atención.

—He cogido el bronceador de Eve. —Se encoge de hombros.

—Espero que no me lo hayas gastado.

—Como si tuvieras uno solo.

Entre los dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora